Acceso de las mujeres a las finanzas y a los mercados y llamado a la acción

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Discurso pronunciado por la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, en ocasión de la Reunión de alto nivel sobre inversiones y alianzas del Foro Mundial de Alianzas Comerciales, en la Cuarta Conferencia de la ONU sobre los Países menos Adelantados, Estambul, 9 de mayo de 2011.

[Cotejar con el texto pronunciado.]

Altezas, Excelencias, Señoras y Señores:
Es un placer para mí participar en estas conversaciones y dialogar sobre algunas maneras concretas mediante las cuales las alianzas del sector privado pueden contribuir al desarrollo sostenible en los países menos desarrollados. En el día de hoy quisiera centrarme sobre la autonomía económica de las mujeres, en especial sobre la capacidad empresarial de las mujeres y su acceso a las finanzas y a los mercados.

Las productoras agrícolas, particularmente en los países de bajos ingresos, llevan a cabo hasta el 70 por ciento de las labores agrícolas y producen más del 90 por ciento del consumo nacional de alimentos, pero generalmente trabajan tierras que son menos productivas y que tienen poco rendimiento. Ellas carecen de acceso a los insumos agrícolas y a los servicios de extensión agrícola, y tienen pocas oportunidades de comercializar sus productos.

Sin embargo, dado que la escasez de alimentos y el aumento de los precios una vez más amenazan con crear dificultades en muchos lugares, el potencial que tienen las mujeres de contribuir a la seguridad alimentaria ocupa un lugar preponderante en los planes de los gobiernos y de los líderes empresariales. Éstos están de acuerdo y comprenden bien que mejorar el acceso a la tierra y a los recursos productivos de las trabajadoras agrícolas es fundamental para un desarrollo sostenible.

De manera general, las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de ocupar empleos vulnerables en el sector informal, empleos que son generalmente precarios, mal pagados y que no están cubiertos por leyes laborales ni por protección social. Su acceso limitado a la educación, a la formación y a los servicios financieros las relega a empleos y a medios de vida en sectores mal remunerados y de pocas ganancias, con malas posibilidades de crecer en la cadena de valores.

El sector privado puede tener un rol esencial — puede revisar toda su cadena de valores para identificar dónde se encuentran las mujeres, qué tipo de apoyo pueden necesitar para agregar valor a sus productos y cosechar directamente los beneficios de crecer en la cadena de valores.

Tenemos que ir más allá de las micro-finanzas y crear estrategias e iniciativas que aumenten el acceso de las mujeres a una gama amplia de servicios financieros, incluyendo formas de ahorro, envíos de dinero, créditos y seguros. Esto es especialmente importante para las pequeñas y medianas empresas propiedad de mujeres, en el período de transición de la micro-finanza a los bancos comerciales tradicionales.

ONU Mujeres y el Pacto Mundial de la ONU han establecido los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres para hacer que todos los involucrados tengan acceso a todo esto. Los Principios ofrecen un plan de siete etapas para empoderar a las mujeres en el lugar de trabajo y en la comunidad. Representan una colaboración práctica con el sector privado, según las crecientes investigaciones comerciales que indican que el empoderamiento de las mujeres es una estrategia para lograr cimientos más sólidos.

La implementación de estos Principios puede marcar una diferencia considerable en la vida de las mujeres y de los hombres.

  • Aumentar la cantidad de mujeres en los empleos productivos y poner fin a la discriminación de género marca una diferencia real.
  • Garantizar que las mujeres y los hombres reciban una paga igual por un trabajo equivalente y que se les ofrezca opciones de trabajo flexible marca una diferencia real.
  • Adoptar modelos comerciales inclusivos que favorezcan a los pobres y empoderar a las mujeres empresarias en la cadena de valores marca una diferencia real.
  • Garantizar que el entorno laboral sea seguro y que no se tolere el acoso sexual o la violencia de género marca una enorme diferencia.

Hago un llamado a todos los líderes empresariales para que den muestras de su compromiso con las políticas y prácticas que empoderan a las mujeres firmando la Declaración de apoyo de los Directores Ejecutivos a los Principios de Empoderamiento de las Mujeres, y que actúen rápida y eficazmente para hacer avanzar la autonomía económica de las mujeres. No sólo es lo correcto, sino que es una estrategia para lograr el crecimiento y el desarrollo.

Muchas gracias.