Liberando el pleno potencial de las mujeres y de las niñas en Indonesia

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Discurso por Michelle Bachelet: “Liderazgo de las mujeres: Liberando el pleno potencial de las mujeres y de las niñas en Indonesia para fortalecer la democracia, la paz y la prosperidad de todos, el 3 de diciembre de 2012, en Yakarta, Indonesia

[Cotejar con el texto pronunciado]

Buenas tardes. Es un placer para mí estar aquí en Yakarta y tener la oportunidad de dirigirme a ustedes hoy. Agradezco al Ministerio para el Empoderamiento de la Mujer por organizar esta conferencia y a la Secretaria del Ministerio para el Empoderamiento de la Mujer y la Protección de las Niñas y Niños, Sri Danti Anwar, por haberme invitado.

En todos los países donde voy digo que el mundo necesita de más mujeres líderes. Aquí en Indonesia no hay una escasez de mujeres que hayan hecho cosas extraordinarias, desde las ciencias naturales a los puestos políticos más altos. Es alentador ver aquí, en la tercera democracia más grande del mundo, el firme rol que han tenido las mujeres en el éxito de Indonesia y el potencial que tienen las mujeres de forjar su futuro.

La economía de Indonesia está creciendo; hay más niñas en las escuelas y las universidades; y han entrado en una exitosa transición hacia la democracia, lo que convierte a Indonesia en un líder en esta región y en el mundo.

Mi principal mensaje hoy es que en esta encrucijada, Indonesia puede alcanzar progresos aún más considerables si aumenta la participación y el liderazgo de las mujeres en todos los aspectos de su democracia, su economía y en los esfuerzos a favor de la paz y la estabilidad.

En primer lugar me gustaría hablar de la importancia de la participación política de las mujeres.

Las mujeres han sido parte integral de la democracia indonesia desde la transición, y su influencia continúa en aumento. En las últimas elecciones, el porcentaje de mujeres en la legislatura nacional aumentó en un 6 por ciento. Las mujeres ahora ocupan el 18 por ciento de los escaños en el parlamento nacional. El día en que Indonesia alcance y sobrepase la masa crítica del 30 por ciento de las mujeres en el parlamento no está muy lejos.

Sé que el Gobierno ha tomado medidas concertadas en forma de cuotas para que más mujeres fuesen electas. Ahora hay 104 mujeres en la legislatura nacional. Además, fue un placer saber que 400 legisladoras de todo el país se reunieron a principios de año, en abril, en una reunión nacional de los grupos parlamentarios de mujeres.

Indonesia ha reconocido que el liderazgo de las mujeres es una parte integral de un Estado democrático, pacífico y justo. Ha reconocido que el liderazgo nacional debe reflejar la sociedad indonesia, diversa, con una gama amplia de necesidades e intereses entre sus hombres y mujeres.

Soy una firme defensora de las medidas especiales temporales como las cuotas que se han adoptado aquí. Hasta ahora 33 países han alcanzado la masa crítica del 30 por ciento de mujeres en sus parlamentos, y la gran mayoría lo ha hecho mediante una acción afirmativa como las cuotas.

En los países en que hay más mujeres en el parlamento, observamos que la agenda legislativa es fundamentalmente diferente, y no hablo aquí sólo de “cuestiones relativas a las mujeres. Los estudios muestran que esos parlamentos tienden a adoptar leyes, programas sociales y presupuestos que promueven la igualdad y benefician por igual a los hombres, las mujeres y las familias. Por ejemplo, un estudio de los 19 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos entre 1970 y 1990 mostró una estrecha relación entre la representación de las mujeres en los parlamentos y mejores servicios de cuidados infantiles y mejores políticas de licencias parentales.

Sé por mi experiencia como Presidenta de Chile que cuando las mujeres se sientan en la mesa de negociaciones, cambia la naturaleza de la discusión: el diálogo se hace más amplio y hay una búsqueda más firme de soluciones. Los resultados en materia de políticas son mejores. Esto es cierto no sólo en la capital, en las políticas nacionales, sino también en las provincias, los pueblos y las aldeas. La democracia necesita echar raíces. La política local es un microcosmos del empoderamiento político de las mujeres, y hay ejemplos de todo el mundo que lo prueban.

Permítanme hablarles de un ejemplo de India, donde las cuotas garantizan que las mujeres conformen un tercio de los miembros de los consejos de las aldeas. En la actualidad hay un millón y medio de mujeres indias que toman decisiones en esos consejos y que ganan elecciones como jefas de sus aldeas. El resultado es que los consejos de las aldeas ahora se ocupan de temas que afectan las vidas de las mujeres y en las áreas donde las mujeres tienen interés y experiencia, como la mejora del aprovisionamiento y calidad del agua y el saneamiento.

Indonesia ha hecho enormes avances en materia de democracia en tan sólo una década. Ha habido tres elecciones democráticas en el país y una importante reforma de las instituciones en todo el archipiélago, inclusive una gran descentralización. Ésa es la razón por la que es tan importante la participación de las mujeres en todos los niveles del gobierno y de la sociedad civil: para que la transición en Indonesia sea más fuerte, más inclusiva y más permanente.

