Camboya: Rehaciendo su vida después de un ataque ácido

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Ponleu, que fuera víctima de un ataque ácido, posa con su foto de novia (Foto: ONU Mujeres/ Phil Borges)

Chhean, cocinera en la ciudad de Siem Reap de Camboya, se vio forzada a tomar medidas contra el tiránico cuñado de su hermana quien, en 2008, vendió a la hija de ésta de dos años a una banda de traficantes con el fin de comprarse una moto nueva.

Chhean, viuda y único sostén de sus cuatro hijos, instó a su hermana Baen a denunciarlo y a exigir que su cuñado recuperase a su hija. Ante esto, el cuñado amenazó a Chhean de muerte. Esa amenaza se volvió realidad un día en que pasó en su moto, mientras Chhean trabajaba, y la roció de ácido, quemándole la cara, los ojos, los hombros, la mano izquierda y la parte izquierda de su espalda.

Otra mujer, Ponleu, fue víctima del mismo tipo de violencia. Se casó cuando tenía 18 años con un hombre mayor que la abusaba emocional y físicamente. Ponleu soportó estos abusos y tuvo una hija, pero finalmente juntó fuerzas para pedirle el divorcio. Su esposo la roció entonces con gasolina y le prendió fuego en presencia de su hija de tres años.

En Camboya los ataques ácidos y con fuego contra las mujeres son usuales y generalizados; sin embargo, muchas supervivientes de estos tipos de violencia desconocen la existencia de apoyos jurídico, médico y psicológico adecuado. Para Chhean, la asistencia médica en un hospital local era demasiado cara. Creyendo que nunca más podría trabajar y mantener a su familia, pensó en suicidarse. Ponleu gastó todos sus ahorros en un tratamiento médico y, avergonzada de su apariencia, permanecía encerrada en su casa lo más posible.

Chhean y Ponleu encontraron finalmente el apoyo en la Organización benéfica para las supervivientes de ataques ácidos de Camboya (CASC) — que recibe fondos a través de la organización Acid Survivors Trust International (ASTI). ASTI, que es beneficiaria del Fondo Fiduciario de la ONU para poner fin a la violencia contra las mujeres, se centra en luchar contra la violencia por medio de quemaduras con ácido en el ámbito internacional y trabaja con socios locales como la CASC para tomar medidas para prevenir la violencia por quemaduras con ácido y para hacer juzgar a los culpables.

CASC es la única organización de Camboya que ofrece un apoyo holístico a las supervivientes de las quemaduras con ácido; administra una comuna donde las supervivientes tienen acceso a una serie de servicios y apoyos desde los tratamientos médicos y la asistencia jurídica hasta la capacitación y el apoyo mutuo. Aquí, Chhean y Ponleu recibieron tratamiento médico y asistencia para conseguir empleo.

Chhean ahora teje bolsos, carteras y mochilas, que CASC ayuda a vender. Ponleu se hizo costurera y trabaja para CASC como modista asistente de prendas de compresión para quemados. Hace igualmente ropa quirúrgica desechable y recibe pedidos de hospitales de toda la región. Gracias a CASC también recibe ayuda con la educación de su hija.

En el ámbito nacional, CASC ha contribuido a redactar leyes que regulen la venta de ácidos y que impartan penas más severas a los culpables. Hay esperanzas que el proyecto de ley sea aprobado - que sería la primer ley de esta índole en Camboya - a fines de 2012. Esa ley ayudará a supervivientes como Chhean, cuyo pleito contra su cuñado todavía no ha sido juzgado por falta de testigos que quieran declarar. Si hubiese habido una ley antes de que su cuñado la atacara, Chhean cree que se habría salvado. “Creo firmemente que no se hubiera atrevido a rociarme con ácido porque habría tenido miedo de ir preso, dice.

A pesar de las cicatrices, Chhean y Ponleu siguen adquiriendo confianza en tanto que supervivientes y ayudando a las que las rodean. Chhean es hoy un respaldo poderoso para las supervivientes de las víctimas de estos tipos de violencia, acompañándolas a los juzgados en su lucha por la justicia. Aunque el esposo de Ponleu huyó después de atacarla y no se le ha podido encontrar, ella se ha comprometido a mantener a su familia y se destaca en su trabajo, siendo un modelo para otras supervivientes.