En Marruecos, las pescadoras adoptan nuevas prácticas resilientes al clima

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Photo: UN Women/Mediating
In Morocco, about 10,000 women collect shellfish and other seafood along the coastline to make a living. Photo: UN Women/Mediating.

En Marruecos, el cambio climático es actualmente uno de los principales problemas que preocupan a las personas dedicadas a la política, tanto a nivel nacional como local, pero su gestión exige una respuesta colectiva. Incluir a las mujeres y las niñas en el diseño y la aplicación de medidas de respuesta al cambio climático es fundamental para abordar la adaptación y mitigación del cambio climático, así como encontrar soluciones para lograr un desarrollo sostenible y la igualdad de género.

En Marruecos, las pescadoras adoptan nuevas prácticas resilientes al clima

En el sector pesquero, unas 10.000 pescadoras arriesgan sus vidas todos los días recolectando crustáceos y otros productos del mar en la costa de Marruecos para ganarse la vida. Las pescadoras de Tiguert, cerca de la región de Agadir, dan fe de los riesgos diarios a los que se enfrentan cuando recolectan crustáceos y comparten de qué modo están ayudando a preservar estos recursos naturales para las generaciones futuras.

Equipadas con un balde, una cesta, un cuchillo y un par de botas, si los tienen, las mujeres, con edades que oscilan entre los 45 y 60 años, parten al amanecer hacia el pie de los acantilados donde las espera la ardua tarea de recolectar crustáceos. En el camino hacia los acantilados, con una extensión de más de 20 km, un cartel rudimentario autoriza la recolección de crustáceos. Cada trayecto de 10 km les lleva cerca de dos horas, pero mantienen la inquebrantable esperanza de volver a casa con una buena cosecha.

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Every day, the fisherwomen spend hours in the seawater and move over rocks and sharp injuries. Photo: UN Women/Mediating
Every day, the fisherwomen spend hours in the seawater and move over rocks and sharp injuries. Photo: UN Women/Mediating

"Con un cuchillo de hoja delgada, limpio los crustáceos, a la vez que respeto y protejo el hábitat de las especies", afirma Fadma Ouchane, vicepresidenta de la Mahar Assahel Cooperative, que se constituyó en 2019 para apoyar a las pescadoras locales y satisfacer sus necesidades, como el servicio de transporte y un área de trabajo cerca del mar. "En unos pocos minutos, mi cesta se empieza a llenar".

Después de recolectar los crustáceos, procedemos a limpiarlos, cocinarlos y secarlos al sol antes de exhibirlos en la carretera para venderlos. Según la disponibilidad de crustáceos, las mujeres pueden ganar alrededor de DH 200 o DH 300 (USD 21 y USD 31) por mes. El medio kilo de crustáceos cuesta DH 40 (USD 4). A pesar de que los crustáceos son más abundantes entre mayo y julio, el hecho de que son bastante sedentarios y su recolección es posible todo el año, se convierten en una fuente confiable de ingresos para las pescadoras.

Fatima Azdoud, 28, is President of the Mahar Assahel Cooperative. Photo: UN Women/Mediating

"Con un cuchillo de hoja delgada, limpio los crustáceos, a la vez que respeto y protejo el hábitat de las especies", afirma Fadma Ouchane, vicepresidenta de la Mahar Assahel Cooperative, que se constituyó en 2019 para apoyar a las pescadoras locales y satisfacer sus necesidades, como el servicio de transporte y un área de trabajo cerca del mar. "En unos pocos minutos, mi cesta se empieza a llenar".

Después de recolectar los crustáceos, procedemos a limpiarlos, cocinarlos y secarlos al sol antes de exhibirlos en la carretera para venderlos. Según la disponibilidad de crustáceos, las mujeres pueden ganar alrededor de DH 200 o DH 300 (USD 21 y USD 31) por mes. El medio kilo de crustáceos cuesta DH 40 (USD 4). A pesar de que los crustáceos son más abundantes entre mayo y julio, el hecho de que son bastante sedentarios y su recolección es posible todo el año, se convierten en una fuente confiable de ingresos para las pescadoras.

"Las ganancias son modestas, pero nos permiten complementar los ingresos mensuales para comprar alimentos", explica Fatima Azdoud, 28 años, presidenta de la cooperativa. Por otra parte, es una excelente fuente de alimento, rica en proteínas, para sus familias.

