Mutilación genital femenina en Malí: La lucha para poner fin a una tradición mortal
“Mi madre se dedicaba a realizar mutilaciones. Para mi familia, la práctica era algo habitual, entonces yo creía que era normal. Un día, mutiló a varias niñas y jovencitas y una de ellas se desangró hasta morir”, comenta Siaka Traoré, cuya madre era responsable de practicar la mutilación genital femenina (MGF). Traoré creció creyendo que se trataba de un rito de transición normal en la vida de las niñas en Malí... hasta ese día.
Hoy es un promotor apasionado que impulsa campañas para poner fin a esta práctica.

La mutilación genital femenina, una violación flagrante a los derechos humanos
Según los registros oficiales, al 89 por ciento de las mujeres de entre 15 y 49 años de Malí se les ha practicado la mutilación genital femenina. A nivel local, la práctica también recibe el nombre de “escisión”.
La mutilación genital femenina es una práctica tradicional perjudicial y una forma de violencia contra las mujeres y niñas. Se refiere a todos los procedimientos orientados a retirar de manera parcial o total cualquier parte de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones causadas a los órganos genitales femeninos por motivos no médicos.
Malí se convierte en un refugio seguro para quienes practican la mutilación genital femenina
La mutilación genital femenina es un problema mundial: cada año, más de 2 millones de niñas son objeto de esta práctica antes de cumplir los 5 años, a menudo durante los primeros días o semanas de vida.
La mayor prevalencia se observa en la región de África, donde más de 144 millones de niñas y mujeres han sido objeto de mutilación. Aún hoy, muchos países carecen de leyes nacionales que prohíban la mutilación genital femenina.
Malí es un ejemplo de ello, señala Traoré, ya que no cuenta con una ley nacional que prohíba explícitamente la mutilación genital femenina.
“Le pedimos al Gobierno de Malí la aprobación de una ley que prohíba la práctica. Desde entonces, hemos contribuido a elaborar proyectos de ley para prohibir la mutilación”, dice Traoré, pero agrega que el activismo sigue esperando su aprobación.
A falta de leyes que prohíban la mutilación genital femenina, quienes la realizan tienen inmunidad plena. Además, a medida que los países vecinos aprueban leyes que prohíben la mutilación genital femenina, Malí se ha forjado su reputación como refugio para quienes llevan a cabo esta práctica.
“Países vecinos como Burkina Faso, Côte D’Ivoire, Guinea y Niger han aprobado leyes que prohíben esta práctica, de modo que muchas personas vienen a mutilar a sus hijas a Malí porque se dice que aquí somos profesionales [de la mutilación genital femenina]”, explica Traoré.
“Algunas personas incluso vienen desde Europa para la ablación”.
Las consecuencias de la mutilación genital femenina: una superviviente alza la voz
La mutilación genital femenina no trae ningún beneficio a la salud. Por el contrario, provoca un daño grave a nivel físico, emocional y psicológico.
El testimonio anónimo de una mujer que fue mutilada sin saberlo y sufrió consecuencias dramáticas el día de su boda pone de manifiesto el sufrimiento silencioso de las vidas que han sido arruinadas por esta práctica.
“Fui mutilada, pero no lo supe hasta que me casé”, comparte una mujer maliense de forma anónima. “Mis padres me casaron con un hombre que yo no conocía. Tenía solo 15 años y en mi noche de bodas, él no pudo tener sexo conmigo. Me llamó bruja, se fue de mi vida y nunca regresó”.
Esta mujer fue una de las pocas que recibieron asistencia médica. Si bien entre las consecuencias inmediatas de la mutilación genital femenina pueden encontrarse sangrado excesivo, infecciones y un dolor incapacitante, para muchas mujeres y niñas esta situación ocasiona riesgos a la salud a largo plazo, incluso la muerte.

Qué puede hacerse para detener la mutilación genital femenina
Las leyes no bastan para poner fin a la mutilación genital femenina. Las normas culturales y sociales profundamente arraigadas que impulsan esta práctica son un obstáculo de gran envergadura. Los cuestionamientos a la mutilación genital femenina despiertan una fuerte resistencia en las comunidades, puesto que ésta se percibe como un rito de transición esencial.
Para prevenir y erradicar la mutilación genital femenina es clave contar con un enfoque integral que involucre a toda la sociedad, y que comprenda la implementación de leyes, el diálogo con líderes tradicionales y religiosos, la capacitación y concientización de profesionales de la salud y el trabajo con hombres y niños para que rechacen la práctica, al tiempo que se empodera a las mujeres y niñas en las comunidades.
Un futuro sin mutilación genital femenina es un futuro mejor para todas las personas.
Preguntas frecuentes sobre la mutilación genital femenina
Traumática. Dolorosa. Irreversible. Conoce más sobre la mutilación genital femenina, sus causas y consecuencias, en qué lugares se practica en mayor medida y cómo hay iniciativas mundiales que buscan erradicar esta tradición perjudicial para millones de mujeres y niñas.