Declaración de apertura de Lakshmi Puri en un debate sobre la prevención y eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas

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Declaración de apertura de Lakshmi Puri, Subsecretaria General y Directora Ejecutiva Adjunta de ONU Mujeres, en un debate sobre “La prevención y la eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, convocada por la Sra. Rashida Manjoo, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias. El evento fue copatrocinado por OACNUDH, FNUAP y ONU Mujeres, el 25 de octubre de 2012.

[Cotejar con el texto pronunciado.]

Es un gran placer estar hoy aquí en nombre de ONU Mujeres. En primer lugar, quiero agradecer a la Relatora Especial por convocar este importante evento y por su último informe, en el cual se puso un énfasis temático en la violencia contra las mujeres y las niñas con discapacidades, que es un área que preocupa particularmente.

La eliminación de la violencia contra las mujeres es uno de los temas en que trabaja ONU Mujeres y será un tema prioritario de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en su 57ª sesión, que será celebrada en marzo de 2013.

La violencia contra las mujeres es la peor expresión de discriminación y desestimación hacia las mujeres y las niñas. Alrededor de 7 de cada 10 mujeres del mundo declaran haber sido víctimas de violencia física y/o sexual en algún momento de sus vidas. Este fenómeno universal es una amenaza para la democracia, la paz y la seguridad, un obstáculo para el desarrollo sostenible y una terrible violación de los derechos humanos que no sólo debilita la cohesión social, sino que hace caso omiso de la justicia social y constituye una pesada carga para las economías nacionales; algunos países estiman que el costo anual de este tipo de violencia es de 33.000 millones de dólares americanos.

Existen muchas formas de violencia contra las mujeres: del acoso sexual a las violaciones, de los asesinatos por honor a los matrimonios precoces; pero la más generalizada es la violencia por parte de un compañero íntimo. La violencia doméstica lleva a daños físicos y consecuencias psicológicas serias e incluso puede causar la muerte. Ocurre dentro del hogar, en la cocina o en el dormitorio, y se esconde bajo una capa de silencio e impunidad. La violencia contra las mujeres es compleja, profundamente arraigada en las desigualdades estructurales y necesita un enfoque holístico en las áreas de la legislación, de las políticas, de la prevención, de las respuestas y de la protección, de la investigación y de la recopilación de datos.

Existen claras relaciones entre la prevención de la violencia contra las mujeres, las respuestas y la protección de las víctimas. Deben existir marcos jurídicos completos y servicios multisectoriales disponibles y accesibles en todos los países con el fin de proteger a las mujeres y a las niñas y enviar un mensaje claro a la sociedad de que este tipo de violencia no es aceptable.

Las estrategias de prevención eficaces generalmente hacen que más mujeres y niñas busquen protección y apoyo, además de ser necesarias para detener la violencia desde sus orígenes y para crear conciencia en la comunidad. La prevención debe ocuparse de las causas de base de la discriminación y de la desigualdad de género. Si bien ésta es un área emergente, hay muchas prácticas prometedoras en los países desarrollados y en desarrollo por igual, que van más allá de la sensibilización, incluyendo programas educativos y la participación de los hombres y de los niños, así como de los líderes tradicionales y religiosos. La próxima sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer será una buena oportunidad para conocer esas prácticas.

Los esfuerzos hasta ahora se han centrado sobre todo en las respuestas a las necesidades de las víctimas/sobrevivientes de la violencia. Sin embargo, persisten muchas brechas y desafíos como la disponibilidad de servicios y el acceso de las mujeres y de las niñas a la protección. Por lo tanto, es esencial hacer lo posible por atender las necesidades de las víctimas/sobrevivientes en cuanto a una protección inmediata después de la violencia, incluyendo los refugios, la salud, los servicios jurídicos y sociales, y también garantizando su protección y empoderamiento a largo plazo para evitar que vuelvan a ser víctimas.

La violencia contra las mujeres perpetúa el ciclo vicioso de la desigualdad, la exclusión y la marginalización. Debemos crear un ciclo ejemplar de cambio de las mentalidades y los estereotipos que están detrás de la violencia. Debemos dar a las mujeres acceso a las oportunidades económicas, garantizar su participación equitativa en la vida pública y política, abolir las leyes y las prácticas que siguen discriminando a las mujeres y garantizar que los entornos sean seguros para las mujeres y para las niñas, incluyendo las escuelas y las calles.

ONU Mujeres ayuda a los Estados a desarrollar enfoques holísticos para atender la violencia contra las mujeres. En los últimos dos años, ONU Mujeres respaldó la creación, el examen y la ejecución de leyes, planes nacionales de acción y mejores estándares de suministro de servicios en más de 30 países. Nuestra entidad coordina el Fondo Fiduciario de la ONU para poner fin a la violencia contra las mujeres que, para fines de 2011, apoyaba 96 proyectos activos por un equivalente de más de 61 millones de dólares.

Junto con UNICEF y ONU-Hábitat, ONU Mujeres apoya el programa Ciudades Seguras en 14 ciudades para prevenir y reducir la violencia en los espacios públicos urbanos. Con la campaña del Secretario General ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres y nuestra plataforma virtual “Di NO-ÚNETE, hemos movilizado y obtenido el compromiso de Jefes de Estado, Ministros y parlamentarios de más de 70 países con el fin de tratar de hacer más por eliminar la violencia contra las mujeres.

Hoy aprovecho la oportunidad para presentar el nuevo Manual para los Planes nacionales de acción en materia de violencia contra las mujeres, que complementa una serie de manuales como el Manual de la legislación sobre la violencia contra las mujeres y su suplemento sobre “prácticas tradicionales dañinas. Su fin es ofrecer orientación a los Estados y a otros involucrados sobre la creación de leyes y planes nacionales de acción que atiendan la violencia contra las mujeres, e incluyan prácticas prometedoras y ejemplos de ese tipo de leyes y planes de diferentes países del mundo.

Para concluir, quiero destacar la importancia de los procesos intergubernamentales como la Asamblea General y la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer a la hora de establecer normas y estándares mundiales de prevención de la violencia contra mujeres y niñas y de su protección.

Las negociaciones en curso sobre la resolución de la Asamblea General referente a la intensificación de los esfuerzos por eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres son esenciales para fortalecer la base normativa internacional. Las conclusiones a las que se llegue en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer el año que viene tienen el potencial de lograr mejores estándares internacionales para la eliminación de la violencia contra las mujeres.

Insto a todos los Estados Miembros a dar su pleno apoyo a estos procesos intergubernamentales y les aseguro que ONU Mujeres estará siempre dispuesta a ayudarlos. Muchas gracias por su atención.