Proteger la seguridad de los ingresos de las mujeres en la vejez: Hacia sistemas de pensiones con perspectiva de género

Este resumen sintetiza las conclusiones de las investigaciones, los análisis y las recomendaciones sobre políticas de transformación de los sistemas de pensiones con el fin de reducir las brechas de género y proteger la seguridad de los ingresos de las mujeres en la vejez.

El envejecimiento tiene rostro de mujer. Las mujeres no sólo son más longevas que los hombres, sino que además tienen menores probabilidades de disfrutar de seguridad en términos de ingresos y de independencia económica cuando se hacen mayores. Debido a la desventaja económica que sufren durante toda su vida, las mujeres de edad avanzada perciben unos ingresos más bajos y tienen un menor acceso a la tierra, la vivienda y otros recursos que podrían ayudarlas a mantener un nivel de vida adecuado. Además, por lo general los sistemas de pensiones resultan muy desfavorables a las mujeres. En la mayoría de los países, éstas tienen una probabilidad menor que los hombres de recibir una pensión, o bien sus prestaciones son inferiores a las de estos.

La raíz de la desventaja que sufren las mujeres en la vejez se encuentra en el sesgo de género del mercado laboral y los patrones en el curso de sus vidas, aunque sus efectos pueden verse agravados o mitigados en función de determinadas características del diseño de los sistemas de pensiones. En este resumen se analizan dichas características con más detalle, mostrando cómo pueden transformarse los sistemas de pensiones para reducir las brechas de género y proteger la seguridad de los ingresos de las mujeres en la vejez.

Este resumen se basa en las principales conclusiones del emblemático informe de ONU Mujeres titulado El progreso de las mujeres en el mundo 2015–2016.

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