La constitución de Indonesia garantiza la igualdad de las mujeres y el gobierno ha tomado muchas medidas para proteger los derechos de las mujeres, incluyendo una política nacional de “tolerancia cero para la violencia contra las mujeres. Sin embargo, en algunos lugares, las políticas locales todavía obstaculizan la participación de las mujeres. Un estudio hecho por la Comisión sobre Violencia contra la Mujer de Indonesia indicó que se aprobaron 154 reglamentaciones discriminatorias entre 1999 y 2009 a nivel provincial, municipal y de las aldeas.

Deshacerse de las leyes y las reglamentaciones que impiden la participación de las mujeres en la vida pública y hacer cumplir las leyes que protegen los derechos de las mujeres facilitará la entrada a una nueva era de democracia para beneficio de todas/os las/os indonesias/os.

Ahora me gustaría centrarme en por qué es tan importante liberar el potencial económico de las mujeres mediante el avance de las oportunidades y de la igualdad para las mujeres.

Todos los estudios hablan de la resistencia económica de Indonesia y de lo prometedora que es su economía. Se estima que la economía del país podría pasar a ser la séptima más importante del mundo para 2030, pero también hay consenso en el hecho de que el crecimiento de la economía indonesia dependerá de su habilidad de sacar provecho de todas sus capacidades y conocimientos.

Esta situación no es exclusiva a Indonesia. Las pruebas —del Banco Mundial, las Naciones Unidas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y del sector privado— siguen indicando que la igualdad de género contribuye a un mayor crecimiento y productividad. Lo que sí es especial acerca de Indonesia es lo que puede beneficiarse si las mujeres son participantes y líderes plenas sobre un pie de igualdad en la economía y en la sociedad.

En términos reales, lo que todos estos estudios encuentran es el beneficio de dar rienda suelta a las oportunidades. Cuando las mujeres tienen oportunidades, es innegable que hay ganancias económicas. Las mujeres vuelven a invertir hasta el 90 por ciento de sus ingresos en sus hijas/os y sus familias, lo que causa un efecto multiplicador que lleva a una mejor salud, una mejor educación y un mayor bienestar.

Todo ello implica un crecimiento económico sostenible e inclusivo.

Cuatro de cada diez trabajadores del mundo al día de hoy son mujeres, pero siguen siendo un potencial sin explotar, aquí en Indonesia y en todo el mundo. En todos los países las mujeres se enfrentan a los mismos obstáculos: menos paga que los hombres por trabajo del mismo valor, restricciones en el acceso a la tierra, el crédito o la propiedad, doble carga de trabajo en la casa y en el empleo, y una escasez de mujeres líderes y responsables de la toma de decisiones.

Mi mensaje hoy es que debemos invertir en las mujeres. Los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado, todas y todos deben tomar parte en esta inversión.

Invertir en las mujeres es particularmente urgente para las migrantes. Las mujeres representan el 80 por ciento de la mano de obra migratoria de Indonesia, en su mayoría en calidad de empleadas domésticas. Demasiadas mujeres que buscan trabajo en el extranjero han terminado siendo víctimas de contrataciones ilegales, de trabajos forzados y de tráfico sexual. Las trabajadoras migrantes necesitan una protección jurídica exhaustiva y un marco de políticas que promueva los derechos humanos en Indonesia y en toda la región.

Las compañías y las personas responsables de forzar a las mujeres a una vida sin escapatoria de violencia, abusos y explotación deben ser llevadas ante la justicia. Debe adoptarse una supervisión estricta y castigos severos para controlar los centros de capacitación y las agencias de empleo.

ONU Mujeres felicita a Indonesia por su ratificación, en abril, de la Convención internacional de la ONU sobre la protección de los derechos de todas/os las/os trabajadoras/es migrantes. Hoy insto a Indonesia a intensificar su liderazgo de defensor de los derechos de las/os trabajadoras/es migrantes. Nos unimos al comité de la CEDAW para alentar al Gobierno a que adopte la ley de protección de las/os trabajadoras/es domésticas/os con una reglamentación clara y consistente para esas/os trabajadoras/es. Les insto también a enviar un mensaje claro al mundo ratificando el Convenio de la OIT en materia de trabajadoras/es domésticas/os.

Una inversión en las mujeres traerá un cambio evidente: más mujeres saldrán de la pobreza, más niñas y niños terminarán la escuela, se mantendrán saludables y tendrán mejores probabilidades y oportunidades en el futuro. Más mujeres tendrán oportunidades económicas reales en empleos donde se les tratará de manera justa y donde se protegerá sus derechos, y más mujeres emergerán como líderes que harán avanzar el empoderamiento económico de las mujeres en todos los sectores.

Según un estudio de McKinsey sobre el liderazgo de las mujeres en Indonesia, sólo un 5 por ciento de los directores ejecutivos y un 6 por ciento de los miembros de las juntas ejecutivas de las empresas son mujeres. Además he constatado que un 40 por ciento de las mujeres dejan de trabajar muy pronto, la mayoría por razones familiares.

