Las previsiones meteorológicas cambian los efectos del cambio climático en las agricultoras de Malawi
Mientras las nubes grises avanzan, en la aldea Mkanda de la región central de Malawi, Jennifer Lipunga, de 43 años, inspecciona las plantas de maní que crecen en su campo de menos de una hectárea. A diferencia del pasado, Lipunga ya no está preocupada por los efectos negativos que el clima pudiera ocasionar en sus cultivos, gracias a las intervenciones de la agricultura climáticamente inteligente.
“Hace dos años, sembramos unos meses antes de las lluvias, pero estas se retrasaron mucho y la temperatura seguía subiendo, lo que echó a perder las plantaciones. La mayor parte de nuestro cultivo se dañó y sólo cosechamos 21 kg de maní”, sostiene Lipunga.
La madre de seis hijas e hijos sólo logró vender una pequeña cantidad de maní y tuvo dificultades para alimentar y sostener a su familia. “Dados los cambios de las condiciones meteorológicas, necesitábamos saber cuál era el momento indicado para sembrar”, afirma.
La agricultura es un sector importante para la economía de Malawi, y las mujeres constituyen entre el 60 y el 80 % de la fuerza laboral agrícola. La agricultura a pequeña escala que se practica en el país es, en su mayoría, de secano; por consiguiente, las personas dedicadas a la agricultura están expuestas a las inclemencias de la variabilidad de las condiciones meteorológicas y el cambio climático.
A pesar de su contribución importante al sector agrícola de Malawi, la producción y el rendimiento agrícola de las mujeres agricultoras de las zonas rurales sieguen siendo más bajos que los de los hombres. Existen diversos obstáculos que impiden que las personas que se dedican a la agricultura —en especial mujeres y otros grupos vulnerables— adopten estrategias de adaptación al cambio climático, como la agricultura climáticamente inteligente, y, de este modo, reduzcan su exposición a los riesgos relacionados con el clima. Aún persisten diferencias sistemáticas entre los géneros en la productividad agrícola debido a las escasas posibilidades que tienen las mujeres de adquirir y disponer de insumos agrícolas, como semillas, fertilizantes, plaguicidas, así como de acceder a los mercados y al crédito.
En muchas zonas del país, las comunidades de pequeñas agricultoras y pequeños agricultores tienen muchas dificultades para conocer las previsiones meteorológicas.
ONU Mujeres, en colaboración con el Ministerio de Agricultura y el Departamento de Cambio Climático y Servicios Meteorológicos, proporciona y difunde las previsiones meteorológicas específicas de cada localidad en el idioma del lugar y en un formato sencillo para que las agricultoras y los agricultores puedan saber cuándo empezarán las lluvias propicias para los cultivos y así sembrar a tiempo.
“Con la asistencia de Standard Bank, ONU Mujeres trabaja con los socios para mejorar los medios de vida de 10.000 mujeres y sus familias. Esto se consigue gracias al aumento de la productividad agrícola con técnicas agrícolas climáticamente inteligentes y métodos de producción y comercialización en la cadena de valor del maní. De este modo, el suministro de recursos, habilidades y mejores tecnologías permite que ganen mayor resiliencia frente al cambio climático”, señala Clara Anyangwe, representante de ONU Mujeres en Malawi.
Gracias a esta intervención, las mujeres agricultoras que formaban parte de cooperativas, como Jennifer Lipunga, recibieron información precisa y oportuna para adoptar otras tecnologías climáticamente inteligentes, como los surcos de doble hilera, para aumentar la productividad y conseguir la resiliencia de los medios de vida. La información meteorológica se complementó con otras tecnologías agrícolas climáticamente inteligentes que permitieron que las agricultoras planificaran de mejor manera la adquisición y la adopción de insumos y prácticas de cultivo.
“Las mujeres productoras, quienes son las principales beneficiarias, recibieron a tiempo la información sobre las previsiones meteorológicas de parte del Departamento de Cambio Climático y Servicios Meteorológicos. De este modo, pudieron tomar decisiones fundamentadas sobre la preparación de la tierra y movilizar insumos importantes, como semillas certificadas para sembrar con las primeras lluvias, como lo previó el personal técnico. La siembra con las primeras lluvias, el uso de semillas certificadas de variedades mejoradas y patrones de siembra, como la siembra de maní en surcos de doble hilera, son algunas de las principales intervenciones de la agricultura climáticamente inteligente. Todo ello depende de la capacidad de las agricultoras y los agricultores para acceder y utilizar la información sobre las previsiones meteorológicas”, afirma Chawezi Banda, funcionario del Instituto Africano de Civismo Empresarial.
El hecho de recibir información meteorológica marcó una gran diferencia a la hora de que Lipunga mitigara los efectos negativos del clima.
“Esta oportunidad de recibir información sobre las condiciones meteorológicas ha cambiado mis prácticas agrícolas, ya que ahora en seguida consigo la información que me sirve para obtener el mayor rendimiento de mis cultivos”.
En la última cosecha, ganó más de 440 dólares de los Estados Unidos con la venta de su producción de maní, con lo cual pudo ponerle el techo a su casa y pagar los derechos de matrícula de la escuela de sus hijas e hijos.
“Gracias a esta iniciativa me di cuenta de que también puedo ayudar a otras agricultoras y otros agricultores a hacer frente al cambio climático. Cuando recibo las previsiones, les envío un mensaje de texto con la información a las agricultoras y los agricultores de mi comunidad o se las transmito en persona. Estamos juntas y juntos en esta lucha contra el cambio climático”, afirma Lipunga.