Declaración de Michelle Bachelet en la presentación del nuevo documental “Hombro con hombro: las mujeres, la paz y la seguridad”

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Tomando la palabra en la presentación de un nuevo documental, la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, identificó las áreas donde hay esperanzas pero también urgencia en lo relativo a las mujeres, la paz y la seguridad. Teniendo en cuenta el bajísimo porcentaje de mujeres presentes en las negociaciones de paz o en los componentes policiales y militares de las misiones de paz, la Sra. Bachelet destacó las cinco medidas prometedoras que se han tomado para hacer participar a las mujeres en los procesos de recuperación después de un conflicto. Sin embargo, enfatizó la brecha que existe entre los compromisos asumidos y las acciones que todavía quedan por hacer.

Quiero comenzar agradeciendo a todos nuestros amigos del Gobierno de Australia que tuvieron la idea de hacer este documental y lo hicieron realidad en tiempo récord. Cuando el Embajador Quinlan me pidió que participara en este proyecto y solicitó la asociación de ONU Mujeres, no tenía duda de que el resultado sería muy valioso y útil para nuestras labores de promoción y de formación, y quedamos encantados de tener la oportunidad de colaborar con ellos. Sin embargo, debo confesar que no tenía idea de que se haría en tan sólo unas semanas. Dr. Ryan, le ruego haga saber a todo su equipo que hicieron un trabajo extraordinario y que nosotros haremos todo lo posible por promover este documental y garantizar que se vea ampliamente y que se le dé buen uso.

Gracias también a todos ustedes por venir a dar su apoyo a este documental y por su interés en un tema que es una de las principales prioridades para nosotros en ONU Mujeres, para el Secretario General y para muchos de ustedes y de las organizaciones y gobiernos que representan, así como para mis colegas que han tenido la amabilidad de asistir a esta proyección y hablar en este panel.

Quiero dedicar unos cuantos minutos a transmitirles un sentimiento tanto de urgencia como de esperanza. Urgencia porque, como lo dijera el Secretario General al comienzo de la proyección, el progreso realizado no es suficiente para abarcar la magnitud del problema; y esperanza porque hay una gran expectativa en lo que se puede alcanzar si nos unimos y trabajamos juntos.

A todos nos preocupa la violencia en Siria y en Mali, los nuevos combates y desplazamientos de la población en el Este de la RDC, en Sudán y en Sudán del Sur, la continua inseguridad en Iraq, Afganistán y Somalia, la complejidad de las transiciones en los países árabes, y la precaria recuperación de muchos países en situación de post conflicto donde las misiones de la ONU se están preparando para escalonar su retirada. No obstante, a muchos de nosotros nos preocupa en especial el impacto que estos conflictos tienen sobre la vida y los derechos de las mujeres, y el derroche del potencial de consolidación de la paz de la mitad de la población del mundo.

El porcentaje de mujeres en las negociaciones de paz o en los componentes policiales y militares de las misiones de paz sigue siendo extremadamente bajo, como lo es el porcentaje de los gastos presupuestados después de un conflicto, dedicados específicamente a empoderar a las mujeres o a promover la igualdad de género. Mientras tanto, millones de mujeres y niñas son desplazadas de su tierra, atacadas en el camino hacia y desde los campos de refugiados, privadas de educación, casadas a temprana edad, acusadas o asesinadas por defender los derechos humanos, atacadas sexualmente en los centros de detención o en sus propias comunidades, condenadas a una vida de indigencia y robadas de sus medios de vida y de sus esperanzas.

Nosotros incluimos menciones sobre la protección de sus derechos en las leyes, resoluciones y convenciones, pero sólo un porcentaje minúsculo recibe justicia o reparaciones por los crímenes de los que son víctima. Aplaudimos a las organizaciones comunitarias de mujeres por su rol en la promoción de la paz y la reconciliación en sus comunidades, pero parece que no les hemos brindado el apoyo y el empoderamiento necesario.

