Cinco datos clave que debe saber sobre el femicidio
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El homicidio por razones de género (también denominado “femicidio” o “feminicidio”) es la manifestación más brutal y extrema de la continua violencia contra las mujeres y las niñas, cuyas expresiones se interconectan y superponen. Se define al femicidio como un tipo de homicidio intencional con motivación por razones de género que puede desencadenarse por los estereotipos en los roles de género, por discriminación hacia las mujeres y las niñas, por desequilibrios en las relaciones de poder entre mujeres y hombres, o bien por la existencia de normas sociales perjudiciales. Pese a las décadas de activismo de las organizaciones por los derechos de las mujeres y de la creciente concientización y acción de los Estados Miembros, la evidencia disponible indica que el avance para poner fin a esta violencia es marcadamente insuficiente.
Con el objetivo de consolidar la acción mundial contra este crimen generalizado y en línea con las Coaliciones para la Acción del Foro Generación Igualdad, UNODC y ONU Mujeres han aunado esfuerzos para generar una segunda edición del informe sobre homicidios de mujeres y niñas por razones de género. Este documento se publicó en la antesala del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y del inicio de la campaña 16 Días de activismo contra la violencia de género, y sus hallazgos aterradores reverberan la urgencia de esta emergencia mundial.
1. Las mujeres y las niñas tienen mayores probabilidades de morir a manos de quienes tienen vínculos más estrechos con ellas
En 2021, alrededor de 45 000 mujeres y niñas de todo el mundo murieron a manos de sus parejas u otros miembros de su familia (padres, madres, tíos, hermanos). Esto quiere decir que, en promedio, más de cinco mujeres o niñas mueren a manos de un miembro de su propia familia cada hora. Las parejas actuales o anteriores son, por amplio margen, quienes tienen la mayor probabilidad de perpetrar un femicidio. En promedio, representan el 65 % de todos los homicidios a manos de la pareja o de un familiar.
El número de homicidios a manos de la pareja o familia se ubicó en cifras relativamente estables e indica que el mundo no está haciendo lo suficiente para poner fin a muertes prevenibles mediante intervención temprana, medidas policiales y justicia sensibles al género, y acceso a apoyo y protección centrados en las sobrevivientes.
2. El femicidio es un problema universal
Al igual que todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas por razones de género, el femicidio es un problema que no reconoce fronteras entre países y territorios. Según el nuevo informe, en 2021, Asia registró la cifra más alta de homicidios de mujeres y niñas a manos de la pareja o de la familia: 17 800 femicidios. En orden descendente, le siguen África (17 200); América (7500); Europa (2500) y Oceanía (300).
Los datos disponibles ajustados por el total de la población revelan que, en 2021, 2,5 mujeres y niñas cada 100 000 personas murieron a manos de la pareja o la familia en África; en comparación con América (1,4); Oceanía (1,2); Asia (0,8); y Europa (0,6).
2. Es probable que la escala real del femicidio sea mucho mayor
Si bien las cifras que se presentan en el informe son altas a niveles alarmantes, estas son sólo la punta del iceberg. Aún hay muchos femicidios sin registrar. En casi cuatro de cada diez homicidios intencionales de mujeres y niñas en 2021, no hay información suficiente para identificarlos como homicidios por razones de género debido a las diferencias procesales en la investigación y el registro de la justicia penal.
En muchos casos, sólo los homicidios por razones de género a manos de la pareja o de un miembro de la familia cuentan como femicidios; sin embargo, los homicidios por razones de género ocurren en otros contextos más allá de la esfera privada. Los femicidios pueden estar vinculados a la violación o a la violencia sexual por parte de personas desconocidas para la víctima; pueden estar vinculados a prácticas perjudiciales como la mutilación genital femenina, también llamada violencia por motivos de honor; pueden ocurrir como consecuencia de crímenes de odio vinculados a la orientación sexual o a la identidad de género; o bien pueden estar vinculados con conflictos armados, bandas criminales, tráfico de personas y otras formas de crimen organizado.
Garantizar la disponibilidad de datos desagregados e integrales es clave para fortalecer la prevención de femicidios, las medidas de protección y respuesta, y también el acceso a la justicia. A fin de colaborar en el avance pese a las limitaciones actuales en la recopilación de datos, UNODC y ONU Mujeres desarrollaron, recientemente, el Marco Estadístico para Medir el Homicidio de Mujeres y Niñas por Razones de Género (también denominado “femicidio/feminicidio”), aprobado por la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas en marzo de 2022.
4. Las mujeres y niñas marginadas quedan expuestas a un riesgo mayor
Las limitaciones siguen siendo considerables en cuanto a la información disponible de homicidios por razones de género en el caso de los grupos marginados. Por ejemplo, la organización por los derechos de las mujeres MundoSur analizó la información de los portales de noticias de 12 países de América Latina y reveló que sólo uno de estos países recopila información sobre si la víctima tenía una discapacidad o estaba embarazada; dos países recopilan datos sobre el origen étnico de la víctima; y tres países registran su condición migratoria.
Pese a estas limitaciones en la información, la evidencia disponible de Canadá y Australia sugiere que los homicidios por razones de género afectan desproporcionadamente a las mujeres indígenas. En 2021, la tasa de homicidios de mujeres y niñas en Canadá estuvo situada en 4,3 cada 100 000 personas y resultó cinco veces mayor entre mujeres y niñas indígenas en comparación con el resto del grupo.
Para prevenir los femicidios, es fundamental que las autoridades nacionales registren información integral acerca de las víctimas. Al identificar a las mujeres y las niñas como un grupo poblacional con un riesgo más alto, los países pueden brindar mejor información a los mecanismos de prevención y protección.
5. El femicidio puede y debe prevenirse
Los homicidios por razones de género y otras formas de violencia contra las mujeres y las niñas no son inevitables. Estos pueden y deben prevenirse con iniciativas de prevención primaria centradas en la transformación de normas sociales perjudiciales y en la participación plena de comunidades y sociedades para generar una cultura de cero tolerancia a la violencia contra las mujeres; la intervención temprana y la evaluación de riesgos; y el acceso a apoyo y protección centrados en las personas sobrevivientes, además de medidas policiales y servicios judiciales sensibles al género.
La experiencia en los distintos países, por ejemplo, en Sudáfrica, es un claro indicio de que los descensos considerables y sostenidos en las tasas de femicidios pueden lograrse con la aplicación de leyes y políticas integrales que tengan por objetivo prevenir la violencia de género contra las mujeres; con legislación que controle el uso de armas de fuego y con el activismo de organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres y grupos de la comunidad.
Hace falta conducir una investigación más detallada para comprender mejor qué factores causan el aumento de las cifras de femicidios en ciertos contextos y cuáles otros permitieron su descenso para brindar mejor información en el diseño de estrategias de prevención.
Las organizaciones por los derechos de las mujeres tienen un papel fundamental en la prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas, en el impulso para el cambio de políticas, en la demanda de rendición de cuentas a los Gobiernos, y en el aporte de servicios clave centrados en sobrevivientes. El fortalecimiento del apoyo financiero y la alianza con organizaciones por los derechos de las mujeres es importante para reducir y prevenir los homicidios por razones de género y todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas por razones de género.