Las mujeres en el mundo del deporte

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Discurso pronunciado por la Directora Ejecutiva Adjunta de ONU Mujeres, Lakshmi Puri, en ocasión del debate acerca de las “Opiniones de los líderes sobre las mujeres en el mundo del deporte durante la 5ª Conferencia Mundial del COI sobre las mujeres y el deporte, Los Ángeles, 17 de febrero de 2012.

[Cotejar con el texto pronunciado.]

Señoras y Señores:

Muy buenos días. Quisiera unirme a otros panelistas para agradecer al Comité Olímpico Internacional, al Comité Olímpico de los EE.UU., y al Comité de California del Sur para los Juegos Olímpicos por haber organizado este importante evento. Es un honor para mí integrar este panel con personas tan distinguidas que han hecho tanto para hacer avanzar la participación y el liderazgo de las mujeres en el mundo del deporte.

Aunque ésta es la quinta Conferencia Mundial del COI sobre las mujeres y el deporte, es la primera desde que se creó la organización que represento: ONU Mujeres. Como saben, ONU Mujeres fue creada en 2010 para aunar los esfuerzos internacionales en la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

En la actualidad, ONU Mujeres está presente en 75 países para dar apoyo a los socios nacionales e impulsar mayores progresos en materia de empoderamiento de las mujeres e igualdad de género. Desde hacer avanzar la participación política de las mujeres hasta ampliar las oportunidades económicas para las mujeres, crear una movilización para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, aumentar la participación de las mujeres en la consolidación de la paz, o garantizar que los presupuestos y los planes beneficien a las mujeres, trabajamos para cumplir una promesa: la de lograr derechos y oportunidades iguales para las mujeres y para los hombres.

Un aspecto fundamental de nuestra estrategia es la de hacer oír las voces de las mujeres y ampliar sus roles como líderes y defensoras del cambio. El deporte puede ser un camino importante para ello.

Nuestra Directora Ejecutiva, la Sra. Michelle Bachelet, dice a menudo que “cualquier mujer líder, sea de una organización comunitaria o de un país, puede ser agente del cambio. Y es muy cierto que las mujeres que representan un modelo a seguir y que son pioneras pueden impulsar grandes cambios en materia de igualdad de género.

Estoy segura que estará de acuerdo, Sra. DeFrantz. A través de su destacada carrera en el remo y de sus diversos nombramientos en el seno del COI, que la llevaron a ser la primera mujer vicepresidenta del comité ejecutivo del COI, ha hecho muchísimo por cambiar las percepciones de las mujeres en los deportes y el liderazgo de las mujeres en el movimiento olímpico.

Los logros que usted y muchos de los presentes aquí hoy han alcanzado, así como los de las famosas deportistas que nos han inspirado con sus éxitos, han sido alcanzados pese a numerosas barreras y a la discriminación de género. La mujeres no sólo siguen siendo consideradas como demasiado débiles para algunos deportes, sino que su potencial como deportistas y entrenadoras, directoras técnicas o representantes sigue siendo pasado por alto en las instituciones deportivas.

Se han conseguido progresos en los últimos años, especialmente gracias al liderazgo del COI que introdujo cuotas para la representación de las mujeres en las organizaciones deportivas. Las propias mujeres dentro de esas estructuras dicen tener más influencia y participación en la toma de decisiones en el mundo de los deportes.

Sin embargo, los modos socialmente aceptados de lo que quiere decir ser un hombre o una mujer siguen teniendo un papel importante a la hora de determinar el acceso y los niveles de participación tanto en los estadios como en las estructuras de la organización del deporte en sí. Esto refleja normas y estereotipos de género firmemente arraigados sobre la masculinidad y la femineidad: las mujeres tienen que ser gentiles y afectuosas, y los hombres tienen que ser fuertes y sin emociones… el fútbol es para los hombres y la danza para las mujeres.

Estos estereotipos de género restringen y dañan tanto a hombres como a mujeres porque les impiden dar rienda suelta a su potencial y hacer sus sueños realidad. En India, mi país de origen, las mujeres y las niñas se encuentran en una posición aún menos ventajosa ya que, generalmente, no se da mayor importancia a los deportes para los niños, y mucho menos para las niñas.