Las contribuciones de las mujeres a la paz y a la democracia por lo general no se traducen en roles de liderazgo en las instituciones responsables de la toma de decisiones. En las cinco elecciones parlamentarias celebradas en 2011 en países que cuentan con una misión de la ONU, o hubo pequeñas disminuciones o pequeños aumentos en la cantidad de mujeres electas. El resultado fue que un promedio de tan sólo el 10 por ciento de los escaños en los parlamentos quedó en manos de mujeres. De los 11 acuerdos de paz firmados en 2011, sólo dos incluyeron disposiciones específicas para las mujeres.

Al mismo tiempo, ahora tenemos una serie de oportunidades para mejorar esta situación. Mencionaré cinco de ellas.

En primer lugar, el Plan de Acción de Siete Pasos del Secretario General sobre las mujeres y la consolidación de la paz establece el conjunto de compromisos más tangible hasta la fecha del sistema de la ONU, para crear oportunidades para la participación y el liderazgo de las mujeres en la mediación, planificación, financiación, gobernanza, seguridad, estado de derecho y recuperación económica después de un conflicto.

Esto incluye el compromiso de garantizar que por lo menos el 40 por ciento de los beneficiarios de los programas de recuperación económica después de un conflicto sean mujeres, y de destinar por lo menos el 15 por ciento de los fondos de los programas administrados por la ONU a apoyar la consolidación de la paz, atendiendo los derechos de las mujeres y haciendo avanzar la igualdad de género. En la actualidad se utilizan indicadores de género en una serie de entidades de la ONU, lo que quizá ayuda a aumentar el porcentaje de gastos para la igualdad de género en la recuperación post conflicto y en la ayuda humanitaria.

En segundo lugar, la ONU ha comenzado su esfuerzo más ambicioso hasta la fecha de fortalecimiento de la disponibilidad, capacidad de despliegue y adecuación de las capacidades civiles para la consolidación de la paz. Como parte de este proceso, estamos llevando a cabo el primer examen holístico del modo en que se estructura y se ejecuta la experiencia en materia de género en las situaciones de post conflicto.

En tercer lugar, el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz y el Secretario General están decididos a aumentar, más rápidamente, la cantidad de mujeres en las misiones de mantenimiento de la paz y en los puestos superiores.

En cuarto lugar, cada vez hay más pruebas de los firmes dividendos en materia paz y recuperación que se podrían obtener si se invierte en el empoderamiento de las mujeres. En muchos países en situación de post conflicto, el 40 por ciento de las familias tienen una mujer a su cabeza, y los investigadores han comprobado que las mujeres gastan hasta el 90 por ciento de sus ingresos en la educación, salud y nutrición de sus familias, tanto durante como después de un conflicto. En los países en post conflicto que tienen cuotas de género electorales, las mujeres llegan a ocupar el 34 por ciento de los escaños parlamentarios. Más prometedor aún es el hecho de que la representación política de las mujeres aumenta dramáticamente cuando se usan las cuotas de género, lo que quiere decir que una vez que se establecen las cuotas en una elección, las mujeres tienen mejores resultados en la siguiente.

También sabemos que un mayor número de mujeres líderes las convierte en modelos de conducta y mejora la percepción de las niñas sobre sus posibilidades y aspiraciones. Si se aumenta la proporción de maestras por encima del 20 por ciento, se observa una mayor asistencia de las niñas a la escuela y, en algunos casos, mejor desempeño. Si se aumenta la proporción de oficiales de policía mujeres por encima del 30 por ciento, se observa una mayor cantidad de denuncias de violencia sexual y de género.

En último lugar, la determinación de ONU Mujeres por aumentar su presencia sobre el terreno y su capacidad en los países en conflicto y en post conflicto nos ofrece otra oportunidad. La hemos aprovechado para trabajar con nuestros socios de la ONU para formar a los funcionarios del mantenimiento de la paz, para aumentar la cantidad de mujeres en los grupos de mediación, y para mejorar el análisis de género y las pruebas de violencia sexual y de género en las Comisiones de Investigación, por mencionar sólo algunos ejemplos.

Anhelamos y esperamos hacer mucho más en el futuro. Estoy ansiosa por ver el trabajo del panel y el debate. Gracias, una vez más, a nuestro anfitrión, a los organizadores y a todos los que han trabajado en la elaboración de este documental. Todos en ONU Mujeres esperamos continuar esta colaboración estrecha para alcanzar aún mayores progresos.