Mejoramiento de la situación de la mujer en el sistema de las Naciones Unidas: Informe del Secretario General (2017)

De conformidad con la resolución 70/133 de la Asamblea General, el presente informe (A/72/220) se refiere a la situación de la mujer en el sistema de las Naciones Unidas en el período comprendido entre el 1 de enero de 2014 y el 31 de diciembre de 2015. Desde el período correspondiente al informe anterior (1 de enero de 2012 a 31 de diciembre de 2013), la representación de la mujer en el Cuadro Orgánico y categorías superiores, en el sistema de las Naciones Unidas, ha aumentado del 41,6 por ciento al 42,8 por ciento.

Sin embargo, se mantiene la relación inversa entre la categoría y la presencia de la mujer, que culmina en las categorías de los niveles más altos (sin clasificar), en que se registra el porcentaje mínimo de 26,8 por ciento. El porcentaje de mujeres alcanza sus puntos más altos en los niveles de ingreso, es decir, las categorías P-1 y P-2, y es en esas categorías donde se registraron los mayores aumentos, de 5 y 1 puntos porcentuales, respectivamente, en relación con el período al que corresponde el informe anterior. En la categoría P-3 el porcentaje de mujeres se mantuvo en el 45 por ciento; en las categorías P-4 y P-5 aumentó 2 puntos porcentuales; y en las categorías D-1 y D-2 aumentó un punto porcentual, aunque en términos absolutos la cantidad de mujeres disminuyó. En las categorías sin clasificar el porcentaje se mantuvo en 27 por ciento, pese a un ligero aumento del número de mujeres. Debido a los frecuentes estancamientos y retrocesos registrados entre 2005 y 2015, el incremento medio anual en el conjunto de categorías del Cuadro Orgánico y categorías superiores fue de apenas 0,6 puntos porcentuales.

Para abordar el problema del ritmo lento y desigual de los progresos realizados hasta la fecha, las recomendaciones formuladas en este informe incluyen la necesidad de que los jefes de las entidades prioricen las medidas a este respecto; u na aplicación más rigurosa de las políticas en vigor por los directivos superiores; aplicación de medidas especiales; un mayor rigor en la vigilancia y la rendición de cuentas; la promoción de las perspectivas de carrera y el desarrollo de la capacidad; y la armonización de las políticas relacionadas con el género. Un entorno propicio es fundamental para atraer, promover y retener a mujeres cualificadas en las Naciones Unidas, y requiere políticas y prácticas con perspectiva de género en la selección de personal, el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, y la promoción de las perspectivas de carrera.

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