CSW56 – Hechos y cifras acerca de las mujeres rurales

Pobreza y hambre

  • La desigualdad de género es una de las causas y efectos principales del hambre y de la pobreza: se estima que el 60 por ciento de las personas que padecen de hambre crónica son mujeres y niñas. (Fuente: Política y Estrategia de Género del PMA.)
  • De media las mujeres representan el 43 por ciento de la mano de obra agrícola en los países en desarrollo. Los hechos indican que si esas mujeres tuviesen el mismo acceso a los recursos productivos que los hombres, aumentarían la producción de sus campos en un 20 a un 30 por ciento, incrementando la producción agrícola total en esos países en un 2,5 a un 4 por ciento. Esto reduciría la cantidad de personas con hambre de un 12 a un 17 por ciento.
  • Casi el 70 por ciento de las personas empleadas en Asia meridional trabajan en la agricultura, como lo hacen el 60 por ciento de las mujeres empleadas en África subsahariana. Esto destaca la importancia de establecer políticas y programas que atiendan sus necesidades, intereses y limitaciones.
  • Menos del 20 por ciento de propietarios de las tierras del mundo son mujeres. Las mujeres representan menos del 5 por ciento de todos los propietarios de tierras agrícolas en el norte de África y en Asia occidental, mientras que en África subsahariana representan de media el 15 por ciento.
  • Las mujeres de África subsahariana invierten, en conjunto, unos 40.000 millones de horas anuales proveyendo de agua a ellas y a sus familias. Las mujeres en Guinea dedican semanalmente 5,7 horas a buscar agua, comparado con las 2,3 horas que dedican los hombres; en Sierra Leona la media es de 7,3 horas para las mujeres y 4,5 para los hombres; y en Malawi esa cifra es de 9,1 para ellas y de 1,1 para ellos. Esto tiene un impacto significativo sobre las oportunidades de empleo de las mujeres.
  • Los estudios indican que cuando las mujeres tienen mayores ingresos, la nutrición, salud y educación de los niños es mejor. En América del Sur y Central, los niños rurales tienen 1,8 más probabilidades de tener poco peso que los niños de las ciudades, y en otras regiones las cifras no son mucho mejores.

Educación

  • Las mujeres representan los dos tercios de las 796 millones de personas analfabetas del mundo.
  • Según estadísticas mundiales, sólo el 39 por ciento de las niñas rurales asisten a la escuela secundaria, lo que es muy inferior a la cantidad de niños rurales (45 por ciento), de niñas urbanas (59 por ciento) y de niños urbanos (60 por ciento).
  • Cada año adicional de escuela primaria hace aumentar los eventuales salarios de las niñas en un 10 a un 20 por ciento. También las lleva a casarse más tarde y a tener menos hijos, y las hace menos vulnerables a la violencia.
  • Si bien se han hecho progresos en la reducción de la brecha de género en la asistencia urbana a la escuela primaria, las cifras de 42 países indican que las niñas rurales tienen dos veces más probabilidades que las niñas urbanas de no asistir a la escuela.
  • En Pakistán medio kilómetro más de distancia de la escuela disminuirá la asistencia de las niñas en un 20 por ciento. En Egipto, Indonesia y en varios países de África, la construcción de escuelas en las comunidades rurales hizo aumentar la asistencia de las niñas.
  • En Camboya, 48 por ciento de las mujeres rurales son analfabetas en comparación al 14 por ciento de los hombres rurales.
  • Los déficits en materia de educación de las mujeres rurales tienen implicaciones a largo plazo para el bienestar de las familias y la reducción de la pobreza. Se han logrado importantes mejoras en los índices de mortalidad de los niños menores de 5 años desde 1990, pero las cifras para el medio rural son generalmente mucho más altas que para el medio urbano.
  • Las cifras de 68 países indican que la educación de la mujer es un factor esencial para determinar la supervivencia de su hijo.
  • Los hijos de madres sin educación en la región de América Latina y el Caribe tienen 3,1 más probabilidades de morir que los de madres con educación secundaria o superior, y 1,6 más probabilidades de morir que los hijos de madres con educación primaria.

Empleo

  • En la mayoría de los países, las mujeres rurales que trabajan por un salario tienen más probabilidades de tener empleos temporales, a tiempo parcial y mal pagados que los hombres. Las mujeres reciben igualmente salarios inferiores por el mismo tipo de trabajo. (Fuente: FAO, 2011. “Estado mundial de la agricultura y la alimentación: Las mujeres en la agricultura, cerrar la brecha de género en aras del desarrollo.)
  • Los sueldos medios de los hombres son más elevados que los de las mujeres tanto en áreas rurales como urbanas. Las mujeres rurales por lo general trabajan más horas que los hombres debido a responsabilidades de reproducción, domésticas y de cuidados familiares adicionales.
  • En Benín y Tanzania, las mujeres trabajan 17,4 y 14 horas más por semana, respectivamente, que los hombres.

