ODS 6: Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todas y todos
Metas
- Para 2030, lograr el acceso universal y equitativo al agua potable, a un precio asequible para todos.
- Para 2030, lograr el acceso equitativo a servicios de saneamiento e higiene adecuados para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones vulnerables.
- Para 2030, mejorar la calidad del agua mediante la reducción de la contaminación, la eliminación del vertimiento y la reducción al mínimo de la descarga de materiales y productos químicos peligrosos, la reducción a la mitad del porcentaje de aguas residuales sin tratar y un aumento sustancial del reciclado y la reutilización en condiciones de seguridad a nivel mundial.
- Para 2030, aumentar sustancialmente la utilización eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la escasez de agua y reducir sustancialmente el número de personas que sufren de escasez de agua.
- Para 2030, poner en práctica la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, incluso mediante la cooperación transfronteriza, según proceda.
- Para 2020, proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos.
- Para 2030, ampliar la cooperación internacional y el apoyo prestado a los países en desarrollo para la creación de capacidad en actividades y programas relativos al agua y el saneamiento, incluidos el acopio y almacenamiento de agua, la desalinización, el aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos, el tratamiento de aguas residuales y las tecnologías de reciclaje y reutilización.
- Apoyar y fortalecer la participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua y el saneamiento.
El agua es imprescindible para la vida, pero a menudo hay demasiadas personas para las que el agua no es segura ni está fácilmente disponible. En el 80 por ciento de los hogares que sufren escasez de agua, las mujeres y las niñas son las responsables de la recogida de agua. Esto a menudo implica tener que recorrer largas distancias y llevar cargas pesadas, lo que en algunos casos conlleva un riesgo importante de sufrir violencia. El tiempo que requiere esta tarea puede apartar a las niñas de la escuela y reducir las opciones que tienen las mujeres de obtener ingresos.
La falta de agua y de saneamiento tiene consecuencias sanitarias importantes. Cuando los miembros del hogar enferman, son las mujeres quienes asumen en mayor medida el cuidado de las personas, además de enfrentarse a amenazas adicionales para la salud, como el tracoma, que se relaciona con una higiene deficiente y que puede llegar a causar ceguera. Durante el parto, disponer de agua y de saneamiento puede ser una cuestión de vida o muerte, tanto para la madre como para el bebé.
En las últimas décadas, miles de millones de personas en todo el mundo han conseguido acceso a servicios de agua potable y saneamiento. No obstante, el cambio climático y la contaminación han incrementado la presión sobre las fuentes de agua. En 2015, 2.100 millones de personas carecían de acceso a servicios seguros de suministro de agua potable. Muchas personas todavía dependen del agua de pozos y manantiales sin protección. Alrededor de 2.400 millones de personas utilizan instalaciones de saneamiento no mejoradas que pueden contaminar el agua y propagar enfermedades [1].
ONU Mujeres actúa para facilitar agua y saneamiento a todas y todos colaborando con los gobiernos en el diseño de políticas y programas que respondan a las necesidades de las mujeres y apoyen servicios sostenibles. Esto incluye la adopción de medidas que faciliten el acceso al agua potable segura de manera que las mujeres tengan más tiempo para obtener ingresos, las niñas más posibilidades de asistir a la escuela, y la salud y la higiene familiar mejoren.
Historias
Desde mi perspectiva: Lorraine Kakaza
Lorraine Kakaza es voluntaria comunitaria de Carolina, Sudáfrica. Su aldea carece de acceso a agua potable y segura, lo cual ha afectado la salud y los medios de subsistencia de las mujeres, especialmente de las que dependen de la agricultura. Lorraine usa podcasts para sensibilizar acerca de la situación.
En las comunidades de pastores de Kenya, las mujeres llevan la peor parte de la sequía
En el árido condado de Turkana, en el norte de Kenya, las mujeres tienen que caminar más millas cada día para recoger agua. Sus medios de subsistencia se ven afectados también, ya que las comunidades dependen en gran medida de la ganadería. ONU Mujeres está trabajando con la Autoridad Nacional de Gestión de la Sequía de Kenya para asegurar que todas las intervenciones para hacer frente a la sequía tomen en consideración las vulnerabilidades particulares de las mujeres, las niñas y niños.
Abolir el chhaupadi, destruir el estigma de la menstruación en las zonas rurales de Nepal
En las zonas rurales de Nepal, la menstruación es un tema tabú, y las niñas que están menstruando son relegadas a cobertizos llamados "chhaupadi", donde están expuestos al frío y la falta de instalaciones de saneamiento adecuadas, además de enfrentar el riesgo de explotación sexual y de ataques de animales. Restless Development Nepal, en colaboración con el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas, educa a las y los jóvenes y sus comunidades para destruir los mitos acerca de la menstruación.
Notas
[1] PNUD. Informe de 2015 sobre los ODM.