Declaración de la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres Michelle Bachelet con motivo de la adopción del Convenio de la OIT y sus Recomendaciones sobre el Trabajo Decente para las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos

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Nos encontramos ante un momento histórico para las trabajadoras y los trabajadores domésticos de todo el mundo. El Convenio de la OIT y sus Recomendaciones sobre el Trabajo Decente para las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos sientan un precedente, pues es el primer convenio referido exclusivamente al trabajo doméstico al que define como “trabajo, convirtiéndolo en un elemento central del desarrollo. El convenio traza los principios de derechos humanos para las trabajadoras y los trabajadores domésticos en el contexto del programa de trabajo decente, dentro del cual actuar como gobiernos comprometidos, empleadores y empleados responsables.

ONU Mujeres felicita a los Estados Miembros de la OIT, a los empleadores y sus organizaciones, a los sindicatos, las organizaciones de trabajadoras y trabajadores domésticos y demás grupos de la sociedad civil por su firme compromiso y sus esfuerzos para garantizar este convenio histórico. Se trata de una cuestión de justicia y dignidad social. Es un reconocimiento largamente esperado al extraordinario trabajo desempeñado por las trabajadoras y los trabajadores domésticos de todo el mundo.

Se estima que las trabajadoras y los trabajadores domésticos representan entre el 4 y el 10 por ciento de la fuerza laborar en los países en vías de desarrollo y cerca del 2 por ciento en los países industrializados. Detrás de esas cifras existen personas, en la mayoría de los casos una mujer o una niña que trabaja infatigablemente para que otros puedan desempeñarse en el empleo remunerado, aumentar el bienestar material y emocional, y llevar una vida con relativo nivel de confort. Allí donde la prestación estatal de servicios de cuidado y otros de carácter social es insuficiente, el trabajo doméstico viene a cubrir ese vacío, permitiendo un mayor equilibrio entre la vida laboral y familiar para muchas familias.

La otra cara de la moneda en esta situación es la elasticidad y determinación de las trabajadoras domésticas para encontrar formas de sobrevivir, e incluso de prosperar. Esas mujeres a menudo son la cuerda de salvamento para sus familias y comunidades, ya sea en su patria o el extranjero, contribuyendo al desarrollo por medio de sus destrezas, el trabajo, el consumo y los gastos tributarios, así como por medio de las remesas financieras y sociales.

El trabajo decente para las trabajadoras domésticas es una cuestión de particular importancia para ONU Mujeres. Nuestro Plan Estratégico identifica el empoderamiento económico de las mujeres como una de sus prioridades temáticas, en donde nos comprometemos a trabajar en colaboración con la OIT y otros organismos para respaldar las prioridades nacionales sobre trabajo doméstico, generación de activos y la extensión de las protecciones sociales para todas las trabajadoras, incluyendo a las trabajadoras migrantes y las trabajadoras domésticas.

ONU Mujeres trabajará en estrecha colaboración con la ONU, los gobiernos y demás partes interesadas para apoyar la ratificación del Convenio de la ONU y sus Recomendaciones sobre las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos, y para apoyar la formulación e implementación de legislaciones, políticas y programas que promuevan el trabajo decente para las trabajadoras domésticas de todos los países.