Las y los jóvenes en las zonas rurales de Kirguistán defienden la igualdad de género y el acceso a agua limpia

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Erlan and his teammates with Ms. Roza Shamaeva, the head of the rural council. Photo: Un Women/Dildora Khamidova
Erlan y sus compañeras/os de equipo con Roza Shamaeva, la titular del consejo rural. Foto: ONU Mujeres/Dildora Khamidova

Zhyrgalbek uulu Erlan es delgado y de expresión grave. Vive en Naiman, un poblado en el sur de Kirguistán cercano a la frontera con Uzbekistán, con una menguante población de unos 1.500 habitantes. La mayoría de las y los jóvenes han emigrado en busca de mejores perspectivas en las ciudades.

Naiman también sufre una crisis del agua desde hace varias décadas. Durante la era soviética, había una fábrica de mercurio que empleaba a personas del poblado. Después del cierre de la fábrica, no se limpió el sitio y, sin conocer los peligros, los residentes vertieron el mercurio en el canal, que es la principal fuente de agua para riego y uso doméstico en el pueblo. Con el correr de los años, el pueblo ha recibido poca inversión del Estado para desarrollar fuentes de agua potable. El agua contaminada del canal dio lugar a enfermedades que afectan la salud reproductiva de las mujeres y la salud general de sus hijas e hijos.

¿Qué sucedió en Naiman?

  • Naiman, una pequeña aldea en el sur de Kirguistán, en la frontera con Uzbekistán, es hogar de una población decreciente de 1.500 residentes.
  • Una antigua fábrica de mercurio de la era soviética se encuentra en Naiman, y su principal Fuente de agua ha sido contaminada con mercurio por años.
  • El acceso al agua potable y a la tierra cultivable son cuestiones clave para la comunidad
  • Un programa de ONU Mujeres, financiado por el gobierno de Finlandia, ha capacitado a jóvenes para convertirse en educadoras y educadores de pares, que están generando conciencia sobre igualdad de género en el acceso al agua y el saneamiento, y el uso eficaz de recursos naturales escasos.
  • Jóvenes educadores de pares también están rechazando estereotipos de género y prácticas culturales dañinas, tales como el rapto de novias o el matrimonio infantil.
  • Como resultado de estas iniciativas locales, más de 20.000 hogares en las regiones sur y norte de Kirguistán tienen acceso mejorado al agua. En Naiman, casi una cuarta parte de la población ahora tiene acceso a agua potable de pozos seguros.

Así, agravando una situación de por sí sombría, cuando los agricultores de las comunidades cercanas redujeron la cantidad de agua que fluye a la aldea durante la temporada de riego, estallaron disputas por el agua.

Hoy en día, las cosas están empezando a cambiar en Naiman, y con sus 16 años, Erlan y sus compañeras y compañeros son fuerzas que impulsan ese cambio. Con la capacitación y el apoyo ofrecidos por un proyecto de ONU Mujeres financiado por el Gobierno de Finlandia, han organizado una serie de iniciativas para sensibilizar acerca de la igualdad de género en el acceso al agua y el saneamiento, y el uso eficaz de los escasos recursos hídricos y las tierras.

Como educador entre pares, Erlan ofrece asesoramiento, consejos y orientaciones prácticas a sus compañeros y compañeras sobre una serie de cuestiones, que van de la igualdad de género y los derechos humanos a la igualdad de acceso a los recursos naturales, incluida el agua.

"Lo que me hace sentir feliz es que gente de todas las edades recurra a mí para asesoramiento o ayuda. Me enorgullece poder contribuir al desarrollo de mi pueblo al educar a mis compañeras y compañeros y esparcir las semillas de la tolerancia y la amistad", afirma Erlan.

