En Bosnia y Herzegovina, las jóvenes encuentran su voz – y sus dotes de líderes

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Los cursos se centraron en el voluntariado, el liderazgo, los derechos de las mujeres y la democracia, y fueron además interactivos por medio de juegos de roles y actividades de promoción. Foto: Instituto para el Desarrollo de la Juventud (KULT)

De acuerdo a los comentarios de una joven bosnia, las conversaciones familiares alrededor de la mesa se han animado últimamente en Bosnia y Herzegovina.

 “Vivimos en una sociedad patriarcal, y durante las comidas en familia a menudo se habla de qué deben hacer los hombres y las mujeres, y de las obligaciones de la mujer dentro de la casa, dice sonriendo la coordinadora del proyecto, Nejra Kadic, que tiene 23 años. “Aunque mis amigas y yo hagamos sólo algún que otro comentario de vez en cuando, ahora hay buenas pláticas. Por ejemplo podemos tratar de convencer a los demás de porqué las mujeres tienen que trabajar y no sólo dedicarse a las tareas domésticas.

En 2009, el Instituto para el Desarrollo de la Juventud (KULT) hizo un llamamiento a las municipalidades del país: canalizado a través de organizaciones no gubernamentales locales de jóvenes y con el apoyo del Fondo para la Igualdad de Género de ONU Mujeres, se prometía a las mujeres jóvenes la oportunidad de adquirir dotes de líderes, adquirir autoconfianza y comprender mejor la estructura de derechos humanos y de derechos de la mujer en Bosnia y Herzegovina.

El programa tenía el propósito de poner en tela de juicio los estereotipos de género prevalentes en el país, especialmente aquéllos que reducen las aspiraciones de las niñas en las comunidades rurales donde las tradiciones están más arraigadas y los sistemas patriarcales siguen siendo fuertes. El personal de KULT había constatado que faltaba una dimensión de género en la mayoría de las estrategias relativas a los jóvenes, y que a menudo se excluía a las niñas de los programas pensados para crear capacidades o fortalecer la autoestima.

La iniciativa, puesta en práctica hasta fines del año pasado, hizo participar a 180 mujeres jóvenes de entre 15 y 30 años de edad en ocho talleres de todo un fin de semana a través de doce municipalidades. Los talleres se centraron en el voluntariado, en el liderazgo, en los derechos de las mujeres y en la democracia, y fueron asimismo interactivos, empleando la música, los vídeos y el juego de roles.

Esto permitió poner a las jóvenes en contacto con las ONG locales y con mujeres profesionales que les podían servir de modelo. “Nos ensenó acerca del trabajo en los centros de género del país, por ejemplo, y acerca de lo que hacen las ONG de mujeres y de lo que tratan de conseguir, explica Kadic que trabaja con KULT que fue quien dirigió los talleres con la ONG Asociación de Expertos de BH. “Aprendimos a hablar en público, a trabajar con los medios, a escribir comunicados de prensa y a organizar campañas.

Algunas incluso viajaron a Sarajevo, la capital, para ponerse en contacto con mujeres jóvenes de todo el país; otras fueron a Colonia, en Alemania, para ver y traer información sobre cómo operan allí los centros de jóvenes y de mujeres y cómo trabajan con los jóvenes y con los jóvenes sin domicilio fijo. Otras hicieron cursos para instructoras que les permitirán utilizar lo que aprendieron para empoderar a otras mujeres en sus regiones.

Para muchas, la experiencia tuvo un profundo impacto. Las jóvenes no sólo dijeron haber mejorado su autoconfianza y percepción, sino que han aprovechado esos cambios en sus carreras y para involucrarse más en sus comunidades. En la municipalidad de Ilidža la joven de 24 años Lejla Salkanovic señala que debe al programa su decisión de buscar trabajo en el sector de las ONG, y además ayudó a su empleador a obtener un contrato con el Instituto para el Desarrollo de la Juventud.

En Sarajevo, Ena Sokol, de 28 años, obtuvo una beca para hacer un postgrado en medicina en los Países Bajos. Cree que esto se debe principalmente a su activismo social y al apoyo recibido por el personal del programa. Muchas de las otras jóvenes están en las listas de las ONG en sus regiones y se les llama para dar apoyo o ser líderes.

Kadic también ha notado el cambio. Describiendo su reciente misión para transformar las opiniones en el campus universitario y hacer que los profesores usen un idioma sensible a los asuntos de género en sus clases (compuestas en un 60 por ciento por mujeres), comenta que ha sido un paso diplomático para alcanzar el éxito. “Al principio, como la mayoría de nuestros amigos hombres, los profesores se sonrieron como diciendo “Ah, estas tontas feministas… recuerda. Pero finalmente, siendo gentiles y teniendo mucha paciencia, los convencimos de que tenían que tomarnos en serio. Son pasos pequeños, pero son los pasos pequeños los que perduran.

El Fondo para la Igualdad de Género trabaja para empoderar a las mujeres y a las niñas de todo el mundo gracias a subsidios y préstamos de alto impacto a varios años, que pueden alcanzar el millón de dólares, otorgados directamente a las organizaciones de mujeres y los organismos gubernamentales comprometidos con la igualdad de género.