La violencia contra las mujeres

La violencia contra mujeres y niñas es causa y consecuencia de la infección por VIH. Constituye uno de los principales factores responsables del creciente número de mujeres y niñas que viven con VIH y SIDA. Las jóvenes están particularmente expuestas a este riesgo debido a la violencia sexual, la trata con fines de explotación sexual, el matrimonio infantil y otras prácticas nocivas. El sexo con coerción incrementa el riesgo de contraer el virus como resultado directo del trauma físico, las lesiones y las hemorragias.

La posición de subordinación que mantienen muchas mujeres y niñas en sus familias, comunidades y sociedades limita sus posibilidades de acceder a información sobre la salud sexual y reproductiva y de utilizar los servicios de atención médica. El miedo a la violencia hace que muchas sean reacias a someterse a pruebas o tratamiento, e inhibe su capacidad para negociar unas prácticas sexuales más seguras.

Las mujeres seropositivas pueden ser marginadas, abandonadas por sus familias o parejas, expulsadas de sus hogares, golpeadas e incluso asesinadas. Se han enfrentado a la esterilización forzada y el aborto, la negación de tratamiento y la revelación de su estado serológico a sus parejas sin consentimiento. El estigma impide que muchas de ellas busquen la atención médica más básica cuando la violencia está relacionada con el VIH.

Nuestras soluciones

ONU Mujeres colabora con el sistema de las Naciones Unidas, los consejos nacionales de lucha contra el SIDA y los aliados de la sociedad civil para romper los vínculos que existen entre la violencia y el VIH/SIDA. Los planes nacionales de acción contra el SIDA representan un punto de entrada: hemos ayudado a Rwanda a incorporar el VIH y el SIDA en su Política y plan estratégico sobre la violencia de género, y a Kenya a armonizar su Marco nacional para abordar la violencia de género con la prevención del VIH. La labor de promoción que ONU Mujeres llevó a cabo en Mozambique contribuyó a impulsar la aprobación de una ley que introducía penas adicionales en los casos de abuso sexual en los que se produzca el contagio del VIH, y actualmente estamos presionando para que se creen servicios normalizados con el fin de acabar con la violencia contra las mujeres.

En Bangladesh, tres centros de capacitación de la Oficina de Fuerza de Trabajo, Empleo y Capacitación han incluido información patrocinada por ONU Mujeres sobre la violencia y la vulnerabilidad al VIH en sus programas de estudios sobre cuidado del hogar, haciendo hincapié en el empleo en el extranjero. Hasta el momento han participado en el curso cerca de 2.000 candidatas/os a convertirse en trabajadoras/es migrantes y sus cónyuges. En Tayikistán hemos ayudado a las organizaciones de la sociedad civil a crear redes de derivación hacia otros servicios, de manera que las mujeres que viven con el VIH y sufren violencia puedan recibir la combinación correcta de servicios médicos, psicosociales y de otro tipo.

La constante inversión en enfoques impulsados por la comunidad ha arrojado datos que demuestran lo que es más eficaz a la hora de abordar las conexiones entre la violencia contra las mujeres y el VIH/SIDA. Algunas iniciativas se financian a través del Fondo Fiduciario de la ONU para poner fin a la violencia contra las mujeres, gestionado por ONU Mujeres. En Liberia, por ejemplo, donde las violaciones fueron un arma habitual durante una guerra que se prolongó 15 años, se ha llevado a cabo un proyecto que ha movilizado a las líderes locales, a las autoridades tradicionales y a las/os profesionales que trabajan en el ámbito del cumplimiento de la ley y la atención de la salud a fin de crear centros de acogida y grupos de apoyo psicosocial para comprender y reaccionar ante el ciclo de VIH y violencia. Las/os funcionarias/os judiciales locales han señalado que se ha producido un incremento del número de denuncias de casos de violación, incluso con pruebas suficientes para condenar a los agresores. El Fondo Fiduciario de la ONU se ha asociado con Johnson and Johnson y líderes comunitarias/os, proveedoras/es de servicios y grupos de mujeres y hombres en una iniciativa multinacional para elaborar estrategias que aborden la violencia contra las mujeres y el VIH/SIDA. Estos grupos se han reunido en una serie de talleres mundiales para compartir conocimientos y formar equipos nacionales que apliquen la información y las habilidades recién adquiridas. En Swazilandia, por ejemplo, ONU Mujeres ha financiado el equipo en el país para poner en práctica un plan de acción diseñado en un taller, incluida la formación de una red nacional, MenEngage. Como parte de la formulación de un nuevo Marco Estratégico Nacional sobre el VIH y el SIDA, el equipo está abogando por una mayor cooperación con los hombres en la prevención del VIH y la violencia de género. Asimismo, insta a prestar mayor atención a las normas de género desiguales y la adopción de un pilar central en el plan que trate específicamente la violencia de género.