Necesitamos que más mujeres líderes se ocupen de los múltiples desafíos sistémicos a los que se enfrentan las mujeres al escalar en su vida profesional: una escasez de mentores y de acceso a las redes informales que llevan al reconocimiento y los ascensos; estereotipos culturales persistentes acerca del rol de las mujeres en los negocios; y horarios inflexibles de trabajo que hacen muy difícil conciliar la vida profesional y familiar.

ONU Mujeres se apoya en las asociaciones con los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado para trabajar en el empoderamiento económico de las mujeres. Ésa es la razón por la que nos hemos unido al Pacto Mundial de la ONU para crear los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres para el sector privado. Estos principios alientan a las compañías a establecer objetivos y metas con el apoyo de su dirección y de compartir con el público y con otras compañías sus progresos. Hasta el día de hoy se han comprometido más de 466 CEO con estos Principios e insto a las compañías indonesias a unirse a esta red mundial.

A medida que más y más mujeres son pioneras en la política, la economía y en la sociedad, los estereotipos y creencias culturales arraigados cambian en lo relativo al rol de las mujeres en la sociedad. No podemos subestimar la importancia de las mujeres líderes a la hora de abrir las mentes y las aspiraciones, las oportunidades de igualdad y el respeto por los derechos humanos.

Uno de los principales logros de Indonesia para las mujeres y las niñas es el haber alcanzado la paridad de género en la educación primaria, secundaria y terciaria. El valor de la educación es bien conocido por esta nueva generación de mujeres líderes emergentes. Las niñas que terminan la escuela secundaria evitan una serie de factores de riesgo: tienen seis veces menos probabilidades de casarse en la infancia y de reducir considerablemente su riesgo a ser víctimas de violencia doméstica, embarazos tempranos, muerte y discapacidad maternas, y contagio del VIH. Un/a niño/a hijo/a de una madre que sabe leer tiene 50 veces más probabilidades de sobrevivir más allá de los 5 años de edad.

Ya he dicho que es hora de aceptar el reto de poner a las mujeres en puestos formales de líderes: en la economía formal, en la sociedad civil y en todos los niveles del gobierno. Es hora de liberar el pleno potencial de las mujeres y de las niñas. Es hora de promover y proteger los derechos humanos de todas las personas, inclusive el derecho a la salud sexual y reproductiva y el derecho a vivir libres de violencia y discriminación.

Me complace decirles que ONU Mujeres trabaja en Indonesia con socios en el Gobierno, la sociedad civil y el sector privado para eliminar las barreras que impiden a las mujeres participar plenamente en la política, la economía y la consolidación de la paz. Trabajamos con las ONG y con las autoridades locales para redactar proyectos de leyes locales equitativas que se ajusten a lo establecido en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, y para promover los derechos humanos y la igualdad de género.

Estamos brindando apoyo a la capacitación de las mujeres migrantes antes de su partida, difundiendo información sobre una migración segura y ofreciendo asistencia jurídica a las/os trabajadoras/es y sus familias. Apoyamos al Gobierno y a las ONG a promover la ley de trabajadoras/es domésticas/os y a mejorar la protección social y las políticas laborales.

Apoyamos los esfuerzos comunitarios por erradicar la violencia contra las mujeres, promoviendo la iniciativa Aldeas Seguras en dos aldeas en Aceh. Las/os miembros de la comunidad han organizado una guardia comunitaria y formado a las/os responsables del mantenimiento del orden a nivel local, al personal hospitalario y a las/os asesoras/es sobre cómo responder eficazmente y garantizar que las sobrevivientes de la violencia tengan acceso a la justicia.

Trabajamos con el Gobierno de Indonesia para finalizar el plan nacional de acción en materia de mujeres, paz y seguridad, basado en los principios de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de incluir a más mujeres en la consolidación de la paz. Trabajamos igualmente con el gobierno provincial en Aceh con el fin de promover el liderazgo de las mujeres, mantener la paz y promover la justicia y la democracia.

Queda claro que la idea de igualdad de oportunidades estipulada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) y la Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing, en el sentido de que los derechos de las mujeres son derechos humanos, está echando raíces en Indonesia.

Les agradezco esta oportunidad de dirigirme a ustedes acerca del liderazgo de las mujeres en Indonesia y en todo el mundo. El mundo observa a Indonesia a medida que fortalece su democracia, hace participar a sus ciudadanas/os en el proceso y se sobrepone a los retos impuestos por el pasado.

La democracia, la paz y la libertad recaen por igual sobre los hombres, las mujeres y las/os jóvenes líderes comprometidas/os con la igualdad y la justicia para todas y todos en Indonesia. El futuro está en sus manos. Siento su espíritu en Yakarta y en esta sala, y puedo asegurarles que ONU Mujeres permanecerá a su lado mientras trabajan en aras de la paz, la justicia y la igualdad.