Erradicando la violencia contra las mujeres y las niñas
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La Directora Ejecutiva de ONU Mujeres pronunció un discurso sobre La violencia contra las mujeres y las niñas “en el Instituto Danés para Estudios Internacionales, Strandgage en Copenhague, Dinamarca el 12 de octubre de 2011.
[Cotejar con el texto pronunciado]
Estoy muy contenta de estar aquí en Copenhague y quiero felicitarlos por haber elegido a la primera mujer Primera Ministra de Dinamarca, la Sra. Helle Thorning-Schmidt. En calidad de primera mujer Presidenta de Chile, sé qué significa abrir el camino, y también lo estoy experimentando nuevamente como primera Directora Ejecutiva de la nueva entidad de las Naciones Unidas - ONU Mujeres.
Desde que se estableció ONU Mujeres hace 10 meses en enero, he viajado a más de 20 países de todas las regiones del mundo, defendiendo el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género; me he sentido inspirada por las personas que encontré y por todas las cosas importantes que están sucediendo.
En Liberia, me encontré con mujeres que durante mucho tiempo lucharon por obtener un lugar en la mesa de negociaciones para traer la paz a su país después de décadas de guerra y brutalidad. Ahora están consolidando la paz y la democracia en su país bajo la dirección de la primera mujer Presidenta de África, Ellen Johnson-Sirleaf.
En todos los países que he visitado, las mujeres están avanzando, a veces con pequeños pasos y a veces con grandes pasos, con el fin de construir nuevos futuros para sí y para sus naciones. A lo largo de la historia, son estos pasos los que nos han traído hasta donde nos encontramos hoy. Creo que el siglo XXI es el momento de la igualdad entre hombres y mujeres.
En 1911, las mujeres podían votar sólo en dos países en el mundo, hoy ese derecho es casi universal. En este tiempo, las mujeres han ampliado continuamente sus derechos políticos y, junto a la mayor influencia política de las mujeres, se ha dado un mayor reconocimiento de los derechos de las mujeres. Todas las mujeres tienen el derecho de vivir libres de violencia y discriminación, y es sobre eso que quiero hablar aquí hoy.
Llegó la hora de poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas. Es una pandemia mundial y una emergencia de salud pública y de derechos humanos. También ha llegado la hora de unir nuestras fuerzas para decir ¡basta! En la actualidad, la violencia contra las mujeres adquiere muchas formas; esta epidemia cuesta vidas, daña las psiquis, amenaza la salud física y el espíritu, viola los derechos humanos, tiene consecuencias brutales sobre las familias y las comunidades, reduce la productividad de las mujeres y cuesta miles de millones en pérdidas anuales a las naciones.
Las mujeres y las niñas de todo el mundo continúan siendo víctimas de violencia dentro y fuera de sus casas, a menudo a manos de sus compañeros íntimos o de personas en las que piensan que pueden confiar. La violencia contra las mujeres y las niñas está por encima de los límites de la edad, la cultura, la riqueza y las fronteras. Ocurre en tiempos de paz y durante los conflictos y las crisis por igual.
Las cifras sobre la violencia contra las mujeres y las niñas no son tan buenas como deberían serlo, pero según un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud, la prevalencia de la violencia física y/o sexual a manos de un compañero va del 15 por ciento en las zonas urbanas de Japón al 71 por ciento en las zonas rurales de Etiopía, ubicándose la mayoría de las regiones entre un 30 y un 60 por ciento. Aquí, en Dinamarca, un estudio de 2003 indicó que el 22 por ciento de las mujeres dijeron haber sido víctimas de violencia física o sexual a manos de un compañero íntimo en el transcurso de sus vidas.
La violencia de género es una de las violaciones más generalizadas de los derechos humanos en el mundo actualmente y, sin embargo, es uno de los crímenes menos procesados. Sigue adoleciendo de impunidad, lo que le permite perpetuarse. Sin embargo, soy optimista porque está cambiando la marea y puede cambiar aún más rápido si las personas se unen y toman una posición común. Es el momento de adoptar una tolerancia cero en materia de violencia contra las niñas y las mujeres, y hay muchos progresos que podemos tomar como base.
Hace sólo unas décadas, las violaciones y la violencia sexual en los conflictos se consideraban una parte inevitable de la guerra. Hoy, las violaciones en la guerra se consideran lo que son, una violación de los derechos humanos y un crimen que tiene que ser juzgado. La violencia de género, incluyendo la violación, la esclavitud sexual, los embarazos forzados y otras atrocidades están clasificados como crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en el Estatuto de la Corte Penal Internacional de Roma. Además, las cortes y los tribunales han juzgado a los culpables por cometer esos crímenes atroces.