Para fomentar la igualdad de género y promover comunidades seguras y pacíficas, ONU Mujeres ha venido movilizando a las y los jóvenes en siete municipios de Kirguistán desde 2015. El proyecto, denominado "Garantizar los medios de subsistencia de mujeres, hombres, niñas y niños vulnerables", conecta a las y los jóvenes con asociaciones de agua, gobiernos locales y una variedad de grupos de autoayuda de mujeres de comunidades marginadas, con miras a empoderar a las comunidades locales y mejorar la igualdad en el acceso a los recursos naturales.

Erlan conducts education sessions on effective use of water resources for his peers. Photo: UN Women/Dildora Khamidova
Erlan anima sesiones educativas sobre el uso eficaz de recursos hídricos para sus pares. Foto: ONU Mujeres/Dildora Khamidova

Hasta la fecha, unos 2.000 jóvenes han adquirido habilidades de incidencia en torno a la igualdad de género y la promoción de la igualdad de acceso a los recursos hídricos. Como resultado de estas iniciativas locales, más de 20.000 hogares en las regiones del sur y norte de Kirguistán han mejorado el acceso al agua.

"El proyecto también ha trabajado para proteger los medios de subsistencia de mujeres, hombres, niñas y niños vulnerables a través de un uso eficiente del agua y la gobernanza comunitaria equitativa de los recursos hídricos", añade Tatiana Prokhorova, especialista del Programa de ONU Mujeres en Kirguistán. "Estos jóvenes promotores han llegado a alrededor de 28.000 personas de comunidades locales a través de campañas y eventos de sensibilización".

Erlan también fue educador entre pares del curso "Mi próspera granja", parte del proyecto, donde aprendió a utilizar eficazmente una pequeña parcela de tierra y a aplicar enfoques innovadores para ahorrar agua, por ejemplo, instalando un sistema de riego por goteo. El sistema utiliza el agua de forma más eficiente al permitir que el goteo sea lento y vaya directamente a las raíces de la planta, reduciendo al mínimo el desperdicio.

Erlan disfruta su papel como educador entre pares y cree que los modelos influyentes pueden crear un impacto positivo en la comunidad. Su inspiración es Roza Shamaeva, la primera suplente y hoy jefa del municipio de Naiman. Shamaeva, quien trabajó estrechamente con ONU Mujeres, ha abogado con éxito por agua limpia y educación de calidad en su pueblo, entre otras cuestiones.

Erlan and his team of peers are raising awareness in their village about gender equality, human rights and equal access to natural resources. Photo: UN Women/Dildora Khamidova
Erlan y su equipo de pares están generando conciencia en su aldea sobre la igualdad de género, los derechos humanos y el acceso equitativo a los recursos naturales. Foto: ONU Mujeres/Dildora Khamidova

En una serie de reuniones organizadas por Erlan y su equipo de educadores de pares, Shamaeva conversó con las y los estudiantes acerca de formas de abordar las prácticas nocivas y la discriminación, como el rapto de las novias, el matrimonio precoz, la violencia doméstica y la baja participación de las mujeres en la política y en la fuerza laboral.

"A pesar de su edad, Erlan es un muchacho muy firme. Hace un trabajo excepcional en favor del desarrollo de nuestro pueblo; los hombres deberían aprender de él", asegura Shamaeva.

"Convertirme en educador de mis compañeras y compañeros es muy importante para mí; es mi manera de servir a mis compañeros y a mi comunidad e inspirar a otros chicos", afirma Erlan, para agregar que "las niñas pueden lograr lo mismo que los chicos. No se supone que uno deba tener más oportunidades sólo por ser varón".

Las y los jóvenes de Naiman están de acuerdo en que los estereotipos de género se han reducido en la escuela desde que comenzó el proyecto de educación entre pares. Las niñas juegan al fútbol y los niños ayudan a limpiar las aulas después de clase. Más recientemente, el proyecto también apoyó a la comunidad en la rehabilitación de uno de los seis pozos que no habían funcionado desde el colapso de la Unión Soviética. El pozo suministra agua potable directamente a 57 familias, es decir, a casi una cuarta parte del total de la población del poblado.