Discurso: Nuestra capacidad de cumplir con las promesas consagradas en los ODS depende de nuestra decisión de poner a las mujeres y a las niñas en el centro de los esfuerzos de recuperación

El examen temático del ODS 5 fue claro. Debemos hacer las cosas de otro modo.

Debemos incrementar las inversiones en igualdad de género. Debemos promover y apoyar la salud, la educación y el liderazgo de las mujeres. Debemos garantizar que las mujeres puedan acceder a financiación y recursos.

Cuarenta y cuatro países han presentado o presentarán sus exámenes nacionales voluntarios al cierre de este Foro. Once de ellos lo harán por primera vez.

Reconocemos el esfuerzo que implica analizar lo que se ha hecho y lo que falta por hacer.

Sus Excelencias,

Nos estamos quedando sin tiempo. Sólo nos quedan ocho años hasta 2030 y sabemos que estamos en retroceso en relación con lo programado.

Una pandemia devastadora afectó todas las regiones del mundo —a cada país, cada mujer y cada niña— y profundizó las desigualdades.

Si bien estamos trabajando para recuperarnos de este hecho, hay personas, mujeres, niñas y países enteros que siguen quedando rezagados.

Esto también se pone de manifiesto en nuestra solución para dar fin a la pandemia, es decir, con el acceso a servicios y vacunas.

En 2021, la OMS fijó el objetivo de lograr el 70 % de cobertura mundial con vacunas contra la COVID-19 hacia mediados de 2022. Al mes pasado, solo 58 de los 194 Estados Miembros de la OMS habían alcanzado la meta del 70 % de cobertura.

En los países de bajos ingresos, sólo el 37 % del personal de atención sanitaria ha recibido un curso completo de primovacunación contra la COVID.

Esta realidad también tiene efectos en cuanto al género, ya que, a nivel mundial, el 70 % de las trabajadoras de atención de la salud en la primera línea de trabajo son mujeres.

Enfrentamos guerras, crisis, emergencias humanitarias, inseguridad alimentaria, de energía y recursos financieros, inflación y deuda insostenible. Observamos los graves efectos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación creciente que, a su vez, provoca inundaciones, sequías y más crisis.

La paz, la seguridad, la prosperidad y la vida sin violencia quedan cada vez más lejos de convertirse en realidad para la mayoría de las personas, especialmente, para las mujeres y las niñas.

Estas crisis agravan la brecha de pobreza por género ya imperante. En todo el mundo, las mujeres y las niñas sufren los efectos de la pérdida de trabajo y el derrumbe de la estabilidad económica.

Son las mujeres y las niñas quienes sufren los recortes en el suministro de servicios públicos.

Son las mujeres y las niñas quienes se enfrentan a elevados niveles de violencia doméstica, lo que se conoce como una pandemia en la sombra, como resultado de la pandemia de COVID-19.

Sabemos que la violencia contra las mujeres y las niñas está presente en todas partes del mundo.

Doscientos cincuenta y cinco millones de mujeres y niñas han experimentado violencia física o sexual infligida por la pareja.

En todo el mundo, hubo un incremento en las llamadas a las líneas de atención telefónica por violencia de género durante la pandemia de COVID-19 debido a que las mujeres y las niñas estaban encerradas con sus abusadores y no tenían acceso a servicios.

Excelencias,

Si teníamos alguna duda, esta última semana nos dejó en claro que debemos redoblar nuestros esfuerzos para que la historia no juzgue la Agenda 2030 como la evidencia de nuestra falta de voluntad para cumplir las promesas que les hicimos a quienes más necesitan de nuestras iniciativas colectivas.

La buena noticia es que tenemos soluciones. Toda la semana hemos escuchado qué debemos hacer. Ahora, solamente debemos hacerlo. Simplemente, todas juntas y todos juntos debemos hacerlo.

Les pido que reconozcamos la importancia de la igualdad de género para llegar a estas soluciones. Sabemos que el ODS 5 no es sólo una meta por sí sola. Este ODS es la clave y la piedra angular de los ODS en su totalidad.

Excelencias,

Este año han revisado en profundidad el avance en la implementación del ODS 5. Muchas y muchos de ustedes han presentado notables resultados en materia de avance del ODS 5 en sus países. Han hablado de un incremento de mujeres en la fuerza de trabajo y de nuevas legislaciones para hacer frente a la violencia contra las mujeres.

Estos logros nos dan esperanza.

No obstante, en una revisión de avance efectuada por ONU Mujeres y la División de Estadística de las Naciones Unidas se revela que, a nivel mundial, sólo un indicador del ODS 5 se encuentra “cerca de la meta”.

Este indicador se vincula a la proporción de escaños ocupados por mujeres en gobiernos locales. Esto me parece encomiable.

Sin embargo, en todas las demás áreas, entre ellas, la igualdad en la dedicación de tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, a la toma de decisiones sobre la salud sexual y reproductiva, y a la aplicación de políticas efectivas sobre igualdad de género y empoderamiento de las mujeres, el mundo se encuentra “lejos de la meta”.

