Europa oriental y Asia central deben pasar a un desarrollo sostenible ahora o les será más oneroso en el futuro, señala el informe de la ONU

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Estambul, Turquía, 23 de marzo de 2012 — Europa oriental y Asia central deben eliminar los subsidios a los combustibles fósiles, invertir en empleos “verdes y establecer pisos de protección social para garantizar un futuro sostenible, según las conclusiones de un informe de la ONU presentado hoy en Estambul, Turquía.

El informe, De la transición a la transformación: desarrollo sostenible e inclusivo en Europa y en Asia central, fue presentado en ocasión del primer Foro Mundial de Desarrollo Humano que reunió a expertos de alto nivel de gobiernos, corporaciones, la sociedad civil y organizaciones internacionales con el fin de examinar los cambios que se requieren en materia de políticas mundiales para garantizar un futuro sostenible para las personas en el presente y para las generaciones futuras.

El informe, que contó con el apoyo de ONU Mujeres, concluye que una economía sostenible puede aumentar la competitividad y disminuir la incidencia de enfermedades cardiovasculares y respiratorias. También demuestra que al eliminar los subsidios dañinos es posible generar ahorros, lo que a su vez puede invertirse para aumentar la equidad.

“Cuanto más pospongamos esta transformación, más nos costará, escriben Jan Kubiš, Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para Europa de la ONU, y Kori Udovicki, Directora del PNUD para Europa y la Comunidad de Estados Independientes, en el prólogo del informe. “A mediano y largo plazo surgirán nuevos estilos de vida y pautas de producción y de consumo. Por lo tanto, es prudente acelerar la transformación adoptando medidas de políticas graduales o, en el caso de los países de bajos ingresos, evitando completamente el desarrollo obsoleto que no respeta el medioambiente, dicen los autores

La región de Europa oriental y Asia central es la única del mundo donde se ha observado una disminución notable en las emisiones de carbono en los últimos 20 años, la cual ha coincidido con el mayor aumento en la desigualdad en los ingresos. El informe, que contó con el apoyo de 13 organismos de la ONU, exige una transformación hacia políticas integradas donde la equidad social, el crecimiento económico y la protección del medioambiente sean considerados en conjunto. El informe indica que esa transformación no sólo es necesaria sino que es posible, incluso en una región con tanta diversidad, y hace un llamado a:

• Eliminar los subsidios a los combustibles fósiles para enviar una señal adecuada tanto a los comercios como a los hogares. Los precios energéticos justos alentarán el desarrollo de tecnologías eficientes en materia de energía, harán que la energía renovable sea más atractiva y cambiarán las pautas de consumo.

• Establecer pisos de protección social definidos a nivel nacional para permitir transiciones estructurales que sean justas e inclusivas, protegiendo y facilitando la adaptación al cambio climático y empoderando a los trabajadores para que aprovechen las nuevas oportunidades económicas. Los pisos de protección social son un pilar esencial de la cohesión y de la estabilidad social y una poderosa herramienta para combatir la pobreza y la exclusión social. Éstos también pueden servir como estabilizador automático durante las crisis económicas y las transiciones estructurales y son un componente fundamental de las estrategias de desarrollo justas e inclusivas.

• Invertir en la creación de empleos decentes y verdes para las mujeres y los hombres en aquellos sectores donde hay mayores oportunidades en la región: energías renovables, reciclaje, viviendas energéticamente eficientes y transporte sostenible.

• Acelerar las políticas de un mercado laboral activo mediante la inversión en nuevas capacidades, además de prestaciones por desempleo, intermediación en el mercado laboral y diversificación económica que son medidas necesarias para garantizar una transición justa e inclusiva para los trabajadores que dejen las industrias que requieren un uso intensivo de recursos.

• Que los gobiernos tomen en cuenta la sostenibilidad en todas las decisiones importantes en los ámbitos nacional y local y que den pruebas de liderazgo en el transcurso de la transformación sostenible, asegurando que las adquisiciones del sector público sean ecológicas, analizando el impacto de las políticas energéticas y medioambientales sobre la salud, y permitiendo que el sector privado invierta en el desarrollo sostenible.

• Crear conciencia entre los productores, los consumidores, los partidos políticos y las comunidades científica y cultural. Los jóvenes deben participar porque su calidad de vida está en juego. Las mujeres también, cuyas contribuciones a este esfuerzo son fundamentales, en particular porque llevan el control del consumo en el hogar. La sociedad civil debe ejercer su derecho a la información conforme a lo estipulado en la Convención de Aarhus, y crear un público que exija a los gobiernos que adopten políticas de desarrollo sostenible y que se resistan a los grupos de presión en los sectores que requieren el uso intensivo de recursos.

El informe es una contribución de los gobiernos, los expertos, los investigadores y los profesionales del desarrollo en vísperas de la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible de la ONU - Rio+20 - que se celebrará en Brasil en el mes de junio y a la que asistirán más de 110 jefes de Estado y miles de parlamentarios, alcaldes, funcionarios de la ONU, directores ejecutivos de empresas y líderes de la sociedad civil con el fin de discutir y crear nuevas políticas y medidas de promoción de la prosperidad, de reducción de la pobreza y avance de la equidad social y de la protección del medio ambiente.

Si desea descargar el informe, sírvase visitar el sitio: http://on.undp.org/GPTYH2

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Si desea más información, sírvase ponerse en contacto con:

En Estambul, Faik Uyanik, Tel.: +90 312 454 1105, faik.uyanik@undp.org; Deniz Silliler Tapan, Tel.: +90 530 580 4357, deniz.tapan@undp.org.

En Nueva York: Stanislav Saling, Tel.: +1 917 346 1955, stanislav.saling@undp.org.

El informe fue elaborado conjuntamente por: la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEE), las Naciones Unidas, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres). El Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), el Centro de Comercio Internacional (CCI) y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) también realizaron aportes al informe.