Independientemente del período, la recolección de productos del mar es una tarea difícil y dolorosa, debido a la duración de las jornadas laborales y los riesgos a los que las pescadoras están expuestas. Todos los días, durante jornadas de más de cinco horas, están cubiertas de agua de mar y se lastiman como consecuencia de caminar por las rocas y tocar los bordes filosos de las conchas. Corren tanto peligro que hasta podrían ser arrastradas al océano cuando la marea es alta.

"No tenemos opción", comparte Azdoud. "Nuestras madres y abuelas se han dedicado a esto durante muchísimo tiempo. Es con lo que crecimos".

Para las pescadoras como Azdoud, esta estrecha relación con los crustáceos, que se transmite de generación en generación, se convierte en un conjunto de conocimientos históricos y sobre la naturaleza que les permite evaluar su entorno e identificar los cambios necesarios para optimizar su trabajo. Sin embargo, en los últimos diez años, el pueblo de Tiguert ha sido testigo de la alteración de los ecosistemas y organismos marinos provocada por el cambio climático. Por ende, incorporaron prácticas sostenibles en sus actividades diarias para proteger el medio ambiente y contar con una fuente de ingresos para ayudar a sus familias. Por ejemplo, en lugar de emplear leña para cocinar los crustáceos, muchas mujeres están optando por las cocinas solares.

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The knowledge of shellfish is often passed from generation to generation, meaning the fisherwomen today posess a body of historical and naturalist knowledge to assess their environment and identify its changes to optimize their work. Photo: UN Women/Mediating
The knowledge of shellfish is often passed from generation to generation, meaning the fisherwomen today posess a body of historical and naturalist knowledge to assess their environment and identify its changes to optimize their work. Photo: UN Women/Mediating

"Debemos cambiar nuestra forma de trabajar recurriendo a tecnologías modernas que respeten el medio ambiente, preserven los recursos, optimicen nuestros resultados técnicos y económicos, y ahorren recursos hídricos y forestales, al mismo tiempo que nos adaptamos al cambio climático", expresa Azdoud. "[De este modo, podemos] acercarnos a las demandas de la comunidad y las necesidades del mercado ecológico y sostenible".

Para satisfacer estas necesidades, ONU Mujeres les está dando un lugar prioritario a las pescadoras en los esfuerzos de adaptación, mitigación y gestión de los riesgos relacionados con los desastres naturales, a la vez que mejoran sus vidas y fortalecen su resiliencia. Esto incluye hacer realidad un desarrollo económico pesquero que respete el medio ambiente. Como parte de este trabajo, ONU Mujeres dotó a las pescadoras de equipos sanitarios y ecológicos para la cosecha de los crustáceos, así como para la devolución de los ejemplares juveniles a sus hábitats para disminuir su pérdida debido a la pesca no selectiva. Además, ONU Mujeres también les entregó trajes de neopreno reforzados en las zonas de las rodillas y los hombros para protegerlas de pequeñas lesiones y ayudar a mantener la temperatura corporal.

"El proyecto se centró en mejorar la capacidad de las 650 pescadoras en las áreas de liderazgo, iniciativa empresarial, prácticas de gestión pesquera sostenible y recuperación financiera. Han aprendido técnicas modernas de procesamiento de pescado y son más conscientes del papel que desempeñan en la protección de los recursos pesqueros", comenta Leila Rhiwi, representante de ONU Mujeres en Marruecos. "Más allá de los beneficios económicos, la igualdad de género y la participación de las pescadoras son condiciones necesarias para lograr una sociedad abierta, inclusiva y solidaria".

En julio de 2021, ONU Mujeres, en colaboración con el Departamento de Pesca Marítima y con el apoyo económico del Gobierno de Japón, organizó un taller sobre pesca sostenible en la comunidad costera de Oualidia. Entre los temas tratados se incluyeron los métodos saludables de recolección, las zonas de pesca autorizadas y los períodos de veda biológica; todo en un esfuerzo por asegurar que estos recursos naturales se preserven para las futuras generaciones. Azdoud, quien fue una de las participantes, compartió sus conocimientos adquiridos con las pescadoras de la cooperativa.

"Muchas pescadoras se despiden de sus seres queridos [antes de marcharse hacia los acantilados], por miedo a no regresar a su casa", comparte Azdoud. Para ella, el mar es una fuente de alegrías y tragedias, pero también de autonomía económica. "A pesar de [los retos], para estas mujeres, el llamado del mar es imprescindible para su supervivencia, así como una manera de ser libres".