Una conferencia regional prepara el camino para hacer avanzar los derechos de las trabajadoras migrantes en Asia

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Delegados de la Conferencia Regional sobre los Instrumentos de Derechos Humanos, los Estándares Internacionales de Trabajo y los Derechos de las Mujeres Migrantes en uno de los cuatro talleres interactivos donde se discutió cómo proteger y empoderar a las trabajadoras migrantes en la etapa de la migración previa al empleo. Foto: ONU Mujeres/Gihan Hassanein

Más de 100 delegados se reunieron esta semana en Phnom Penh en la conferencia regional sobre protección y empoderamiento de las trabajadoras migrantes vulnerables de Asia.

La conferencia -copatrocinada por ONU Mujeres, el Gobierno de Camboya y la Organización Internacional del Trabajo (OIT)- coincidió con la ratificación por parte de Filipinas de un tratado de la ONU que estipula una serie de estándares internacionales para mejorar la vida de millones de trabajadores domésticos, la mayoría de los cuales son mujeres trabajadoras migrantes. Más del 40 por ciento de los países del mundo excluyen las tareas domésticas de las leyes laborales.

El Convenio sobre el Trabajo Decente para las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos estipula que los trabajadores de todo el mundo que se ocupan de servir a las familias y atender las tareas en los hogares deben tener los mismos derechos laborales que otros empleados. Fue adoptado el año pasado en la conferencia anual de la Organización Internacional del Trabajo de la ONU en Ginebra. El Convenio requería que dos países lo ratificasen, habiendo sido Uruguay el primero en hacerlo.

La migración internacional, inclusive la migración de trabajadores cada vez más jóvenes y móviles, cuya gran mayoría son mujeres, es una de las tendencias predominantes del siglo XXI. Aunque los grandes beneficios de la migración para las mujeres son las nuevas oportunidades y una mayor independencia, las trabajadoras migrantes también se enfrentan a riesgos y retos particulares en todo el proceso de migración, que incluyen la discriminación y violencia sexual y de género, la explotación por parte de los que las contratan y de los que las emplean, y una ausencia sistémica de acceso a la justicia.

Entre los asistentes a esta conferencia regional se encontraban altos funcionarios gubernamentales de 12 países de origen y destino de las trabajadoras migrantes de toda Asia; representantes de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), de organizaciones no gubernamentales, de sindicatos, de grupos de empleadores, de agencias de contratación; y los mismos trabajadores migrantes.

“En cuanto que responsables de las políticas, debemos adoptar las medidas apropiadas para proteger a las y los trabajadores migrantes y hacer el seguimiento de las agencias de contratación, desde el registro de dichas agencias hasta la contratación del trabajador, desde el periodo antes de partir hasta su viaje, su colocación y su regreso, dijo el Ministro de Trabajo y de Formación Vocacional de Camboya.

Las mujeres representan más de la mitad de los trabajadores migrantes de Asia y, en algunos países, son muchísimas más que sus homólogos hombres. En Indonesia, las mujeres representan el 83 por ciento de los trabajadores que emigran, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Instituto de Políticas de Migraciones. Un informe publicado en julio de 2012 de ONU Mujeres y del Instituto Nacional del Trabajo V. V. Giri de India indicó que las mujeres representan más del 68 por ciento de los trabajadores migrantes de Nepal.

Las contribuciones financieras de las trabajadoras migrantes son muy importantes. Por ejemplo, en Nepal, las remesas de las trabajadoras migrantes representan más del 11 por ciento del Producto Interno Bruto, según el Instituto de Estudios para el Desarrollo de Nepal.

Según el Banco Mundial, las remesas declaradas recibidas por los países en desarrollo alcanzaron los 372.000 millones de dólares en 2011, lo que muestra un incremento de más del 12 por ciento sobre la cifra de 2010, muy por encima de los flujos oficiales de ayuda. Asia recibe la mayor parte de las remesas: India ($ 64.000 millones), China ($ 62.000 millones) y Filipinas ($ 23.000 millones) están entre los cinco primeros países en lo relativo a las remesas recibidas en 2011. Estos ahorros realizados con tanto esfuerzo, a menudo por trabajadores con salarios muy bajos, se usan para pagar alimentos, vivienda, educación y servicios de salud.

“Dar protección a las trabajadoras migrantes y empoderarlas para que accedan a la justicia en todo el ciclo de migración no sólo beneficia a las mujeres y a sus familias, sino que maximiza su contribución a las economías y sociedades de sus países de origen y de destino, dijo el Sr. Ramanathan Balakrishnan, Director Regional Adjunto de la Oficina Regional para Asia y el Pacífico de ONU Mujeres.

La conferencia de Camboya decidió adoptar una serie de compromisos concretos para hacer avanzar la protección y el empoderamiento de las trabajadoras migrantes, plasmados en las Conclusiones y Recomendación de Phnom Penh. Dicho documento incluye disposiciones para evaluación e implementación, y promueve leyes y políticas de migración, empleo y trata de personas sensibles al género, respetuosas de los derechos humanos y centradas sobre los individuos.