Pregúntale a una senadora: ¿Cómo es que Bolivia tiene tan alta representación de mujeres en la política, y por qué es importante incluir las voces de las mujeres en la política?

Fecha:

Acerca de la Autora

Adriana Salvatierra. Foto: ONU Mujeres/David Villegas

Las mujeres representan el 53,1 por ciento de los parlamentarios en el Estado Plurinacional de Bolivia, el tercer porcentaje más alto a nivel mundial. Adriana Salvatierra, modelo a seguir para muchas, se convirtió en la cuarta mujer elegida como Presidenta de la Cámara de Senadores de Bolivia este año. Es también la más joven en ocupar este cargo en el país y en América Latina con 29 años.

Incluir las voces de las mujeres en la política es el punto de partida de un proceso para cuestionar los privilegios y sesgos existentes basados en el género y la clase social. Es un proceso para romper el patriarcado que enmarcó la construcción de este Estado.

El poder ha sido tradicionalmente ejercido y preservado por los hombres. Cuando recordamos el Acta de la Independencia de Bolivia de 1825, hubo 48 firmas, todas de hombres. Estos hombres eran probablemente militantes profesionales, de una clase económica privilegiada. Tomó cientos de años comprender finalmente que esta pieza de la historia –nuestra independencia– también fue producto de los esfuerzos de las mujeres.

Todavía es difícil para las mujeres participar en política hoy, especialmente si eres una mujer joven, debido a todos los prejuicios que enfrentamos. Por ejemplo, existe el prejuicio de que las mujeres manejan los servicios públicos basadas en sus emociones. Hay una sobreprotección de las mujeres, que en última instancia nos subestima y nos subvalora.

Construir la igualdad es un proceso. En el caso de Bolivia, la revolución democrática y cultural que comenzó de abajo hacia arriba, transformó la base económica del país. Esta transformación debía incluir a quienes tradicionalmente habían sido excluidos de la construcción del Estado: los agricultores, las mujeres, los jóvenes y los pueblos indígenas.

El logro de Bolivia para alcanzar la paridad de género en la política es una expresión tanto de su voluntad política como de la movilización social de las mujeres. Para lograr la igualdad, en la vida y en la política, las mujeres necesitaban comprender completamente cómo viven y respiran la desigualdad e identificarse entre sí. Fue posible llegar a un alto porcentaje de mujeres en el parlamento porque existía una clara convicción de que teníamos la obligación de crear condiciones de igualdad en el gobierno, al mismo tiempo que las mujeres se movilizaban por sus derechos. No creo que los movimientos feministas creen cambios por sí mismos. Se requiere movilización y voluntad política para hacer estos cambios.