Investigación y recogida de datos: Poner fin a la violencia contra las mujeres

Los datos son esenciales para mejorar la comprensión de la naturaleza, magnitud, gravedad y frecuencia de la violencia contra las mujeres y niñas. Obtener mejores datos puede ayudarnos a entender los tipos y formas de violencia que sufren las mujeres, si las sobrevivientes reciben o no apoyo, los riesgos, las consecuencias y los costos de esta violencia, así como qué medidas resultan eficaces y cuáles no a la hora de prevenir y dar respuesta a la violencia contra las mujeres y niñas.

La investigación y las estadísticas son herramientas valiosas a la hora de desarrollar intervenciones y políticas basadas en datos empíricos para poner fin a la violencia contra las mujeres y niñas. Las soluciones eficaces deben apoyarse en datos, y la recopilación de datos basados en normas acordadas a nivel mundial es un punto prioritario en los programas internacionales y gubernamentales.

Sigue existiendo una importante carencia de datos completos, fiables, comparables y actualizados sobre la violencia contra las mujeres y niñas. A pesar de que los países utilizan cada vez más definiciones y enfoques similares, siguen existiendo lagunas en la disponibilidad de datos sobre determinados tipos de violencia, como el feminicidio, el acoso sexual y la violencia en Internet.

Nuestras soluciones

En 2006, ONU Mujeres estableció una base de datos mundial para recopilar las medidas tomadas por los Gobiernos para abordar la violencia contra las mujeres y niñas. La base de datos incluye perfiles de países con datos sobre diversas formas de violencia. La base de datos mundial sobre la violencia contra las mujeres identifica políticas de respuesta eficaces para prevenir y abordar este tipo de violencia en todo el mundo.

ONU Mujeres colabora con sus socios para mejorar la recopilación, el análisis, la elaboración de informes y la utilización de datos como parte de nuestro enfoque integral para poner fin a la violencia contra las mujeres y niñas. En la actualidad, ONU Mujeres mantiene una colaboración clave con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un programa quinquenal mundial (2018-2022) para reforzar las metodologías de medición de la violencia contra las mujeres y para mejorar la recopilación de datos a nivel regional y de país.

En México, por ejemplo, un estudio único sobre el feminicidio que examinó datos a lo largo de 35 años incluyó un análisis de los certificados de defunción y de los informes sobre lesiones y recomendó formas de reforzar los procesos y las políticas públicas para ayudar a las mujeres a vivir una vida sin violencia.

En Georgia se completó en 2017 un estudio nacional sobre la violencia contra las mujeres que incluyó, por primera vez, datos relativos a la prevalencia del acoso sexual y del hostigamiento criminal. Los datos se utilizaron directamente para propugnar una legislación contra el acoso sexual y, en 2019, se aprobó la primera ley contra esta práctica en el país.

En 2019, gracias al apoyo de ONU Mujeres, Kosovo (según la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas) estableció una nueva base de datos centralizada relativa a casos de violencia contra mujeres y niñas en el ámbito privado para permitir el seguimiento y el enjuiciamiento de los casos y asegurar la rendición de cuentas a nivel nacional y local.

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