Cada paso que se dé para luchar contra esos estereotipos es un paso adelante en la promoción de la igualdad de género. La existencia misma de mujeres deportistas, especialmente en deportes que por tradición no se consideran “femeninos, puede afectar profundamente las normas arraigadas de los roles masculinos y femeninos. Esa es la razón por la que me alegró saber que las boxeadoras tendrán finalmente la posibilidad de luchar por el oro en las Olimpiadas de 2012.

No hay sólo que mirar en los deportes profesionales para ver los beneficios que tienen el deporte al cambiar los estereotipos y promover el empoderamiento y el liderazgo de las mujeres. Recientemente leí la historia de Nassima Atker, una joven de 15 años que comenzó a hacer surf en Bangladesh. El surf no es un deporte común en ese país donde los hombres rara vez entran al agua a no ser que sean pescadores, y muchos padres no permiten que sus hijas naden después de cumplir los 12 años. Sin embargo, los esfuerzos por crear un club local de surf resultaron en que muchos jóvenes se apasionaran por este deporte. Hace sólo un año había más niñas que varones miembros del club. A medida que el surf se hizo más popular, algunos líderes comunitarios dijeron que este deporte no era apropiado para las mujeres y las niñas. Desde entonces, casi todas las mujeres miembro del club dejaron de asistir. Nassima es la única que continúa en el club.

Hoy, Nassima es una surfista excepcional y ha ganado varias competiciones locales de surf. Si ella viviese aquí en California, podría competir en el circuito amateur de surfistas. Si su potencial fuese descubierto y alentado, Nassima podría competir internacionalmente y se volvería la primera estrella internacional del surf de Bangladesh y quizá cambiaría algunas de las opiniones sobre las mujeres y el deporte.

El ejemplo de Nassima nos recuerda que es necesario invertir más para promover la participación y el liderazgo de las mujeres en el deporte. Las entrenadoras, las educadoras y las mujeres que forman parte del personal deportivo ofrecen una prueba clara de que las mujeres y las niñas pueden destacarse y ser líderes en la sociedad.

Además de ofrecer modelos a seguir, el deporte puede ser una plataforma eficaz para proporcionar capacidades de liderazgo a mujeres y niñas, que pueden luego transferir a otros campos, como la participación cívica y la vida profesional. La fuerza, la perseverancia, el compromiso, el espíritu de equipo, la solidaridad, la negociación y el respeto por los demás son todos valores esenciales tanto en el deporte como en la búsqueda de la igualdad de género y del empoderamiento de las mujeres.

Los programas deportivos han sido también exitosos en reducir las restricciones y dar a las niñas y a las mujeres mayor movilidad. Los deportes pueden ayudar a reducir el aislamiento social que sufren muchas mujeres y niñas, especialmente las que viven en la pobreza y se encuentran marginadas dentro de sus comunidades y a veces dentro de sus familias. Un estudio realizado en 2006 en Kibera, Kenya, indicó que menos del 2% de alrededor de 76.000 niñas disponía de un lugar que consideraba seguro para encontrarse con sus amigas. Gracias a los deportes, las mujeres y las niñas pueden disponer de lugares seguros para reunirse, establecer nuevas redes interpersonales, desarrollar un sentido de identidad y acceder a nuevas oportunidades, lo que muchas veces les permitirá involucrase más en la vida comunitaria.

El programa Ishraq, que se lleva a cabo en 14 aldeas de Egipto con el apoyo del Consejo para la Población, fue creado para desarrollar las capacidades de las niñas, aumentar su confianza en sí mismas, incrementar sus conocimientos en materia de ciudadanía y liderazgo, y ampliar sus esperanzas para el futuro. Las niñas de esas comunidades tenían poca confianza en sí mismas, poca movilidad, acceso limitado a la educación y pocas amigas, en comparación con los niños de las aldeas. El programa utilizó una combinación de deportes tradicionales y de desarrollo de habilidades para la vida a fin de abordar una amplia gama de temas como la consciencia medioambiental, la salud reproductiva y la violencia contra las mujeres. Después del programa, no sólo cambió dramáticamente la percepción de las niñas sobre sí mismas, sino también la de sus familias. Las niñas dijeron haber adquirido un estatus más elevado en la familia, incrementando su participación en la toma de decisiones y la comprensión de sus derechos.