Los déficits de datos siguen obstaculizando nuestra capacidad de supervisión satisfactoria de todos los ODS. Por ejemplo, hay varios indicadores del ODS 5 para los que el mundo no tiene datos suficientes que permitan evaluar el avance; el más predominante de todos estos es el indicador que supervisa la seguridad de los derechos de las mujeres sobre la tierra.

Excelencias,

Estamos lejos de lograr el ODS 5 y no hay tiempo de sobra.

Lo cierto es que necesitamos acciones basadas en evidencia y más financiación para avanzar en una iniciativa que comprometa a toda la sociedad y dé respuesta a las necesidades y los derechos de las mujeres y las niñas en su totalidad.

El Secretario General lo mencionó en reiteradas ocasiones: necesitamos de un multilateralismo renovado y de un compromiso revitalizado hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La pandemia de COVID-19 nos recordó claramente que estamos interconectados y que así deben ser nuestras soluciones; que nuestro futuro depende de la prosperidad de todas las personas y de que nadie quede atrás.

Sabemos que podemos lograrlo. Lo vimos hace unos meses en el 66º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer. Por primera vez, los Estados Miembros negociaron conclusiones acordadas que reconocieron el papel fundamental de las mujeres en el hallazgo de soluciones al desastre climático.

Las negociaciones fueron difíciles y extensas, pero dieron muestra de lo mejor de nuestro sistema multilateral y de la esencialidad del trabajo conjunto en pos del progreso colectivo de los derechos de las mujeres y niñas en todo el mundo para un futuro común más sostenible. Esperamos que la CSW siga en este camino.

Sus Excelencias,

Sabemos cuál es la solución. Hemos hablado de ella en la última semana. La vemos en cada solución que se resuelve en materia de liderazgo de las mujeres.

La identificamos en la Meta 5. Es simple: más igualdad de género genera sociedades más sostenibles y pacíficas.

La COVID-19 fue una clara lección acerca del poder de la igualdad de género.

ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) evaluaron casi 5000 medidas de políticas adoptadas por 226 países y territorios en respuesta a la pandemia de COVID-19.

Según esta evaluación, si bien las mujeres y las niñas habían permanecido en la primera línea de respuesta a la pandemia, no se les había dado un lugar primordial en el diseño de las iniciativas de recuperación, y siguen estando insuficientemente representadas en los procesos de toma de decisión.

Además, hemos notado que los países con servicios públicos consolidados y sistemas de protección social con perspectiva de género se encontraron en una mejor posición para hacer frente a la pandemia.

Se observó también que los países tuvieron una respuesta más efectiva cuando tenían más mujeres en puestos de liderazgo, en parlamentos y ministerios.

Así como sabemos que los acuerdos de paz suelen durar más cuando las mujeres tienen una participación significativa en ellos, las políticas sociales pueden ser más efectivas cuando el liderazgo está equilibrado.

Para finalizar, tengo cinco pedidos que hacerles para que podamos restablecer el avance de la Agenda 2030.

En primer lugar, aumentemos las inversiones para lograr protección social y servicios públicos con perspectiva de género a fin de aumentar nuestra resiliencia ante las turbulencias del futuro.

En segundo lugar, fortalezcamos la capacidad institucional, aumentemos el liderazgo de las mujeres y reconozcamos la voz y la autonomía de todas las mujeres y las niñas para decidir sobre su futuro.

En tercer lugar, garanticemos la existencia de financiación adecuada para la igualdad de género, que incluya la priorización de la igualdad de género en los presupuestos nacionales y en la asistencia para el desarrollo oficial.

En cuarto lugar, garanticemos una base de evidencia sólida y el acceso a la información. Es inaceptable que hayamos recorrido la mitad del camino hacia la Agenda y aún existan áreas sin información que impidan mostrar una imagen nítida del progreso.

En quinto lugar, reconozcamos y adoptemos el papel y los aportes fundamentales de la sociedad civil y las organizaciones de mujeres, de quienes defienden los derechos humanos de las mujeres y el medio ambiente, de la juventud y de los hombres de todo el mundo.

Si ellas y ellos tienen más participación en los procesos de toma de decisiones, lograremos un cambio transformados en nuestras comunidades y sociedades, y aceleraremos nuestro camino hacia la recuperación y la resiliencia.

Excelencias,

Les aseguro una vez más que ONU Mujeres seguirá trabajando junto a ustedes. Seguiremos consolidando nuestras alianzas a nivel nacional, brindando nuestro apoyo a todos los Estados Miembros que lo soliciten, con nuestra experiencia en temas de género y el poder de nuestro mandato y nuestra voz.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible sigue siendo la mejor hoja de ruta hacia la paz, la seguridad, la recuperación, la dignidad y la prosperidad compartida.

Todas y todos sabemos muy bien que nos falta un largo camino por recorrer, pero también tenemos convicción en el poder del multilateralismo y de nuestra acción y solidaridad colectivas.

Nos recuerdo que la capacidad de cumplir con las promesas que hicimos en la Agenda 2030 depende en gran medida de la decisión colectiva que tomemos para poner a las mujeres y a las niñas en el centro de todas nuestras acciones.

Sólo ellas pueden sentar las bases para un futuro con sostenibilidad, resiliencia y justicia de género para todas y todos.

Les deseo el mayor de los éxitos. Muchas gracias.