Las personas refugiadas ucranianas abren empresas y crean una nueva comunidad en Moldova

Antes de la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania en 2022, Evghenia disfrutaba de una vida cómoda y segura en la ciudad meridional de Mykolaiv. Se sentía plenamente realizada con su trabajo como profesora de arte y pasaba buenos ratos con sus amigas y amigos y con su madre. 

Pero cuando las bombas empezaron a caer sin tregua sobre la ciudad, Evgheniatuvo que abandonar su hogar. Evghenia huyó con su madre hacia el oeste y se unió a otras 113.000 personas ucranianas refugiadas en Moldova, la mayoría de ellas mujeres y niñas.

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 Olesea Kolomiets dirigía una fábrica de chocolate en Odesa, Ucrania, y ahora ha creado una nueva empresa en Moldova.
Olesea Kolomiets dirigía una fábrica de chocolate en Odesa, Ucrania, y ahora ha creado una nueva empresa en Moldova. Foto: ONU Mujeres.

Después de llegar a Moldova, Evghenia no sabía cómo continuar con su vida hasta que conoció el proyecto SheLeads, un programa de capacitación que ofrecía cursos de 10 días sobre negocios y emprendimiento. Gracias a esos cursos y a su trabajo como voluntaria dando clases infantiles de arte y manualidades en el centro de personas refugiadas, encontró la inspiración para crear su propia empresa artística en Moldova.

“En el programa de capacitación me enseñaron cómo empezar mi proyecto empresarial en Moldova, a hacer los cálculos necesarios y a cumplimentar la documentación”, explica. “Descubrí que podía pedir una subvención y decidí intentar hacer mi sueño realidad. ¡Lo conseguí!”

Evghenia asegura que en los cursos encontró “las habilidades y la valentía necesarias para abrir mi propio centro artístico en mi nuevo hogar y compartir mi pasión por el arte con niñas y niños”.

Trabaja como profesora de arte profesional mientras pone en marcha Art Time Studio, un espacio en el que niñas y niños pueden expresarse y aprender habilidades artísticas, que ha recibido el apoyo del proyecto SheLeads a través de una pequeña subvención. Mientras asistía a los cursos, Evghenia también recibía atención personalizada en materia psicológica y de salud mental prestada por la Sociedad Hebrea de Ayuda al Inmigrante.

“Mi trabajo es una afición a la que llevo dedicándome muchos años. Es un lugar de consuelo en el que comparto mis conocimientos, habilidades, energía, alegría y realización”, afirma. En cuanto a su trabajo con niñas y niños refugiados en Moldova, añade: “Ver que en esas caritas tristes se dibuja una sonrisa me aporta una dosis extra de inspiración y satisfacción”.

SheLeads, que opera en seis regiones de Moldova, es un proyecto de ONU Mujeres a través de la Asociación para el Desarrollo y la Formación Empresarial en colaboración con la Sociedad Hebrea de Ayuda al Inmigrante, CASMED y Todo el Mundo Contribuye al Cambio (FCPS), con el apoyo financiero del Gobierno de Japón.

Evghenia es una de las 121 mujeres que participaron en el proyecto SheLeads entre octubre y diciembre de 2023. Además, 88 de esas mujeres recibieron apoyo psicológico en el marco del proyecto. Los cursos han dado sus frutos y se han materializado en la apertura de 41 empresas.

Marina Sergheiciuc recuerda cómo creaba materiales educativos, que incluían incluso libros personalizados, para su alumnado en un jardín de infancia en Ucrania. Se vio obligada a huir por la guerra y llegó a Moldova, donde conoció el proyecto SheLeads, con el que ha podido retomar la senda de su vida anterior.

Maria relata que, gracias al programa, ha podido “adquirir todo lo necesario para seguir desarrollando mis juegos y publicarlos en grupos de los medios sociales”.

“Estoy muy agradecida por la oportunidad de poner mis ideas en práctica”, añade.

La historia de Olesea Kolomiets, que dirigía una fábrica de chocolate en Odesa, Ucrania, tiene muchos puntos en común con las anteriores, a pesar de su carácter único.

“En marzo de 2022 llegué a la República de Moldova y en 15 días ya había reabierto mi negocio aquí, pero seguía sin encontrar mi sitio”, explica Olesea. A través del programa SheLeads, ha podido aprovechar las oportunidades empresariales que brinda Moldova.

“He comprado equipamiento para organizar clases magistrales y catas de chocolate infantiles y para personas adultas, tanto aficionadas como profesionales”, cuenta Olesea. Se afilió a la Asociación de Sumilleres de Chocolate de Moldova y se convirtió en la única sumiller de chocolate del país. Ahora organiza regularmente talleres de cata y colabora con restaurantes para crear experiencias gastronómicas únicas, desde el diseño a la creación del menú.

Su deseo de llegar más allá la impulsó a colaborar con la Asociación de Mujeres Emprendedoras de Moldova, un grupo local que cuenta con el apoyo de ONU Mujeres, en la prestación de servicios de fisioterapia a niñas y niños de Ucrania y Moldova con necesidades especiales.

Añade: “Estoy muy agradecida por todas las oportunidades que me ha brindado el programa SheLeads”.