En las últimas cuatro décadas, hemos sido testigos de grandes adelantos en materia de reformas jurídicas para proteger los derechos de las mujeres. En la actualidad, 125 países consideran ilegal la violencia de género, y 117 países consideran ilegal el acoso sexual. Además, 186 naciones han ratificado la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, lo que indica su compromiso con el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres y de las niñas y la eliminación de las barreras para alcanzar la igualdad de género y la justicia.
En mayo de este año celebramos la apertura formal para la firma del Convenio del Consejo de Europa sobre la prevención y la lucha contra la violencia hacia las mujeres y la violencia doméstica. Éste es un importante paso adelante. Sé de primera mano, que en mi región, la Convención “hermana de Belém do Pará de 1994, marcó el camino, probando su valor e impacto para mejorar la vida de las mujeres y de sus comunidades en toda América Latina. Estoy segura que el nuevo Convenio será importante para la vida de las mujeres en Europa. Por esta razón, insto a los firmantes del Convenio a pasar a una pronta ratificación, para que la vigencia del tratado quede asegurada.
Erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas, y la impunidad que le permite persistir, son prioridades máximas para ONU Mujeres. Nuestras otras prioridades, que refuerzan los progresos en esta área, son aumentar la participación y el liderazgo de las mujeres, hacer participar a las mujeres plenamente en el establecimiento y la consolidación de la paz y en la reconstrucción, priorizar la igualdad de género en los planes y presupuestos nacionales, y hacer avanzar la autonomía económica de las mujeres. Si trabajamos simultáneamente en todos estos frentes, conseguiremos un mayor progreso.
En los próximos años daremos un impulso considerable al acceso universal a los servicios para todas las mujeres y niñas víctimas de violencia de género. Ésta es una emergencia mundial y, sin embargo, muchas mujeres en el mundo, víctimas de violencia y en situaciones que atentan contra su vida, ni siquiera tienen acceso a los servicios más básicos de emergencia y de apoyo inmediato. Estos servicios cubren no sólo la protección y los tratamientos de salud, sino también la justicia - desde los oficiales de policía hasta la asistencia jurídica y el sistema judicial - algo que dista de ser posible en muchos países del mundo, como lo indica la publicación insignia de ONU Mujeres, presentada recientemente, El progreso de las mujeres en el mundo: en busca de la justicia.
Estamos igualmente aumentando nuestros esfuerzos para prevenir la violencia de género, impidiendo que se dé, asegurándonos que los esfuerzos de prevención comiencen temprano, educando a las niñas y los niños dentro de los valores de la no violencia y de la confianza y el respeto mutuo. Nos estamos dirigiendo a los hombres, a los niños y a los jóvenes para lograr mayores progresos. ONU Mujeres tiene un papel activo en apoyo a la campaña del Secretario General de la ONU Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres, que llega a todos los rincones para movilizar a los líderes y a las comunidades a que pasen a la acción. Además, nuestra iniciativa Di NO a la violencia contra la mujer presenta los objetivos de la campaña Únete a través de la movilización social.
Hace sólo unas semanas, el Fondo Fiduciario de la ONU para poner fin a la violencia contra las mujeres anunció subsidios por la suma de 17,1 millones de dólares para 22 iniciativas en 34 países, incluyendo, por primera vez, a Iraq y Sudán del Sur. Estos subsidios apoyan el trabajo en el ámbito de las comunidades y cubren una serie de intervenciones estratégicas como por ejemplo, el acceso de las supervivientes de la violencia a los servicios médicos y jurídicos en Iraq, el apoyo a las mujeres seropositivas estableciendo una conexión con los líderes tradicionales en Malawi para contrarrestar la estigmatización y el abuso generalizados, la reducción de la violencia en los lugares de trabajo en las fábricas de vestimentas para la exportación en Bangladesh e India, y la aceleración de los canales de servicios de justicia y salud para las supervivientes en Uruguay.
Con el paso de los años, el Fondo Fiduciario de la ONU se ha establecido como la principal fuente de apoyo en proyectos innovadores y catalizadores, combatiendo la violencia donde más importa: en los ámbitos local y comunitario. Si no fuese por los esfuerzos infatigables de los beneficiarios, decenas de miles de mujeres y niñas no verían justicia para los abusos de que son víctimas, ni sabrían que no tienen por qué vivir con miedo.
Hoy les invito a que nos ayuden a llegar a nuestra meta junto con la campaña del Secretario General de la ONU Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres de recaudar 100 millones de dólares americanos para los subsidios anuales del Fondo Fiduciario de la ONU hasta 2015.
Permítaseme concluir diciendo lo siguiente: creo que, juntos, podemos poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, y podemos hacer del siglo XXI, el siglo de la igualdad. Si liberamos la energía, el talento y el potencial de la mitad de la población del mundo, no sólo mejoraremos las vidas de las mujeres y de las niñas, sino que crearemos un mundo mejor para todos nosotros.
Muchas gracias.