Las herramientas digitales se utilizan cada vez más para acechar, acosar y abusar de mujeres y niñas. Esto incluye:

• Uso indebido de imágenes o intercambio no consentido de imágenes íntimas, a menudo denominado pornografía vengativa o filtración de desnudos. 
• Ciberacoso, troleo y amenazas en línea. 
• Acoso en línea y acoso sexual. 
• Falsificación de imágenes mediante inteligencia artificial (IA): imágenes sexualmente explícitas, pornografía falsificada e imágenes, vídeos o audios manipulados digitalmente. 
• Discurso de odio y desinformación en las plataformas. 
• Doxeo: publicación de información privada. 
• Acoso, vigilancia o seguimiento en línea para controlar las actividades de una persona. 
• Captación y explotación sexual en línea. 
• Suplantación de identidad. 
• Redes misóginas, como la machoesfera o los foros incel. 
• Estos actos no se producen únicamente en Internet. A menudo desembocan en violencia en la vida real, por ejemplo en forma de coacción, abusos físicos e incluso femicidios, es decir, asesinatos de mujeres y niñas. Los daños pueden ser duraderos y afectar a las supervivientes durante largo tiempo. 
• La violencia digital se dirige en mayor medida contra las mujeres que contra los hombres en todos los ámbitos, pero afecta en especial a quienes gozan de visibilidad pública o en línea: activistas, periodistas, políticas, defensoras de los derechos humanos y mujeres jóvenes.
• Sus efectos son aún más graves en el caso de las mujeres que se enfrentan a formas de discriminación cruzadas, por ejemplo la discriminación por motivos de raza, discapacidad, identidad de género u orientación sexual.

• Débil regulación del sector tecnológico o falta de reconocimiento jurídico de la violencia digital en los países. 
• Falta de responsabilidad de las plataformas tecnológicas y de las redes sociales.
• Normalización de la violencia en los espacios de la machoesfera.
• Creación de nuevas formas de abuso y amplificación de la violencia digital mediante la IA.
• Oposición creciente a la igualdad de género.
• Anonimato de quienes cometen agresiones y abusos transfronterizos, lo que dificulta la obtención de justicia.
• Sistemas de apoyo limitados para las personas supervivientes de ciberacoso o filtración de datos personales.

Gracias a una labor de promoción de años por parte de los movimientos feministas y de defensa de los derechos en el ámbito digital, se han logrado importantes avances: 

• El Pacto Digital Global de 2024 estableció las primeras normas en materia de seguridad digital y gobernanza de la IA en todo el sistema de las Naciones Unidas. 
• En diciembre de 2024, los Estados miembros adoptaron la Convención de las Naciones Unidas contra la Ciberdelincuencia, el primer instrumento internacional jurídicamente vinculante con implicaciones para hacer frente a la violencia digital. 
• La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución sobre la violencia contra las mujeres y niñas en el entorno digital en 2024, en la que instan a los Estados a adoptar medidas inmediatas y eficaces para prevenir y eliminar la violencia digital, así como para fortalecer la regulación y la rendición de cuentas de las plataformas. 
• En 2024, la Comisión de Estadística de las Naciones Unidaspidió el desarrollo de métodos mundiales para medir la violencia de género facilitada por la tecnología, un trabajo que ya está en marcha. 
• Cabe destacar también la participación de los organismos regionales, desde la Convención de la Unión Africana para poner Fin a la Violencia contra las Mujeres y las Niñas hasta el Reglamento de Servicios Digitales de la Unión Europea.

Todas las personas debemos hacer algo para poner fin a los abusos digitales. En los 16 Días de activismo, la campaña hace un llamado: 

• a los Gobiernos, para que aprueben y hagan cumplir leyes que penalicen la violencia digital, protejan la información personal y refuercen la rendición de cuentas del sector tecnológico; 
• a las empresas tecnológicas, para que garanticen la seguridad de las plataformas, eliminen contenidos nocivos, hagan cumplir códigos de conducta y publiquen informes transparentes; 
• a las entidades donantes, para que inviertan en las organizaciones feministas que trabajan en el ámbito de la violencia contra las mujeres y la defensa de los derechos digitales; 
• a la población en general, para que alce la voz, apoye a las personas supervivientes y cuestione las normas perjudiciales en línea.

Del 25 de noviembre al 10 de diciembre, organice actividades visibles y valientes para fomentar la seguridad y la justicia en Internet. Los asociados pueden incluir: 

• la sociedad civil;
• grupos dirigidos por jóvenes; 
• instituciones académicas; 
• Gobiernos locales y líderes comunitarios; 
• sector privado, etc. 

Pueden actuar de muchas formas: obteniendo información sobre la campaña de este año y compartiéndola, apoyando a los servicios locales que ayudan a las personas supervivientes de la violencia de género, organizando sesiones sobre seguridad digital o participando en las que se organicen, apoyando las campañas de colaboración entre hombres que rechazan la violencia digital contra las mujeres y niñas y se implican en su prevención, y alentando a Gobiernos y empresas a que adopten leyes y políticas de mayor calidad.

No olvides lucir o exhibir el color naranja, símbolo de esperanza y de un futuro sin violencia.