Discurso de Michelle Bachelet en el evento de la Asociación Mundial de las Guías Scouts “Alto a la violencia: las niñas en la primera línea de la prevención”

Discurso de Michelle Bachelet, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres en el evento de la Asociación Mundial de las Guías Scouts “Alto a la violencia: las niñas en la primera línea de la prevención”, 7 de marzo de 2013

Fecha:

[Cotejar con el texto pronunciado]

Buenas tardes.

Es realmente un gran placer para mí estar aquí con ustedes. Me gustaría dar las gracias a Mary McPhail y a la Asociación Mundial de las Guías Scouts por su fantástica colaboración.

El 57º periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer nos brinda una oportunidad única. Es una oportunidad de reunirnos para ampliar conjuntamente el alcance de la eliminación de la violencia contra mujeres y niñas. Es una oportunidad y nuestra responsabilidad de hacer todo lo que podamos para erradicar la violencia contra las mujeres en este siglo XXI. 

Nos hemos reunido, gobiernos, activistas, y las Naciones Unidas, para decir: ¡BASTA YA! Debemos y podemos poner fin a la violencia contra mujeres y niñas.

A menudo me preguntan si es posible poner fin a esta pandemia mundial que sufren hasta siete de cada 10 mujeres a lo largo de sus vidas. Después de escuchar todas sus intervenciones, estoy más convencida que nunca de que sí lo es. 

Cada día, en todos los países, mujeres y niñas —nuestras amigas, vecinas, hermanas, hijas, tías y madres— son golpeadas, insultadas, quemadas con ácido, acosadas en escuelas y en la calle, violadas en contextos de conflicto y de paz. 

En todos los países que he visitado, he escuchado desgarradoras historias de abusos, pero también muestras inolvidables de supervivencia y de la fuerza de las mujeres y las niñas. Recientemente hablé con mujeres de Malí que eran las principales víctimas de la crisis, pero que no se han rendido. Alzan su voz, reclaman garantías de representación en las negociaciones de paz, reclaman la seguridad de que no habrá impunidad para aquellos que han cometido una violación u otras formas de violencia.

Escuchamos la historia de Shehnaz Bano de la India, una sobreviviente de la violencia relacionada con la dote. Shehnaz soportó la violencia a manos de su marido y de su familia política. Pero un día, el día que su cuñada la atacó con un cuchillo, reunió la fuerza y la valentía necesarias y denunció el caso, amparada en la Ley de protección a la mujer de la violencia doméstica, y lo ganó. Pero no es esa la fuerza y la valentía que debe pedirse a las mujeres: ¡en primer lugar, esta violencia no debería ocurrir! 

Actualmente, está matriculada en un programa de informática de la Universidad de Nueva Delhi.

En un evento que tuvo lugar este año, también escuchamos hablar a Kumbukani, una chica scout de Malawi, sobre su lucha incansable contra el matrimonio infantil a pesar de la presión comunitaria y las burlas que sufrió.

Estas no son historias de derrota ni de frustración. Son historias de supervivencia, y un llamado a la acción. 

Son vidas de mujeres reales, historias que no nos pueden dejar indiferentes. Poner fin a la violencia contra mujeres y niñas no es algo opcional. En primer lugar, les pregunto, ¿quieren que su hija, su hermana o su madre sea una de las siete de cada 10 mujeres que reflejan las estadísticas? Erradicar la violencia es ineludible si de verdad queremos alcanzar el desarrollo sostenible, la igualdad y la paz.

No hay remedio más eficaz para poner fin a la violencia contra mujeres y niñas que detenerla antes de que llegue a ocurrir. Me complace enormemente que ONU Mujeres y la Asociación Mundial de las Guías Scouts se hayan asociado a favor de la prevención. 

La prevención empieza en la mentalidad y en el corazón. Empieza en los primeros años de la vida, empieza con el ejemplo que damos a nuestras hijas e hijos sobre cómo tratar a los demás y empieza por nosotras y nosotros, no discriminando entre niñas y niños. 

Es cierto que los conceptos de desigualdad y las prácticas de discriminación empiezan a una edad temprana. Con demasiada frecuencia, las niñas y las jóvenes son tratadas como el objeto de los esfuerzos de prevención. Por el contrario, las niñas y las jóvenes, al igual que los niños y los jóvenes, pueden ser importantes agentes del cambio, y albergar grandes dosis de energía, talento y esperanza. 

La participación de niñas y niños y de mujeres y hombres jóvenes como agentes es un aspecto fundamental para lograr la transformación social y un futuro en el que ya no exista violencia contra mujeres y niñas.

El plan de estudios Alto a la violencia que presentamos hoy es una herramienta que muchas y muchos estábamos esperando. Se trata de un plan internacional único que convierte a las y los jóvenes en protagonistas de las soluciones necesarias para abordar los retos a los que se enfrentan. Les dotará de conocimientos sobre sus derechos, así como de instrumentos para reclamarlos. Les permitirá animar a sus compañeras y compañeros y a sus comunidades a implicarse a la hora de liderar y dar forma a los esfuerzos de prevención. El plan de estudios incluye materias para todo el mundo, en cualquier lugar: niña o niño, mujer u hombre, de los cinco a los 25 años de edad. 

La Asociación Mundial de las Guías Scouts implementará este plan a través de sus miembros, 10 millones de jóvenes. Hay otros socios en la sala hoy que están dispuestos a aplicar el plan de estudios entre las y los jóvenes de sus circunscripciones. 

Miramos a los Estados Miembros en busca de liderazgo y medidas para que trasladen este plan de estudios a sus ministerios de educación, a las escuelas, a las comunidades y para que colaboren con nosotras y nosotros en su adaptación a cada contexto nacional. También nos fijamos en las escuelas, el personal docente, las madres y los padres, para que hagan suyo este plan, de manera que la prevención y los debates sobre la igualdad de género y poner fin a la violencia contra mujeres y niñas empiecen tan pronto como sea posible. Es necesario que las niñas y los niños crezcan conociendo sus derechos, respetándose los unos a los otros, y rechazando actitudes y comportamientos nocivos que han afectado a nuestras sociedades durante tanto tiempo.

Contamos con todas y todos ustedes para que aumenten el apoyo, compartiendo el plan de estudios con sus grupos de guías y niñas scout, sus compañeras y compañeros, sus escuelas y comunidades. Aprovechen el poder de Internet y los medios sociales para difundir mayor conciencia sobre esta cuestión y las medidas que están adoptando.

Sí, podemos poner fin a la violencia contra mujeres y niñas. Digámoslo bien alto todas y todos al unísono, les invito a unirse a mí cuando digo: ¡SÍ, PODEMOS!

Hoy, por lo menos 10 millones de activistas se han unido a nuestra causa, gracias a la movilización de las guías y las scouts de todo el mundo. Créanme: es una fuerza que se debe tener en cuenta.

Muchas gracias.