La igualdad en el trabajo: un objetivo que sigue pendiente de cumplirse

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La Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, fue la invitada de honor en un panel organizado para discutir el Informe Mundial de la Conferencia Internacional del Trabajo 2011 sobre “La igualdad en el trabajo: un objetivo que sigue pendiente de cumplirse, el 10 de junio de 2011 en la Sala de la Asamblea del Palais des Nations en Ginebra.

[Cotejar con el texto pronunciado.]

Señor Robert Nkili, Presidente de esta histórica 100ª sesión de la Conferencia Internacional del Trabajo; Vicepresidentes; Director General de la OIT Juan Somavía; Distinguidos panelistas; Estimados Ministros, Embajadores y delegados de la Conferencia Internacional del Trabajo; Colegas de la ONU; Señoras y señores:

Es un enorme placer volver este año a la Conferencia Internacional del Trabajo en mi capacidad de Directora de ONU Mujeres. Es siempre alentador presenciar un diálogo social real, y la conferencia anual de la OIT es una fuente de inspiración y guía sobre cómo los principales actores — mujeres y hombres líderes de los negocios, la fuerza laboral y el gobierno — pueden alcanzar un consenso sobre los principales asuntos presentes en el mundo laboral del siglo XXI. Esta conferencia nos muestra cuánto se puede conseguir con un espíritu de tripartismo y un debate saludable.

También nos muestra que todavía tenemos un largo camino para alcanzar la igualdad de género. El Sr. Somavía me comunicó que sólo poco menos del 28 por ciento de los 3.000 delegados acreditados para asistir a esta conferencia son mujeres. Esta cifra dice mucho sobre el desequilibrio entre los géneros — no sólo en el ámbito laboral sino también en el de la participación política, el liderazgo y la representación.

Agradezco la oportunidad de formar parte hoy del panel sobre la igualdad en el trabajo, que toca profundamente las desigualdades y disfunciones del mercado laboral. El informe del Director General “La igualdad en el trabajo: un objetivo que sigue pendiente de cumplirse representa el estudio más reciente sobre los éxitos y los fracasos, lo conseguido y las brechas, en lo referente a la desigualdad y la discriminación en el ámbito laboral.

El informe examina 12 áreas de discriminación y el fenómeno de la “discriminación múltiple: el género, la raza y el origen étnico, la nacionalidad y la condición de trabajador migrante, la religión, la opinión política, el origen social, la seropositividad, la discapacidad, la edad, la orientación sexual, la predisposición genética y el modo de vida. La mayoría de estas áreas están cubiertas por los instrumentos de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos y por las normas laborales de la OIT, tales como la Convención No. 111 sobre la discriminación en el empleo y la ocupación. La mayoría de ellas también todavía se enfrentan a verdaderos desafíos en muchos países del mundo.

Si bien esta tarde se discutirá ampliamente de áreas múltiples y solapadas de discriminación, es el tema de la discriminación por el género que quiero enfatizar de manera especial en esta charla con ustedes.

Eliminar las desigualdades entre las mujeres y los hombres ocupa un lugar central en el Plan Estratégico de ONU Mujeres. En base a la visión de igualdad consagrada en la Carta de la ONU, en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, en la Plataforma para la Acción de Beijing y en la Declaración del Milenio, ONU Mujeres trabaja por promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y de las niñas como socios y beneficiarios iguales del desarrollo, de los derechos humanos, y de la paz y la seguridad.

Nuestro enfoque es que eliminar la discriminación entre los géneros no sólo es una cuestión de derechos humanos fundamentales sino también de una economía inteligente. ¿Cuántos talentos se han perdido debido a la discriminación? Liberar la capacidad productiva y la creatividad de la mujer resulta en una situación en la que todos se benefician: las empresas, los trabajadores, los gobiernos y las sociedades.

