Una habitación, su único hogar

La lucha de una mujer albanesa para reclamar sus derechos a la propiedad

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Semiha Xhani
Semiha Xhani con su abogada, Iris Aliaj. Foto: ONU Mujeres/Yllka Parllaku

Una habitación de 20 metros cuadrados con una ventana. Ese es el único hogar que han conocido Semiha Xhani y su hijo de ocho años. La construyó junto con su exmarido cuando estaban casados, en Paskuqan, un asentamiento informal a cinco kilómetros de la capital de Albania, Tirana.

Desde que se divorció hace seis años, Xhani ha vivido en una situación de inseguridad económica constante, intentando encontrar empleos que le pagaran lo suficiente para poder mantener a su hijo ella sola. Hace dos años las cosas empeoraron cuando su exsuegro registró la casa a su nombre sin su conocimiento, e intentó que la desahuciaran.

“Me asusté mucho e inmediatamente llamé a Iris para que me ayudara. De no ser por ella, mi hijo y yo estaríamos en la calle actualmente”, afirma Xhani. Iris Aliaj es una abogada que trabaja con el Centro para Iniciativas Legales y Cívicas (CLCI, por sus siglas en inglés), una entidad asociada a ONU Mujeres que ofrece asesoramiento jurídico gratuito y representación para las mujeres ante los tribunales en casos relacionados con la propiedad.

Aliaj es optimista con respecto al caso de Xhani: “El caso está siendo examinado por el tribunal administrativo y, hasta ahora, esto es una buena noticia, ya que de momento Semiha puede permanecer en su casa y tenemos muchas posibilidades de ganar el caso”.

Cifras clave sobre el estatus de las mujeres en Albania

  • Casi el 60 por ciento de las mujeres en edades entre 15 y 49 años en Albania han sufrido de violencia doméstica.
  • La brecha de género salarial en Albania: el salario de las mujeres es casi 18 por ciento más bajo que el de los hombres en zonas urbanas y dos veces más bajo en las zonas rurales.
  • Más del 54 por ciento de las mujeres albanesas trabajan en la agricultura, 87 por ciento de las cuales trabajan sin goce de salario para un cultivo familiar.
  • Sólo el 28,5 por ciento de las empresas en Albania son propiedad de mujeres, y el 27,9 por ciento de los miembros de las juntas directivas son mujeres.
  • A enero de 2017, las mujeres constituyen apenas el 23 por ciento de los miembros del parlamento y 8 de 20 ministros del gabinete.

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El derecho de las mujeres a la propiedad es un tema complicado en Albania. Pese a que la ley civil y de familia de Albania reconoce la igualdad de derechos a la propiedad y a la tierra de las mujeres, sólo un pequeño porcentaje de ellas —el 8 por ciento— son propietarias de tierras, ya que las leyes no se aplican de manera efectiva y las mujeres con frecuencia son objeto de discriminación en cuestiones de herencia. Cuando se trata de los asentamientos informales, las propiedades se suelen registrar bajo el nombre de la persona que es “cabeza de familia”, un papel reservado a los hombres y que en la práctica excluye a las mujeres. Asimismo, las mujeres carecen de información y concienciación sobre sus derechos a la propiedad y las personas que trabajan en el sector de la justicia a menudo miran hacia otro lado, o igualmente no tienen la información adecuada.

Si las mujeres se deciden a reclamar su derecho, el proceso puede ser lento y costoso. “Una vez pagué 100 $ a un abogado sólo por una audiencia en el tribunal”, recuerda Xhani, que únicamente recibe 30 $ al mes de un subsidio público y trabaja a media jornada para más o menos mantenerse.

“Es crucial que las mujeres como Semiha que no cuentan con ingresos estables o suficientes reciban asesoramiento jurídico gratuito”, afirmó Iris Aliaj. “Nuestros servicios jurídicos son gratuitos y Semiha ni siquiera ha tenido que pagar los impuestos de los procesos judiciales [aunque esto corresponde a la persona demandante]. También la estamos ayudando a conseguir la manutención para su hijo que su exmarido sigue negándose a pagar”, añadió.

Semiha Xhani at her house. Photo: UN Women/Yllka Parllaku
Semiha Xhani en su casa. Foto: ONU Mujeres/Yllka Parllaku

El Centro para Iniciativas Legales y Cívicas, que cuenta con el respaldo de ONU Mujeres, trabaja en 10 municipios de toda Albania, en zonas urbanas y rurales, para aumentar el acceso a la información sobre los derechos de las mujeres a la propiedad. El proyecto, financiado por el Gobierno de Suecia a través del Fondo de Coherencia de las Naciones Unidas, también fortalece las capacidades y la sensibilidad de diversos actores del sistema judicial ante las violaciones de los derechos de las mujeres a la propiedad. Hasta la fecha, 282 profesionales de la Cámara de Notaría, la Cámara de Abogacía, la Cámara Nacional de Agentes Judiciales, la Oficina de Registros de Bienes Inmuebles y el Ministerio de Justicia han recibido capacitación sobre este tema a través del proyecto.

Además, ONU Mujeres ha propuesto una serie de enmiendas legales al Código Civil de Albania, el Código de Familia y la Ley de Notaría Pública, y legislación favorable para garantizar la plena igualdad entre mujeres y hombres en cuestiones de posesión de propiedad y herencia. Las enmiendas propuestas a la Ley de Notaría Pública ya se han incluido en un proyecto de ley que está pendiente de la aprobación por parte del parlamento.

Estos cambios son consecuencia de las observaciones finales que el Comité de la CEDAW realizó en 2016, en las cuales se señalaba la limitación de las mujeres en cuanto a la posesión de tierras y la persistencia de desigualdades en temas de herencia de tierras y propiedades.

“Garantizar la igualdad de derechos de las mujeres a los recursos económicos como la tierra y la propiedad son metas clave para lograr la igualdad de género y el desarrollo sostenible”, subraya Giuseppe Belsito, representante de ONU Mujeres en Albania. “Para las mujeres, disfrutar de la posesión de tierras y otro tipo de propiedades significa garantizar la seguridad para ellas mismas y sus familias, y crea oportunidades para la independencia económica y el acceso al crédito de iniciativas empresariales”.

Desde 2017, ONU Mujeres también ha implementado una campaña de generación de conciencia en los 10 municipios, utilizando medios sociales, recursos informativos y eventos públicos para cambiar las actitudes de mujeres y hombres jóvenes así como la toma de decisiones sobre la posesión de propiedades.

“Me mantuve firme y no me fui de la casa, aunque tenía miedo. La familia de mi exmarido nos amenazó a mi hijo y a mí varias veces”, explicó Semiha Xhani. Esta casa de una habitación ha pasado por todo lo indecible, y es posible que el procedimiento judicial tarde años en finalizar, pero ahora hay esperanza. La ley está de su parte.