Preservando el equilibrio entre los negocios y el medio ambiente en México

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Fachada del Hotel Taselotzin en Cuetzalan, México, un ejemplo de equilibrio entre negocio y medio ambiente.(Foto: ONU Mujeres/Lourdes Grobet)

El Hotel Taselotzin es hoy un alojamiento recomendado en guías turísticas y páginas web de México. Pero el camino hasta llegar ahí no ha sido fácil.

“La idea de abrir un hotel surgió de todas las integrantes de la organización. Comenzamos a tomar cursos de contabilidad, antropología, talleres que nos enseñaban cómo atender a los clientes. Ahora somos 45 socias y el establecimiento va a cumplir 11 años, cuenta Juana María Nicolasa Chepe, gerente del hotel.

En la cálida y lluviosa Sierra Norte de Puebla, México, las mujeres indígenas llevan años liderando los cambios en sus comunidades. Su cultura, patrimonio y sabiduría ancestral son su principal apoyo para continuar creciendo ellas y sus familias. En el corazón de la Sierra Norte, las integrantes del grupo Maseualsiuamej Mosenyolchicauani (Mujeres Indígenas que Trabajan Juntas), se han valido de estas tradiciones para construir innovadores proyectos sostenibles como alternativas económicas.

En México, casi 7 millones de personas hablan alguna lengua indígena. De acuerdo con datos del Censo de 2005, las tasas de actividad para la población hablante de lengua indígena eran de 70.4 por ciento para hombres y un 21.7 por ciento para mujeres.

ONU Mujeres apoya a las mujeres indígenas en el ejercicio de sus derechos a través del fortalecimiento de la capacidad institucional de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), instancia con la cual ONU Mujeres mantiene un Acuerdo de colaboración desde 2008. El convenio hace especial hincapié en la creación de políticas públicas que faciliten el acceso de las mujeres indígenas a los derechos sociales, económicos, políticos, a una vida libre de violencia y a los derechos sexuales y reproductivos. Una de las actividades que surgen en el marco de este convenio, es visibilizar los aportes de las mujeres indígenas a sus comunidades y la sociedad desde la perspectiva del Buen Vivir, una aproximación holística de los pueblos indígenas que incluye su relación con la tierra, el territorio y el medio ambiente.

Dos miembros de la organización de mujeres indígenas Maseualsiuamej Mosenyolchicauanij, que regenta el hotel (Foto:ONU Mujeres/Lourdes Grobet)

El Hotel Taselotzin es un éxito en materia de desarrollo sostenible: recicla los desechos orgánicos, cuenta con un sistema de captación de agua de lluvia para su aprovechamiento, usa la materia orgánica como fertilizante para sus jardines, ha dedicado espacios verdes para asegurar el aire limpio, y las comidas se elaboran con productos naturales. Su diseño arquitectónico también mantiene un equilibrio con la naturaleza. El Hotel Taselotzin además empodera la comunidad generando empleo para las familias locales y asegura que los beneficios se reparten entre los miembros de la organización.

Ofrecido como servicio adicional a los visitantes, la medicina natural es otro de sus puntos fuertes. La Sierra Norte de Puebla es, de hecho, un lugar propicio para las plantas medicinales. Varias comunidades de mujeres indígenas viven de su cultivo y distribución.

En la actualidad, la mayoría de las organizaciones indígenas de esta región utilizan la medicina tradicional para la vida cotidiana. Una práctica muy enraizada en su cultura y por cuya preservación bregan casi a diario. “Sentimos que estamos en una lucha muy difícil, pero si se tiene una base cultural bien cimentada, al sembrar, los beneficios son buenos para todos. La fuerza está en la raíz cultural, explica Cecilia Ávila Francisco de la organización Maseualsiuat Xochiltajkitni.

Haciendo uso de su conocimiento y cultura tradicionales, las mujeres indígenas de Sierra Norte han marcado el camino hacia una economía basada en el desarrollo sostenible en sus comunidades.