Después de intensas consultas con una gran cantidad de socios en más de 100 países, hemos identificado las siguientes cinco áreas temáticas prioritarias para ayudar a acelerar los progresos en materia de igualdad de género:

  • El empoderamiento económico de las mujeres;
  • La participación y el liderazgo político de las mujeres;
  • La erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas;
  • La plena incorporación de las mujeres en los procesos de paz y de post conflicto; y
  • El fortalecimiento de los planes y presupuestos nacionales de desarrollo para que promuevan la igualdad de género.

Como pueden ver, estas prioridades claramente reflejan los mensajes del Informe Mundial de la Conferencia Internacional del Trabajo.

Excelencias, señoras y señores:

Desde la perspectiva del mandato de ONU Mujeres, querría hacer cuatro comentarios principales sobre el estado de la discriminación que se describe en el Informe Mundial:

En primer lugar, la discriminación de género en el mercado laboral se da en todos los países, porque el género es una de las características constantes en los perfiles de la mano de obra. Si bien las áreas múltiples y solapadas de discriminación — tales como el género y la raza, el género y la discapacidad, el género y la edad — tienen que ser eliminadas, algunos de los mayores esfuerzos tienen que hacerse para sobreponerse al sexismo en el empleo y en el lugar de trabajo. Esto es más evidente aún en los períodos de crisis como la crisis económica y financiera que el mundo ha estado experimentando en los últimos dos años. Como lo indica el Informe Mundial en el párrafo 17, y cito:

En varios países, el empleo de las mujeres se ha visto muy afectado por el impacto particular que ha tenido la crisis en los sectores exportadores. En la industria textil de África, por ejemplo, cuya mano de obra está compuesta en un 90 por ciento de mujeres con pocas calificaciones y escasa formación, se han producido recortes del empleo como resultado de la contracción de las importaciones en los mercados extranjeros.

ONU Mujeres espera poder trabajar con la OIT para atender las desigualdades de género que corren peligro de exacerbarse con la crisis actual.

En segundo lugar, las áreas de discriminación nuevas o que se habían dejado de lado hasta ahora, especialmente en lo relativo a la orientación sexual, exigen que se las atienda. Por ejemplo, la discriminación debida a la orientación sexual da pie al acoso en el lugar del trabajo y a desigualdades en las remuneraciones. El Informe Mundial destaca que las desigualdades salariales entre los empleados homosexuales y heterosexuales son del 3 al 30 por ciento, con diferencias adicionales en lo relativo al acceso a las protecciones sociales.

Mientras que la discriminación basada en el estatus migratorio no es “nueva, el Informe Mundial deja claro que sus manifestaciones en el siglo XXI se han vuelto más injustas y dañinas, especialmente en el mercado laboral. En la Unión Europea, por ejemplo, los casos denunciados de explotación de trabajadores migrantes han incluido el acoso, las muchas horas de trabajo en condiciones insalubres, la denegación de licencia por enfermedad y la poca paga. ONU Mujeres piensa incrementar sus esfuerzos en el área de las migraciones, conjuntamente con la OIT y con el sistema de la ONU, para poner fin a las violaciones de los derechos humanos de las mujeres trabajadoras migrantes.

En tercer lugar, esta 100ª sesión de la Conferencia Internacional del Trabajo marca también el 60º aniversario de la adaptación de la Convención No. 100 de la OIT referente a la igualdad de remuneración para hombres y mujeres por un trabajo de igual valor. Sin embargo, todavía no hemos visto un gran cambio en la aplicación de este principio, que forma parte de la misma Constitución de la OIT y del texto de 1951 de la Convención No. 100.

La remuneración desigual, basada simplemente en el género del trabajador, persiste como un factor importante en todas las regiones. La “Igualdad de remuneración ahora debe ser una realidad. La atención que da ONU Mujeres a la autonomía económica de las mujeres cubre este objetivo; pretendemos además vigorizar y estimular al sistema de la ONU, dentro de cada uno de nuestros mandatos, para lograr un impulso concertado con el fin de que se comprenda plenamente el concepto de “igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor.

