Las mujeres en la economía informal

Ya sea como vendedoras ambulantes, empleadas domésticas, trabajadoras de la agricultura de subsistencia o temporeras, las mujeres tienen una representación desproporcionada en el sector informal. En Asia meridional, más del 80 por ciento de las mujeres con trabajos no agrícolas tienen un empleo informal; en el África Subsahariana son el 74 por ciento, y en América Latina y el Caribe, el 54 por ciento [1].

Al trabajar en la economía informal, o sumergida, como se la denomina a veces, las mujeres a menudo carecen de la protección que ofrecen las leyes laborales y de prestaciones sociales como las pensiones, los seguros de salud o los subsidios por enfermedad remunerados. Trabajan a diario por salarios más bajos y en condiciones inseguras, lo que incluye el riesgo de acoso sexual. La falta de protecciones sociales tiene repercusiones a largo plazo para las mujeres. Por ejemplo, en todo el mundo, hay menos mujeres que hombres que reciben pensiones, lo que redunda en un mayor número de mujeres mayores que viven en la pobreza. Incluso en economías desarrolladas, como en Francia, Alemania, Grecia e Italia, la pensión media de las mujeres es un 30 por ciento más baja que la de los hombres [2].


Las mujeres migrantes de Viet Nam reclaman sus derechos y una protección social

Hau, a migrant woman from Hai Duong province in northern Viet Nam. Photo: UN Women/Pham Thanh Long
Foto: ONU Mujeres/Pham Thanh Long

Alrededor del 40 o 50 por ciento de las personas migrantes en Hanói y Ciudad Ho Chi Minh, las dos ciudades más grandes de Viet Nam, son mujeres. Todas ellas se enfrentan a distintos retos. Los ingresos bajos e inestables, así como la falta de protección social hacen que sean especialmente vulnerables a los abusos y la explotación. Pero las mujeres migrantes de Viet Nam no se resignan a seguir viviendo al margen de la sociedad. Más de 10.000 trabajadoras migrantes han aprendido cómo conseguir prestaciones sociales, protección jurídica y seguro de salud. Están defendiendo sus derechos y ayudándose entre ellas.Lea más »


En El Salvador, las mujeres rurales plantan las semillas de la independencia

Mercedes Sanchez de Garcia in the greenhouse in Las Piedritas, El Salvador. Photo: UN Women/Monika Remé
Foto: ONU Mujeres/Monika Remé

En El Salvador, donde la propiedad de las tierras sigue representando una barrera para las mujeres, una cooperativa de mujeres rurales prepara el camino para que puedan conseguir ingresos, acceso a servicios públicos y apoyo jurídico. Un centro de cuidado infantil administrado por las mujeres les permite trabajar fuera de sus hogares.

Mercedes Sánchez de García se pone tensa cuando recuerda cómo su marido le impedía participar en la asociación de mujeres de Las Piedritas, en un distrito rural de la parte este de El Salvador: “’No irás', me dijo. 'Tienes que cuidar a la niña y a los niños. Para eso estás aquí'”. Lea más »


Otras voces:

El cuento de la vida real de una trabajadora doméstica

Blancanieves es del estado de Kayin, Myanmar. Su padre murió cuando ella tenía 11 años, y la dejó a cargo de su madre, hermanas y hermanos menores. Al no contar con oportunidades ni educación en su pueblo natal, Blancanieves se unió a un grupo de amistades e ingresó ilegalmente a Tailandia con ayuda de traficantes de personas para buscar trabajo como empleada doméstica. En este horrendo viaje, casi pierde la vida. Mira nuestro vídeo para saber cómo se desarrolla la historia de Blancanieves.

Notas

[1] ONU Mujeres, El Progreso de las Mujeres en el Mundo 2015-2016. Capítulo 2, p. 71.

[2] ONU Mujeres, El Progreso de las Mujeres en el Mundo 2015-2016. Capítulo 3, p. 147.