Toma de decisiones

  • Todavía hay una importante brecha de género en el acceso de las mujeres a la toma de decisiones y al liderazgo.
  • En la mayoría de los consejos rurales, hay menos representantes mujeres electas que hombres. En Asia, esta cifra va del 1,6 por ciento en Sri Lanka al 31 por ciento en Pakistán.
  • La participación de las mujeres como presidentas o jefas de los consejos rurales es muy inferior a la de los hombres, siendo del 0,2 por ciento en Bangladesh y del 7 por ciento en Camboya.
  • Las mujeres que tienen educación tienen más probabilidades de tener mayor poder en la toma de decisiones de sus familias.

Salud materna

  • Entre 1990 y 2008, la proporción de mujeres rurales que recibieron cuidados prenatales por lo menos una vez durante su embarazo pasó del 55 al 66 por ciento.
  • Sin embargo, sólo un tercio de las mujeres rurales reciben cuidados prenatales, en comparación al 50 por ciento en las áreas en desarrollo en general. (Fuente: Naciones Unidas, Informe de los Objetivos de Desarrollo del Milenio 2010 y 2011, disponible en www.un.org/millenniumgoals/reports.shtml.)

Violencia contra las mujeres

  • Más mujeres rurales son víctimas de violencia doméstica y, sin embargo, son pocas las que acuden a los servicios disponibles, según un estudio llevado a cabo en varios países por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Perú, menos del 5 por ciento de la cantidad total de supervivientes de violencia doméstica en medio rural (60 por ciento) buscaron ayuda, comparado a aproximadamente el 16 por ciento de las mujeres urbanas (de un 49 por ciento).

VIH y SIDA, malaria y otras enfermedades

  • Las mujeres rurales entienden menos cómo se propaga el VIH que las mujeres urbanas. Los datos de la OMS de 25 países muestran que el margen de comprensión entre las dos se encuentra entre el 20 y el 50 por ciento. Bolivia, Egipto, Indonesia e India están entre los países donde la brecha en este sentido es más importante.
  • El VIH multiplica la inseguridad sobre la propiedad, especialmente para las viudas cuyos maridos murieron por complicaciones debidas al SIDA pero que no tienen derecho a heredar o a ser propietarias de la tierra.
  • La carga de los cuidados a los enfermos la llevan también las mujeres. Las mujeres y las niñas representan entre el 66 y el 90 de todos los cuidadores a enfermos de SIDA; las condiciones son más difíciles para las mujeres y las niñas en las áreas rurales, y esto puede hacer aumentar su propia vulnerabilidad a la infección.

Sostenibilidad medioambiental

  • Todavía hay mucho menos acceso a fuentes de agua limpia o mejorada en áreas rurales que en áreas urbanas. En 2008 se estima que 743 millones de personas que vivían en áreas rurales dependían de fuentes de agua no potable, frente a 141 millones en las áreas urbanas.
  • Las personas de los países menos adelantados dependen de las fogatas y de las cocinas tradicionales (por ejemplo a base de madera, desechos de las cosechas y carbón) para ganarse la vida y alimentar a sus familias. Son generalmente las mujeres las que caminan grandes distancias diariamente en búsqueda de combustible (y de agua). (Fuente: ONUDI, 2011. Contribución a la Conferencia LDC IV sobre el Acceso a la Energía.)
  • La degradación del medio ambiente tiene un impacto sobre los recursos naturales y puede afectar a las mujeres rurales de manera diferente que a los hombres. Por ejemplo, dado que las mujeres rurales tienen por lo general menos opciones de ocupación y menos movilidad que los hombres, muchas dependen de los recursos naturales extraídos de los bosques.
  • Los desastres naturales, el cambio climático y los conflictos pueden socavar la salud, la educación y los medios de vida de las mujeres rurales de modo diferente a los hombres. Por ejemplo, aunque las mujeres por lo general están a cargo de pequeñas parcelas agrícolas en cada familia para garantizar sus ingresos y sustento en los países en desarrollo, los títulos de propiedad de la tierra por lo general los tienen los hombres. Esto significa que después de un desastre, muchas mujeres no pueden reclamar de manera independiente los fondos para la reconstrucción ofrecidos por el Estado. Las mujeres tienen también más riesgo en las inundaciones en países donde se enseña a nadar a los varones a edad temprana, pero no a las niñas.
  • Los hechos obtenidos en 25 países desarrollados y en desarrollo indican que los países que tienen una representación parlamentaria más alta de mujeres tienen más probabilidades de atribuir tierras protegidas.

Nota: Los hechos y cifras fueron tomados del nuevo informe entre organismos - “Mujeres rurales y los Objetivos de Desarrollo del Milenio - producido por el Equipo de tareas entre organismos de la ONU sobre la Mujer Rural, a menos que se mencionen otras fuentes.