En cuarto lugar, quiero enfatizar la importancia crucial que tiene una mayor coherencia en las políticas para eliminar los retos persistentes a los que se enfrenta la igualdad de género, muchos de los cuales se describen en el Informe Mundial que tenemos hoy ante nosotros. La ventaja comparativa de ONU Mujeres incluye su nuevo mandato de fortalecer la coordinación dentro de todo el sistema de la ONU.

Es dentro del sistema de la ONU que podemos tener un mayor impacto, trabajando Unidos en la acción. Como lo indica el Informe Mundial:

La colaboración con miras a estar unidos en la acción brindaría la oportunidad de proyectar la voz del tripartismo en las actividades de las Naciones Unidas referentes a la igualdad y a la no discriminación. La OIT debe empeñarse en lograr una cooperación más estrecha con los demás organismos de la ONU que trabajan en el ámbito de la igualdad y la no discriminación, como por ejemplo la Dependencia de Lucha contra la Discriminación de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), los órganos de supervisión de tratados y los mecanismos especiales de las Naciones Unidas competentes. La Organización también debe seguir velando por que los Programas de Trabajo Decente por País queden plasmados en los marcos de asistencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDAF) […]

Los Estados Miembros pueden tener un rol similar en el ámbito nacional. Si alientan a los distintos ministerios a trabajar juntos, los gobiernos pueden ayudar a proyectar esa ventaja ya conocida en el lugar del trabajo a un contexto más amplio. El adoptar políticas y programas nacionales de empleo que reflejen el compromiso nacional con la igualdad de género generará un enfoque nacional más fuerte y general. En el ámbito de los actores, las maquinarias nacionales de mujeres pueden alentar una mayor coherencia en las políticas con los ministerios responsables del trabajo y con las organizaciones de trabajadores y de empleadores.

Excelencias, señoras y señores:

Es mucho lo que queda por hacer, pero nunca debemos detener nuestro avance por alcanzar la meta de la igualdad de género. El Informe Mundial — como dije al principio — demuestra lo que se ha obtenido y lo que falta. Tengo la seguridad de que la discusión de hoy pondrá en evidencia otros ejemplos de progreso en los países. ONU Mujeres ha constatado que unos 125 países han hecho ilegal la violencia doméstica, 117 tienen leyes de remuneraciones iguales y por lo menos 115 garantizan derechos iguales a la propiedad. Además, en los países de todo el mundo, como se ha visto recientemente en los países árabes, las mujeres que hasta ahora no participaban en la arena pública hoy se manifiestan al lado de los hombres para exigir libertad y dignidad y el derecho de participar por igual en la transformación de sus sociedades.

Creo que para muchos de nosotros presentes hoy aquí, la eliminación de la discriminación tipifica una visión de un futuro mejor. Esto puede y debe lograrse.

Las acciones que lleven a cabo a partir de hoy los gobiernos, las organizaciones de trabajadores y los empleadores para eliminar la discriminación representarán estrategias reales que pueden ayudar a crear un mundo mejor de manera coherente. Pueden ofrecer igualmente una salida permanente de muchas de las crisis económicas y sociales que afectan a las mujeres y a los hombres de maneras distintas.

La acción es esencial si tomamos en serio los compromisos internacionales tales como los relativos a la no discriminación contenidos en la Declaración relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo de 1998 y si deseamos construir un futuro donde la justicia social y la prosperidad económica sostenible se impongan.

Fortalezcamos entonces nuestro compromiso con el logro de la igualdad en el lugar de trabajo y en el empleo para todos los hombres y mujeres, incluyendo a los más excluidos, de modo de poder decir que los que estuvimos presentes en la 100ª sesión de la Conferencia Internacional del Trabajo fuimos testigos de un enfoque revigorizado de los derechos individuales de las mujeres y de los hombres, de los derechos colectivos de las organizaciones de trabajadores y de empleadores, para el bien de sus familias, empresas, comunidades, naciones, regiones y, en última instancia, para el bien de toda la humanidad.

Muchas gracias.