Como bien nos lo recuerda este ejemplo, una condición previa necesaria para el empoderamiento y el liderazgo es la autoestima. Los deportes pueden ser la base para la “realización personal y la “confianza en sí mismo — conceptos que van más allá del estado físico y que conllevan también beneficios psicológicos. La realización personal requiere un estilo de vida que incluye la afirmación de sí mismo y el cuidado personal, así como el logro de un equilibrio entre el cuidado de sí mismo y el cuidado de los demás. Es claro, pues, que los beneficios sociales de los deportes son múltiples y que deben ser impulsados en pro del desarrollo sostenible, de la paz y de los derechos humanos, y por supuesto en pro de la igualdad de género y del empoderamiento de las mujeres.

La Oficina de las Naciones Unidas sobre el Deporte para el Desarrollo y la Paz ha estado movilizando al sistema de la ONU para acercar los mundos del deporte y del desarrollo. El año pasado se creó un Grupo temático sobre Deporte y Género centrado en tres áreas estratégicas prioritarias con el fin de optimizar el uso del deporte para promover la igualdad de género:• Alentar la confianza en sí mismo y el empoderamiento
• Facilitar el apoyo social y la inclusión
• Proporcionar oportunidades de liderazgo y de logros.

A medida que desarrollamos nuestros programas sobre el terreno, en ONU Mujeres también veremos cómo utilizar las oportunidades que ofrece el deporte. Ya estamos considerando ampliar nuestras asociaciones - con el movimiento olímpico, por supuesto, pero también con otras organizaciones deportivas. Estamos hablando con la FIFA sobre el mejor modo de colaborar para fortalecer los programas deportivos con componentes de habilidades para la vida y de empoderamiento para las niñas, y con un fuerte componente de no violencia e igualdad para los niños. También tenemos planes de fortalecer nuestras alianzas con las organizaciones de la sociedad civil utilizando el deporte como estrategia para hacer avanzar los derechos de las mujeres.

La Campaña Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres del Secretario General de la ONU, que ONU Mujeres coordina en nombre del sistema de la ONU, ya ha utilizado el deporte para promover mensajes de respeto y de no violencia. La amplia participación de los hombres y de los niños en los deportes, como deportistas y como espectadores, es un medio poderoso de cambiar actitudes y comportamientos estereotipados.

En el contexto de la campaña Únete, muchas de nuestras oficinas sobre el terreno se han asociado con clubes locales de deportes para incorporar a los hombres y a los niños en la promoción de la igualdad de género. El año pasado, en Brasil, los hombres y las mujeres de la delegación brasileña a los 5º Juegos Mundiales Militares se unieron a la campaña Únete e instaron a todas las personas a hacer lo mismo. Más de 4.000 atletas se reunieron para los juegos en Rio de Janeiro a mediados de julio. Los competidores y los espectadores pudieron ver los mensajes en vídeo, folletos y otros materiales de la campaña que se distribuyeron en los vestuarios y en las áreas de competición.Señoras y señores:

El potencial que tiene el deporte para contribuir al empoderamiento social, económico y político de las mujeres y de las niñas es claro y ha sido reconocido por los gobiernos, el sistema de las Naciones Unidas, la sociedad civil, las organizaciones deportivas y otros interesados. Ahora es el momento de actuar sobre este reconocimiento para hacer llegar los beneficios del deporte a las mujeres y a las niñas.

Creo que el deporte y la búsqueda de la igualdad de género pueden reforzarse mutuamente, mediante los modelos que ofrecen, los valores que promueven y el alcance que tienen y buscan. En esencia, son similares en su capacidad de generar sueños y de llevar a las personas a generar cambios y a obtener éxitos en sus vidas y en la sociedad en general.

Estas palabras de Wilma Rudolph, la “mujer más rápida del mundo que nos ha inspirado a todos con sus logros a pesar de su adversidad, me causaron gran impresión: “Nunca subestimes el poder de los sueños y la influencia del espíritu humano. Todos somos iguales en ese aspecto. El potencial de grandeza se encuentra en cada uno de nosotros.

Sé que podemos contar con ustedes aquí presentes para ser agentes del cambio y aprovechar el poder de los sueños para crear un mundo mejor para las mujeres y las niñas. Espero que esta conferencia logre un buen resultado en esa dirección. Pueden contar con ONU Mujeres en tanto que socio comprometido y motor del cambio en este esfuerzo.

Muchas gracias.