Una exhaustiva agenda de políticas para poner fin a la violencia contra las mujeres: La prevención, la protección y el suministro de servicios son esenciales

Mensaje de la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, 23 de noviembre de 2011.

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Cuando era niña en Chile, escuché muchas veces un dicho que era común en esa época: “quien te quiere te aporrea que significa algo así como “quien te quiere te trata mal. Esta frase — aceptada entonces sin muchos cuestionamientos — hoy a todas luces se ha convertido en lo que verdaderamente es: un silencio cómplice frente a la violación a los derechos humanos de las mujeres. En sociedades que avanzan decididamente hacia mayor igualdad, justicia y equidad, la violencia de género es una amenaza contra la democracia, la paz y la estabilidad de nuestros países.

Este 25 de noviembre conmemoramos el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra las Mujeres. En las últimas décadas hemos sido testigos de grandes avances: en la actualidad 125 países cuentan con leyes específicas que penalizan la violencia doméstica, algo inimaginable hace 20 años. El Consejo de Seguridad ha reconocido la violencia sexual como táctica de guerra deliberada y planificada. Y el derecho internacional ha dado pasos sólidos y sin retorno para condenar y perseguir los delitos de violencia sexual durante y después de un conflicto. Es cierto que se ha tardado, pero ya no habrá vuelta atrás en estas conquistas.

Sin embargo, este 25 de noviembre nos encuentra una vez más muy lejos de nuestros objetivos de lograr que millones de mujeres vivan libres de discriminación y violencia. Hoy 603 millones de mujeres y niñas viven en países donde la violencia doméstica aún no es considerada un delito. Seis de cada diez mujeres han sufrido violencia física y/o sexual en su vida. La violencia sexual sigue estando presente en países ya sea en tiempos de paz como en épocas de conflicto. El feminicidio azota nuestros países a diario, en algunos bajo la más absoluta impunidad. Más de 60 millones de niñas son obligadas a contraer matrimonio y 140 millones de niñas y mujeres sufren mutilación femenina, con todo lo que ello implica para su vida y salud. Más de 600 mil mujeres y niñas son traficadas a través de las fronteras cada año, la gran mayoría con fines de explotación sexual.

Y aunque la igualdad entre mujeres y hombres está garantizada en las constituciones de 139 países y territorios, con demasiada frecuencia a las mujeres se les niega el acceso expedito a la justicia y a la protección contra los abusos. La pregunta entonces es ¿qué más podemos hacer para enfrentar este flagelo? Existe la información y los diagnósticos, pero escasea la inversión sostenida y constante y la voluntad política de los gobiernos nacionales y locales. Es el momento para que los gobiernos de todo el mundo asuman su responsabilidad frente a la violencia contra sus ciudadanas y lo hagan con acciones concretas, transparentes y compromisos medibles.

Desde ONU Mujeres vamos a reforzar nuestros esfuerzos para colaborar con los gobiernos a enfrentar esta tragedia. Propondremos un programa de acción con 16 medidas concretas enfocadas en la prevención, protección y provisión de servicios públicos esenciales para proteger y erradicar la violencia contra las mujeres. Necesitamos de una postura de tolerancia cero ante la violencia, con la participación activa de socios poderosos para detener su propagación. Se requiere de liderazgo, leyes eficaces y una justicia inequívoca para enjuiciar a los culpables y poner fin a la impunidad.

ONU Mujeres está encabezando una iniciativa global para proporcionar a las mujeres y las niñas el acceso universal a instancias de apoyo a las víctimas. Atenciones durante las primeras 24 horas para su seguridad y la de sus hijos e hijas. Lugares de acogida, asesoramiento, apoyo psico-social y acceso a la justicia gratuita y eficaz.

Un papel fundamental tienen los hombres, los líderes, jueces, empresarios, esposos, compañeros, hijos, hermanos, amigos. Es a través de la educación, de campañas de sensibilización pública, de programas y políticas públicas que podremos enfrentar con eficacia esta realidad. No basta con el empoderamiento de las mujeres, su liderazgo y decisión. Hay una urgente necesidad de involucrar a todos para detener, prevenir y tratar la violencia.

Junto con sus socios de todo el mundo, ONU Mujeres está trabajando para cumplir con la promesa de la Carta de las Naciones Unidas sobre la igualdad de derechos de hombres y mujeres. Coordinando a todo el sistema de Naciones Unidas, la Campaña del Secretario General de las Naciones Unidas ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres, está generando mayor sensibilización y la movilización en los países, en las comunidades y en las personas para que actúen para eliminar esta sistemática y masiva violación de los derechos humanos. El Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para Eliminar la Violencia contra las mujeres está apoyando grupos locales y estrategias innovadoras que salvan vidas y ayudan a detener la indiferencia, la desigualdad y la impunidad que permite que esta violencia continúe. Con el fin de apoyar el 15º Aniversario del Fondo Fiduciario citado, invito a nuestros socios a que den una contribución a este Fondo para que puedan abordarse la gran cantidad de necesidades insatisfechas en torno a la violencia contra las mujeres en todo el mundo.

La violencia contra las mujeres no es un asunto exclusivo de las mujeres. Nos afecta y perjudica a cada uno de nosotros y nosotras. Trabajando juntos, levantándonos todos y todas contra la violencia hacia las mujeres, conseguiremos estar más cerca de la paz, la seguridad y la igualdad.