Entrevista sobre los esfuerzos de Kumbukani Mwanyongo para combatir el matrimonio infantil en Malawi

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Kumbukani Mwanyongo works for change in Malawi

Una compañera facilitadora habla para DI NO - ÚNETE sobre el trabajo de educar a las niñas para que conozcan sus derechos y superen el miedo a las consecuencias de denunciar el matrimonio infantil. Crédito de la foto: Kumbukani Mwanyongo

Kumbukani Mwanyongo tiene 24 años, está soltera, es de Malawi y quiere ser farmacéutica. Además, es miembro de la Asociación de niñas guía de Malawi y una compañera facilitadora capacitada que trabaja para educar a los demás sobre los derechos de las niñas. En el plano mundial, alrededor de una de cada tres mujeres de entre 20 y 24 años de edad contrajo matrimonio antes de cumplir 18 años.

Malawi es signataria de la Convención sobre los Derechos del Niño, que considera que cualquier persona menor de 18 años de edad es un niño. En ocasión del primer Día Internacional de la Niña el 11 de octubre de 2012, las Naciones Unidas hace hincapié en la cuestión del matrimonio infantil como una violación de los derechos humanos fundamentales. DI NO - ÚNETE habló con Kumbukani sobre la experiencia de trabajar para poner fin al matrimonio infantil en Malawi.

Cuando te encuentras con niñas jóvenes y empiezas hablar del matrimonio, ¿lo hacen libremente?

Sí, hablan libremente. En particular aquellas que no se han casado nunca, escolarizadas o no, y las que se han divorciado. Las niñas casadas tienen miedo a comentar temas relacionados con el matrimonio debido a nuestra cultura.

¿Qué expectativas culturales tiene tu comunidad sobre el matrimonio? ¿Es difícil que las niñas se opongan?

Nuestra cultura espera que la mujer casada respete al marido y haga todas las tareas domésticas y que se guarde para sí los problemas relacionados con el matrimonio. Las decisiones las toman los hombres y no las mujeres, por eso no tienen voz. Pero el principal problema de la cultura de Malawi que fomenta el matrimonio precoz es la previsión de riqueza mediante la LOBOLA, que significa ofrecer a una niña en matrimonio a cambio de dinero, ganado o cualquier otra cosa de valor. Por ello es difícil que las niñas se opongan a todo esto porque tienen miedo de perder su matrimonio, que el marido les pegue o incluso que sus padres renieguen de ellas. También tienen miedo a quedarse solas y a que sus amigos se rían de ellas si no se casan pronto.

¿Alguna vez las familias te piden que te olvides del tema del matrimonio infantil?

Sí, lo hacen porque dicen que lo único que quiero es acabar con los matrimonios de sus hijas. Dicen que tengo envidia, que quiero enseñar a sus hijas a ser maleducadas con sus maridos y que sus padres las conviertan en prostitutas en lugar de casarlas. Me preguntan que por qué no me he casado. ¿Es porque los hombres no me lo piden y por eso he decidido hacer esta campaña? Cuando quieren enviar a sus niñas jóvenes casadas de nuevo a la escuela, algunos dicen que no están dispuestos a devolver el precio que han recibido por la novia de su familia política.

¿Qué está haciendo la Asociación de niñas guía de Malawi para poner fin al matrimonio infantil?

La Asociación de niñas guía de Malawi trabaja para tratar la violencia contra las niñas como parte de la campaña mundial de la Asociación Mundial de las Guías Scouts “Alto a la violencia: Habla a favor de los derechos de las niñas. Como parte de un programa conjunto a favor de niñas adolescentes respaldado por la Fundación de las Naciones Unidas, la Asociación de niñas guía de Malawi organizó la exitosa campaña “Alto al matrimonio precoz. A través de organizaciones de niñas guía, la asociación colabora con niñas adolescentes para empoderarlas y educarlas sobre sus derechos con respecto al matrimonio precoz. Las niñas guía también organizan talleres con miembros y líderes de la comunidad para sensibilizar acerca de los efectos dañinos del matrimonio precoz e infantil en las vidas de las niñas.

¿Qué éxitos has cosechado en tu trabajo con estas niñas, respecto al matrimonio infantil?

Las niñas son conscientes de sus derechos y quieren continuar en la escuela en lugar de casarse pronto y sufrir las expectativas de una cultura que parece favorecer a los hombres. Aquellas niñas forzadas a casarse y que ahora están divorciadas con hijos vienen a hablar y animar a otras niñas a que no se precipiten ni obedezcan el deseo de sus padres de casarlas demasiado pronto, ya que el matrimonio puede esperar, pero la escuela no. Como se trata de una comunidad rural, me estoy convirtiendo en un modelo de conducta para muchas niñas, ya que ven como voy progresando en la educación.