Entrevista con Hanan Abdalla, directora de una nueva película que explora la vida de las mujeres egipcias desde la Primavera Árabe

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Esta semana, la película “A la sombra de un hombre encargada por ONU Mujeres, lleva las increíbles historias de cuatro mujeres egipcias al Festival Internacional de Cine de Estambul, como parte de una serie de proyecciones en todo el mundo. El documental fue presentado por primera vez en el Festival Internacional de Cine de Berlín a principios de este año. La directora rodará próximamente una segunda película sobre las candidatas a las elecciones parlamentarias de 2011-2012 de Egipto. En una entrevista con ONU Mujeres, la joven directora británico-egipcia Hanan Abdalla habla de los temas de los que trata el film y de su relevancia en momentos en que el movimiento de mujeres crece en importancia en el país.

¿Qué le atrajo del tema de las necesidades de las mujeres después de la revolución egipcia?
Siempre supe que hay muchísimas historias que esperan ser contadas por las mujeres en Egipto, pero la verdad es que después de la revolución tenía sentimientos encontrados sobre si hacer o no una película centrada en las mujeres. Sentía que era un tema que se había convertido en fetiche. Lo que me ayudó a continuar a pesar de mis inquietudes fue el sentimiento aplastante, o quizá el deber, de hacer una película que instase al debate sobre cómo se está construyendo el género en Egipto y acerca de la incómoda verdad de cómo este elemento define los parámetros de la libertad que tienen las mujeres.

¿Qué clase de impacto quiere que tenga el film?
Creo que una de las cosas mas importantes que se dicen en el film, la dice Shahinda: “Una mujer no puede ser independiente en un país que no es independiente, no puede ser libre en un país que está esclavizado. No se pueden limitar las exigencias de las mujeres sobre la base del género. No se pueden separar las exigencias de las mujeres de la realidad de la sociedad misma.

Espero que con este documental las personas comiencen a reevaluar la relación entre la emancipación de las mujeres y la emancipación de la sociedad en general, que vean que las exigencias de las mujeres están íntimamente ligadas a los problemas socioeconómicos más amplios a los que se enfrenta el país. Espero que dé pie a preguntas, por parte de los hombres y de las mujeres, sobre la manera en que los asuntos de género permea las tradiciones y sobre cómo debemos resistir ese fenómeno cuando nos limita.

¿Cómo han cambiado sus propias opiniones e ideas en el transcurso de la producción?
En un comienzo pensaba que quizá muchas mujeres no se daban cuenta del modo en que el género influencia sus roles sociales y que no ven que sus libertades son limitadas si se comparan con la de los hombres. De lo contrario, ¿por qué no se manifiestan en contra de ello? Sin embargo, a través de las historias íntimas que me contaron, se me hizo claro que sí existe conciencia de estas limitaciones y, lo que es más importante, que las mujeres las desafían en las decisiones que toman.

¿Cree que el momento en que se hizo fue importante para el film?
Esperaba que la producción de este documental ofreciese la oportunidad de intercambiar ideas en un momento de cambio, para poder reevaluar el tema de las mujeres y del género en Egipto. Lo que impactó fue lo relevante que se ha vuelto el documental. En especial, algunas de las secuencias de archivo de las décadas de 1970 y 1980 todavía son penosas. Cuando Shahinda exclama “la sangre del mártir no es un sacrificio y luego pregunta “¿estuvo equivocado nuestro sueño de justicia social para todos?, nos recuerda que nuestra lucha fue y sigue siendo de actualidad. En los últimos meses ha habido casos de violencia contra las mujeres por parte del ejército y de la policía, lo que a su vez ha causado el renacimiento del movimiento de mujeres en Egipto. Creo que los mensajes que dan las cuatro mujeres en “A la sombra de un hombre quizá tengan un impacto mayor ahora y sigan dando esperanza al empoderamiento y la emancipación de las mujeres en Egipto.

¿Cómo se recibió el film?
Hasta ahora la respuesta ha sido excelente de parte del público; a menudo me dicen que aprendieron algo o que comenzaron a tener una visión diferente sobre el modo en que se considera el género en Egipto. En una proyección en Aswan, en el Alto Egipto, una mujer se sintió especialmente emocionada por la historia de abusos de la que habla una de las participantes. Al finalizar me dijo que sentía alivio de saber que otras mujeres habían pasado por la misma experiencia y que sentía menos vergüenza al ver que una mujer tenía el suficiente valor de hablar de ello abiertamente.

Además, la película fue elegida para el Festival Internacional de Cine de Berlín (uno de los tres festivales de las principales películas del mundo), donde se estrenó. Fue una experiencia increíble y un gran honor. Muchos otros festivales han mostrado interés en exhibir la película y tengo ansiedad de saber a dónde iremos ahora.

¿De qué manera este proyecto llevó a su próxima película con ONU Mujeres, que está siendo rodada en la actualidad?
La oficina de ONU Mujeres en Egipto sugirió un tema para la próxima película, el de seguir a varias mujeres candidatas que se presentan a las primeras elecciones parlamentarias después de la caída de Mubarak. Pensé que sería una oportunidad de cuestionar el sistema patriarcal de Egipto y su relación con la participación política de las mujeres, y de ver cómo dicha participación puede afectar el cambio. Codirijo este proyecto con Cressida Trew; en estos momentos estamos editando cuatro meses de filmación. Después de los inesperados eventos que hemos vivido desde octubre pasado, incluyendo la génesis de un nuevo movimiento de mujeres en Egipto, el proyecto ha sido estimulante y esperanzador.