Preguntas frecuentes: Troleo, ciberacoso, doxing y otras formas de violencia contra las mujeres en la era digital

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Frequently asked questions: Tech-facilitated gender based violence

A medida que la tecnología digital va influyendo (cada vez en mayor medida) nuestra vida cotidiana, también facilita formas nuevas y más graves de violencia de género. Aunque la violencia en línea contra las mujeres y las niñas no es un fenómeno nuevo, se ha intensificado rápidamente en los últimos años, planteando importantes amenazas para la seguridad y el bienestar de las mujeres, tanto en el entorno virtual como fuera de él. Esto subraya la urgente necesidad de proteger y defender los derechos de la mujer en la era digital.

Preguntas frecuentes: Troleo, ciberacoso, doxing y otras formas de violencia contra las mujeres en la era digital

¿Cuál es la prevalencia de la violencia en línea y digital contra las mujeres y las niñas?

Según el Institute of Development Studies, entre el 16 por ciento y el 58 por ciento de las mujeres han experimentado violencia de género facilitada por la tecnología. La Unidad de Investigación de la revista The Economist descubrió que el 38 por ciento de las mujeres han tenido experiencias personales de violencia en línea, y el 85 por ciento de las mujeres que pasan tiempo en línea han sido testigos de violencia digital contra otras mujeres.

Las formas más comunes de violencia denunciadas fueron la desinformación y la difamación (67 por ciento), el ciberacoso (66 por ciento), la incitación al odio (65 por ciento), la suplantación de identidad (63 por ciento), la piratería informática y el hostigamiento (63 por ciento), el astroturfing (un esfuerzo coordinado para compartir simultáneamente contenidos perjudiciales en todas las plataformas, 58 por ciento), el abuso basado en vídeos e imágenes (57 por ciento), el doxing (55 por ciento), las amenazas violentas (52 por ciento) y las imágenes no deseadas o de contenido sexual explícito (43 por ciento).

Los datos disponibles en distintas regiones apuntan a la existencia de un problema universal. Un estudio de ONU Mujeres en la región de los Estados Árabes reveló que el 60 por ciento de las usuarias de Internet habían estado expuestas a violencia en línea. Un estudio realizado en cinco países de África Subsahariana llegó a la conclusión de que el 28 por ciento de las mujeres habían experimentado violencia en línea. Una encuesta realizada en 2017 a mujeres de entre 18 y 55 años en Dinamarca, España, los Estados Unidos, Italia, Nueva Zelandia, Polonia, el Reino Unido y Suecia puso de manifiesto que el 23 por ciento de las mujeres declararon haber sufrido al menos una experiencia de acoso o abuso en línea.

La violencia digital aumentó durante la pandemia de COVID-19, aprovechando los momentos en que las mujeres y las niñas se conectaban a Internet para trabajar, estudiar y realizar actividades sociales. En Australia se produjo un incremento del 210 por ciento de los abusos basados en la imagen vinculado a la pandemia. Los datos de la India, Sri Lanka y Malasia mostraron un aumento del 168 por ciento en el volumen de publicaciones misóginas en línea durante los confinamientos provocados por la COVID-19.

Antes de la pandemia, el 38 por ciento de las mujeres encuestadas sufrían abusos en línea, y el 27 por ciento declaró haber sufrido un aumento de estos abusos durante la pandemia. Las mujeres negras y pertenecientes a minorías registraron tasas más elevadas: el 50 por ciento informaba de abusos en línea antes de la pandemia y el 38 por ciento declaró haber experimentado una intensificación de estos durante la COVID-19.

¿Quién corre el riesgo de sufrir violencia de género en línea y digital?

Este problema afecta a las mujeres y las niñas en toda su diversidad, pero determinados grupos están expuestos a un riesgo mayor. Las mujeres que se enfrentan a múltiples formas de discriminación, como las mujeres con discapacidad, las mujeres negras e indígenas y otras mujeres de color, las mujeres migrantes y las personas LGBTIQ+, se ven afectadas de manera desproporcionada por este tipo de violencia.

Las jóvenes y las niñas, más propensas a utilizar la tecnología para aprender, acceder a la información y relacionarse con sus pares, también están más expuestas a la violencia en línea. Según un estudio mundial, el 58 por ciento de las niñas y jóvenes han sufrido algún tipo de acoso en línea.

Las mujeres implicadas en la esfera pública —defensoras de los derechos humanos, activistas, periodistas y legisladoras— también se enfrentan a mayores índices de violencia. La UNESCO descubrió que el 73 por ciento de las periodistas sufrieron violencia en línea mientras realizaban su trabajo.

¿Qué está haciendo ONU Mujeres para poner fin a la violencia contra mujeres y niñas en la era digital?

El enfoque global que aplica ONU Mujeres para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas incluye la lucha contra la violencia de género facilitada por la tecnología. Esto implica elaborar leyes y políticas para prevenir y responder a la violencia digital (y adaptar las existentes), subsanar las carencias existentes en materia de datos e investigación, adaptar los servicios esenciales para apoyar a las supervivientes y, ante todo, trabajar para prevenir la violencia de género facilitada por la tecnología, transformando las normas sociales e implicando a los hombres y los niños.

El 67º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW67) reconoció el papel fundamental de la tecnología y la innovación en la consecución de la igualdad de género y urgió a aumentar las inversiones para reducir la brecha digital de género, así como para garantizar entornos de innovación inclusivos y una tecnología e innovación seguras y sensibles al género.

ONU Mujeres también aborda este problema a través de Generación Igualdad, iniciativa a través de la que amplía los programas de prevención, impulsa servicios para las supervivientes, presta apoyo a las organizaciones feministas, etc.

¿Qué más hace falta para eliminar la violencia en el mundo digital?

  1. Mejorar la cooperación entre los Gobiernos, el sector tecnológico, las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres y la sociedad civil, con el fin de fortalecer las políticas.
  2. Subsanar las carencias en materia de datos para conocer mejor los factores que impulsan la violencia y los perfiles de los agresores, así como para proporcionar una base empírica a las iniciativas de prevención y respuesta.
  3. Elaborar y aplicar leyes y regulaciones con la participación de las supervivientes y las organizaciones de mujeres.
  4. Elaborar normas de rendición de cuentas para los intermediarios de Internet y el sector tecnológico a fin de mejorar la transparencia y la rendición de cuentas sobre la violencia digital y el uso de datos.
  5. Integrar la ciudadanía digital y el uso ético de las herramientas digitales en los programas escolares para fomentar normas sociales positivas en el entorno en línea y fuera de él, y sensibilizar a la juventud —especialmente a los hombres jóvenes y a los niños— y a las personas cuidadoras y educadoras sobre el comportamiento ético y responsable en línea.
  6. Reforzar la acción colectiva de las entidades públicas y privadas y de las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres.
  7. Empoderar a las mujeres y las niñas para que participen y ejerzan un papel de liderazgo en el sector tecnológico, con el objetivo de aportar información valiosa para el diseño y el uso de herramientas digitales seguras y de espacios libres de violencia.
  8. Garantizar que las entidades públicas y privadas den prioridad a la prevención y eliminación de la violencia digital, mediante enfoques de diseño basados en los derechos humanos e inversiones adecuadas.