En China, jóvenes docentes cuestionan las normas de género y previenen la violencia

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Participants in the Change Makers Workshop at Beijing Royal School in China. Photo: Beijing Royal School
Foto: Escuela Real de Beijing

Justin Zhao Peng, que hoy tiene 16 años, recuerda vívidamente cómo su abuela solía preferirlo por sobre su prima cuando ellos la visitaban de pequeños. Lo llamaba aparte y le decía que él tendría más responsabilidades y sería más importante. Durante la celebración del Año Nuevo, ella le daba 300 yuanes más que a su prima.

Al principio, Zhao Peng sentía orgullo de haber sido elegido como especial. Pero cuando fue creciendo y entró en la escuela, sus compañeros de clase comenzaron a reprenderlo por tener un temperamento “femenino” y hacer cosas como dibujar y jugar solo y en silencio, como sólo lo hacen las niñas. En la escuela, tuvo pocas oportunidades de aprender o cuestionar lo que estaba experimentando, el favoritismo de su abuela o las burlas de sus compañeros.

Pero luego, como estudiante de la Escuela Real de Beijing, se encontró con el programa Change Makers, una iniciativa apoyada por ONU Mujeres para introducir a los adolescentes en los temas relacionados con la igualdad de género, la identidad de género, el respeto por la diversidad y la prevención de la violencia contra las mujeres.

De pronto, Zhao Peng pudo poner en palabras sus experiencias.

Justin Zhao Peng speaks at the Change Makers workshop. Photo: Beijing Royal School
Justin Zhao Peng. Foto: Escuela Real de Beijing

“Comprendí que toda la sociedad está implicada en la desigualdad de género”, dice. “Además, que no quiero vivir en una sociedad que no trata a hombres y mujeres por igual. No hay motivo para hacer eso. La generación más joven tiene la responsabilidad de cambiar el statu quo”.

A través del programa Change Makers, Zhao Peng y sus pares están haciendo exactamente eso. En primer lugar, el programa les presenta los principios básicos y el pensamiento en torno a la igualdad de género y, a continuación, los dota de habilidades para la comunicación y la defensa para elaborar y compartir la información con sus pares de 13 a 18 años de edad. A continuación, se realizan reuniones de grupos pequeños con otros estudiantes para debatir las cuestiones de género de manera informal.

Es una edad crítica para aprender esos conceptos. Una investigación patrocinada por Partners for Prevention, un programa regional conjunto de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico, reveló que en China, el 24 por ciento de los hombres que cometen violaciones lo hacen por primera vez cuando tienen entre 15 y 19 años de edad.

“Pienso que todos deberían aprender sobre las cuestiones de género”, dice Zhao Peng. “Hay tanta desigualdad y sufrimiento, por ejemplo entre las personas que no se identifican como heterosexuales o entre las niñas que creen que no pueden lograr algo porque son niñas. Quiero ver cambios, hacer algo para mejorar la situación”.

Cross country knowledge and experience workshop for change makers and youth activists

Hasta ahora, más de 200 estudiantes en la Escuela Real de Beijing han calificado como educadores y educadoras de pares. Han utilizado lo aprendido para asesorar al equipo de administración de la escuela sobre un plan de seguridad del campus que detalla las responsabilidades para prevenir el hostigamiento escolar. La escuela celebra ahora los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género cada noviembre. A través de los mensajes en las redes sociales, así como hablando con otros estudiantes, los educadores y las educadoras de pares han llegado a casi todas las personas en la escuela, desatando un cambio en las normas sociales.

“Antes, había incidentes de hostigamiento por muchas razones, como entre novio y novia, o entre dos niños o niñas que tenían un conflicto”, recuerda Zhao Peng. “Pero ahora, no hemos visto a personas hostigar a otras por un largo tiempo. El entorno es más amigable. Las personas se comunican para resolver problemas en lugar de usar la violencia”.

“El programa ha sacado a relucir cuestiones que siempre han estado ahí,” reflexiona la vicedirectora Yao Yu. “Al hablar más abiertamente, los estudiantes han desarrollado un sentido de pertenencia a la comunidad. Tienen un pensamiento más crítico y tolerante. Hemos tendido puentes para conocernos mejor y eso es un poderoso éxito”.