Trabajo de cuidados

Una carga cada vez mayor para las mujeres

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Una madre y su bebé en un centro de salud en Venezuela. Fotografía: UNFPA
Una madre y su bebé en un centro de salud en Venezuela. Fotografía: UNFPA

El trabajo de cuidados —remunerado como no remunerado— ha tenido grandes impactos por la pandemia de COVID-19. El personal del sector de los cuidados en salud ha tenido que enfrentar una mayor carga de trabajo y mayor riesgo de infección (consúltese: Servicios y sistemas de salud), mientras que muchas otras personas en el sector doméstico han perdido sus medios de subsistencia ante los confinamientos y las medidas de distanciamiento social. La carga del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, que ya antes de la pandemia recaía de manera desproporcionada en las mujeres, ha aumentado drásticamente durante la pandemia: los datos arrojan que las mujeres siguen soportando una parte desigual. Las madres y los padres en general, y las madres en particular, han tenido que conciliar el trabajo remunerado con el cuidado infantil a tiempo completo tras el cierre de las escuelas y guarderías. El cuidado de integrantes de la familia que cursan una enfermedad y la recolección de combustible y agua, entre otras tareas que suelen recaer de manera desproporcionada en las mujeres, también han aumentado durante la pandemia de COVID.

Trabajo de cuidados

¿Qué pueden hacer los Gobiernos?

  • Reconocer que el trabajo no remunerado es tan esencial como el remunerado y garantizar la seguridad de quienes lo realizan proveyéndoles información, equipo de protección y subsidios.
  • Implementar medidas para conciliar el trabajo remunerado con el no remunerado, que incluya licencias remuneradas para las cuidadoras primarias, modalidades laborares reducidas o flexibles, compensación monetaria para madres y padres ante el cierre de escuelas y guarderías, y servicios de guardería para trabajadoras/es esenciales.
  • Priorizar el acceso a la alimentación. Continuar con los programas de alimentación escolar, aun con las escuelas cerradas, y expandir los esquemas de cupones de alimentos.
  • Priorizar el acceso a servicios básicos. Aumentar la frecuencia de entrega de agua, instalar servicios adicionales de almacenamiento de agua y de lavado de manos, distribuir jabón y productos de saneamiento de manera gratuita, y suspender los cortes de suministro de agua y electricidad en caso de cuentas impagas.
  • Invertir en infraestructura básica de fácil acceso y en tecnología que ahorran tiempo. Las mujeres que habitan comunidades con recursos insuficientes se ven beneficiadas, ya que cuanto más fácil es el acceso al combustible y al agua, menor es la carga de trabajo doméstico.
  • Atender las desigualdades de género en el mercado laboral. Las desigualdades actuales no ofrecen incentivos económicos para lograr una distribución más justa del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.

¿Qué está haciendo ONU Mujeres?

  • Aportando datos clave y recomendaciones de políticas para que los Gobiernos destinen el apoyo a trabajadoras/es de cuidados remuneradas/os y no remuneradas/os.
  • Dando apoyo a cuidadoras/os remuneradas/os y no remuneradas/os, que incluye lo siguiente:
    • empoderamiento de mujeres emprendedoras y de empresas lideradas por mujeres en el sector de los cuidados en Asia y la región del Pacífico;
    • paquetes de socorro a las familias de la totalidad de recién nacida/os en campamentos para personas refugiadas en Siria y para hogares encabezados por mujeres en Sri Lanka.
  • Mediante iniciativas internacionales, regionales y nacionales, trabajando para cambiar las normas sociales en pos de fomentar una distribución igualitaria de las responsabilidades de cuidado, entre las que se mencionan las siguientes:
    • lanzamiento de la campaña #HeForSheAtHome, que apunta a poner de relieve la injusta carga que soportan las mujeres y a alentar a los hombres a asumir su parte de las tareas;
    • elaboración de la campaña Because I am a Man (‘Porque soy hombre’) en la región de los Estados Árabes.