Políticas macroeconómicas y protección social

Las políticas macroeconómicas y sociales son instrumentos fundamentales que sirven para alcanzar el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género. Las políticas macroeconómicas no afectan a hombres y mujeres necesariamente de la misma manera. Por ejemplo, las políticas insensibles a la dimensión de género pueden perpetuar límites respecto a la capacidad de las mujeres de conseguir un empleo decente. Teniendo en cuenta las grandes diferencias que existen entre mujeres y hombres en el acceso al empleo y otros activos económicos, las políticas que se diseñan expresamente con el objetivo de abordar esta cuestión tienen una oportunidad mucho mayor de mejorar las vidas de las mujeres e impulsar la igualdad de género. Las políticas de protección social desempeñan papeles importantes a la hora de ampliar el acceso de las mujeres a los mercados laborales, contemplar los riesgos económicos a los que se enfrentan las familias trabajadoras, y ayudar a los hogares pobres a cubrir las necesidades básicas.

Nuestras soluciones

ONU Mujeres trabaja con socios gubernamentales para formular e implementar políticas macroeconómicas que aporten soluciones a las mujeres, tratando temas como los vínculos existentes entre el trabajo remunerado de las mujeres y el crecimiento inclusivo, los efectos de la crisis económica, y el papel que desempeña el género en la política agrícola y comercial. Ofrecemos análisis y datos para informar políticas más orientadas al género, y ayudar a las/os funcionarias/os públicas/os y a las/os defensoras/es de la igualdad de género a adquirir las habilidades para diseñarlas e implementarlas. Creando puentes entre encargadas/os de formular políticas y economistas feministas y progresistas, fomentamos el intercambio de conocimiento y nuevas ideas.

En Albania, los subsidios familiares del Estado al principio iban destinados mayoritariamente a los hombres porque se les consideraba automáticamente la cabeza de familia. ONU Mujeres contribuyó a que el gobierno revisara su Ley sobre ayuda económica y servicios sociales a fin de reconocer a las mujeres vulnerables desde el punto de vista económico. Entre los nuevos grupos que pueden optar a subvenciones se incluyen las mujeres víctimas de trata, las sobrevivientes de violencia doméstica y las mujeres que presentan una demanda de divorcio.

ONU Mujeres se unió a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en Côte d’Ivoire para promocionar que se resaltaran las prioridades de las mujeres en el Plan Nacional de Inversión en Agricultura. Actualmente, entre las iniciativas para implementar el plan se incluye una de la región de Indénié-Djuablin, donde las mujeres constituyen la mitad de los miembros del comité administrativo del programa y cuentan con una asignación especial de la tierra que se incluye en este.

En Rwanda, ONU Mujeres apoyó a grupos de la sociedad civil en el análisis desde una perspectiva de género sobre el gasto en agricultura, un sector del que dependen muchas mujeres. Los datos recopilados sirvieron para documentar los actos de promoción que, de 2009 a 2011, fomentaron un aumento del 26,3 por ciento del presupuesto de Rwanda para la agricultura. ONU Mujeres sigue trabajando con estos grupos para supervisar el gasto de los nuevos fondos relacionado con el género.

En Bolivia, ONU Mujeres respaldó una alianza de 12 organizaciones de mujeres que tenía como objetivo integrar disposiciones relacionadas con los derechos de las mujeres en diversas leyes y normativas. Como resultado de esta actividad de promoción, el presupuesto nacional reconoce actualmente de manera oficial el trabajo no remunerado que realizan las mujeres como cuidadoras, lo que abre la puerta a la formulación de políticas específicas y la asignación de recursos que ayuden a las mujeres a equilibrar los distintos papeles que desempeñan.

En el plano internacional, prestamos apoyo a la iniciativa del Mínimo de protección social de las Naciones Unidas, que defiende el acceso universal a servicios básicos y transferencias sociales de efectivo o bienes para asegurar los ingresos y la seguridad alimentaria. En 2011, el Banco Mundial acordó financiar redes de seguridad social más sólidas en Granada mediante un sistema de transferencias de efectivo para los hogares pobres, incluidos aquellos encabezados por mujeres. El acuerdo firmado para este programa, con fondos proporcionados mediante un préstamo sin interés, se basó directamente en una investigación llevada a cabo por ONU Mujeres en asociación con el UNICEF y el Banco Mundial.

A través de la iniciativa EDGE, ONU Mujeres forma parte del nuevo esfuerzo compartido para generar indicadores comparables a escala mundial sobre salud, educación, empleo, espíritu empresarial y activos desglosados por género. Los datos obtenidos facilitarán información fundamental a la hora de determinar el alcance de la desigualdad de género y servirán de base para informar un apoyo más eficiente y específico a favor del empoderamiento de las mujeres.

En el contexto de la Iniciativa de gestión sobre el género y las políticas económicas, nos asociamos con el PNUD para impartir cursos breves sobre género y economía a las y los encargados de formular políticas y respaldamos la instauración de una maestría sobre economía sensible al género.

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