Opinión experta: ¿Qué implicaciones tiene para las mujeres la Nueva Agenda de Paz del Secretario General?

En este momento en que los Estados Miembros de las Naciones Unidas y grupos de la sociedad civil se disponen a celebrar el vigésimo tercer aniversario de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad sobre las mujeres, la paz y la seguridad, el mundo está en crisis. 

En lugares como el Sudán, Ucrania, Haití, Kosovo1, el Sahel y el Afganistán, entre otros, persisten conflictos atroces que tienen efectos devastadores en la población civil. La actual situación en Oriente Medio se suma a estos conflictos, desafiando los límites del sistema multilateral.

Opinión experta: ¿Qué implicaciones tiene para las mujeres la Nueva Agenda de Paz del Secretario General?

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Por primera vez en la historia de la República Centroafricana, cuatro mujeres participaron como representantes en las conversaciones formales de paz que tuvieron lugar en el Sudán, el país vecino.
Por primera vez en la historia de la República Centroafricana, cuatro mujeres participaron como representantes en las conversaciones formales de paz que tuvieron lugar en el Sudán, el país vecino. En ellas participaron el gobierno y grupos armados con el objetivo de poner fin al conflicto en curso. En nombre de un grupo armado, Guetel Moiba Esther Adrienne formó parte de las negociaciones y firmó el Acuerdo Político para la Paz y la Reconciliación de 2019. Otras tres mujeres estuvieron presentes en las negociaciones de paz actuando como delegadas del gobierno. Fotografía: Fotografía de las Naciones Unidas/MINUSCA/Hervé Serefio.

Un militarismo destructivo y arraigado en estructuras patriarcales alimenta todas estas crisis. Según se detalla en el informe del Secretario General de este año sobre las mujeres y la paz y la seguridad, en 2022 se amplió por octavo año consecutivo el gasto militar mundial, que alcanzó un máximo histórico de 2,24 billones de dólares. Dicha cantidad sería suficiente para financiar casi tres veces la implementación a nivel mundial de todos los objetivos y las metas de desarrollo sostenible vinculados a las cuestiones de género.

A la vista de la situación actual en el mundo, resulta evidente que nuestros actuales enfoques para prevenir los conflictos y responder a ellos no están dando los resultados deseados. La Nueva Agenda de Paz del Secretario General se propone afrontar este reto y supone un reconocimiento positivo a décadas de activismo feminista encaminado a abordar las causas profundas de los conflictos. 

La agenda incluye doce medidas destinadas a hacer frente a los múltiples desafíos en materia de paz y seguridad a nivel mundial, que van desde la amenaza de las armas nucleares y las armas pequeñas hasta los recientes problemas asociados con la tecnología, la evolución de las estrategias de guerra y el cambio climático. Cabe señalar que la agenda reconoce que la desigualdad, la injusticia y el patriarcado son las causas profundas de los conflictos y la fragilidad en todo el mundo, e insta a reducir el gasto militar, lograr el desarme e invertir más en medidas preventivas.

La medida 5 de la agenda hace un llamamiento explícito a los gobiernos para “transformar las dinámicas de poder basadas en el género, dentro del ámbito de la paz y la seguridad”, y solicita a los países: 

  1. Introducir medidas concretas para garantizar la participación plena, igualitaria y significativa de las mujeres en todos los niveles de toma de decisiones.
  2. Comprometerse a erradicar todas las formas de violencia de género y promulgar leyes sólidas y amplias, en particular sobre el discurso de odio por motivos de género, hacer frente a la impunidad de los agresores y proporcionar servicios y protección a las personas supervivientes.
  3. Proporcionar una financiación sostenida, predecible y flexible en favor de la igualdad de género. Destinar el 15 % de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) a la igualdad de género, y proporcionar un mínimo del 1 % de la AOD en forma de asistencia directa a las organizaciones de mujeres, especialmente a los grupos de base que se movilizan por la paz. 

La participación de las mujeres contribuye a la sostenibilidad de los procesos de paz; de hecho, los esfuerzos de consolidación de la paz liderados por mujeres son duraderos y eficaces en función del costo. Es frecuente que las mujeres líderes y promotoras de la paz sean las únicas que alzan su voz a favor de la paz y las soluciones políticas, justamente lo que el Secretario General reitera que debe hacer todo el sistema internacional. 

No obstante, a pesar de su papel crucial, la financiación destinada a organizaciones de mujeres en zonas de conflicto está en declive, representando solo el 0,3 % de toda la asistencia extranjera para el desarrollo en entornos frágiles, como indica el informe del Secretario General. 

La Nueva Agenda de Paz también señala la relación entre la violencia contra las mujeres, el discurso de odio y la capacidad de las mujeres para participar en la esfera política. Según el informe, los ataques violentos contra mujeres en el ámbito de la política se han multiplicado por 1,5 entre 2020 y 2022, otro indicio de la creciente inestabilidad mundial.

Veintitrés años después del reconocimiento del papel que desempeñan las mujeres en la consolidación de la paz mediante la histórica resolución 1325 del Consejo de Seguridad, los Estados Miembros y el sistema de las Naciones Unidas tienen la oportunidad de colaborar a fin de implementar la Nueva Agenda de Paz. 

Esto implicará una transformación esencial en la manera en que las Naciones Unidas y los Estados Miembros entienden el establecimiento de la paz, el mantenimiento de la paz y la consolidación de la paz. 

Ya hemos recorrido más de medio camino hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y no hay ningún país afectado por conflictos que esté en vías de alcanzar los objetivos vinculados con el hambre, la salud o la igualdad de género. Con tan solo siete años por delante y los efectos cada vez más graves y costosos de la crisis climática, no podemos afrontar el gasto que supone la guerra y sus consecuencias a largo plazo.

Reconocer, respaldar y dedicar recursos al liderazgo de las mujeres en pro de la paz resulta fundamental para mitigar estas tendencias adversas. La Nueva Agenda de Paz manifiesta claramente que la misoginia, el patriarcado, la discriminación y la exclusión son factores que fomentan y agravan el conflicto. En el siglo XXI, es crucial desmantelar de una vez por todas las estructuras de poder que perpetúan estos valores tóxicos. 

1. Esta designación se entiende sin perjuicio de las posiciones sobre el estatuto, y se ajusta a la resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad y a la opinión de la Corte Internacional de Justicia sobre la declaración de independencia de Kosovo.