Badam Devi, una mujer comprometida con el cambio a la cabeza de una aldea
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Caminando por el recientemente construido camino que comunica la oficina de Panchayat con su casa kuchcha en una harijan'basti (comunidad marginada), su andar evidencia su nueva confianza en sí misma. Conozcan a Badam Devi, primera Sarpanch (jefa del pueblo) de Lahora en el distrito de Tonk de Rajastán, India.
“Los aldeanos sufrían muchos inconvenientes con el camino en mal estado, dice Badam. “Los vehículos quedaban atascados en el camino muchas veces. Una vez, a una camioneta llena de libros para niños que transitaba por allí se le cayeron los libros al barro y se dañaron. Eso me llegó al corazón, y ese día decidí hacer todo lo posible para que reparasen el camino, dice. Después de pasar por muchos obstáculos para conseguir los fondos aprobados para los trabajos, ella invirtió, a título personal, 3000 rupias y consiguió que construyesen el camino en un año.
Analfabeta, tímida mujer de hogar y trabajadora agrícola, Badam nunca soñó que un día trabajaría en otro lado que no fuese el campo, pero en tan solo un año se convirtió en Sarpanch y aprendió a identificar y atender los temas que interesan al público y conseguir que se haga el trabajo que incumbe a su oficina de Panchayat.
Le llevó tiempo pero ha aprendido las complejidades administrativas de los planes gubernamentales de salud y de educación en talleres de formación organizados por ONU Mujeres y por The Hunger Project. Estos talleres son parte de un programa de ONU Mujeres, financiado por el Gobierno de Noruega, que tiene el fin de crear las capacidades de las mujeres líderes que participan en las entidades locales de las aldeas y que vinculan las inquietudes diarias de las mujeres a las decisiones que se toman en las reuniones de la aldea.
Armada con sus nuevos conocimientos, Badam ya ha tomado medidas concretas para que se construya una cerca alrededor de la escuela, que se emitan 450 tarjetas “bajo el nivel de la pobreza y que se aprueben 50 pensiones de viudez. Aunque nunca fue a la escuela, entiende el valor de la educación para los niños y las niñas. “Si yo hubiese tenido educación, hubiese podido hacer mucho, explica. Hace un seguimiento regular de las escuelas de la aldea para garantizar que se dé a los niños la educación debida y una comida a mediodía. Para esto Badam se ganó el apoyo no sólo de sus colegas sino también de los funcionarios de las entidades de salud pública (centros Anganwadi).
A Badam la eligieron Sarpanch ganando con una mayoría de 850 votos a los dos candidatos de la oposición que pertenecen a una casta superior. “Yo trabajaré para todos los pobres mientras esté en este puesto, dice con orgullo, en medio del campo plantado de mostaza de su aldea.
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