Discurso de Michelle Bachelet Directora Ejecutiva de ONU Mujeres Evento de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible en un Mundo Desigual
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Buenas tardes. Es un placer estar aquí.
El sentimiento de urgencia es real. Hemos llegado a un punto al que deseaba no tener que llegar a ver nunca: enfrentamos una amenaza real y peligrosa a los sistemas naturales de la Tierra, de los que dependemos los humanos y nuestras civilizaciones.
No podemos continuar por este camino de crecientes desigualdades, economías inestables y degradación medioambiental. Vemos que el mercado libre no es libre, que en realidad tiene un costo que las personas pagan a diario, un costo por el que habría que rendir cuentas y remediar por medio de las políticas públicas.
Pagamos un alto precio por el desempleo cuando las mujeres y los hombres jóvenes que acaban de terminar la universidad no pueden encontrar un empleo. Pagamos un alto precio por el agua contaminada que los niños y sus familias no pueden beber. Y todos pagamos un alto precio por la continua exclusión social, la explotación sexual y la violencia contra millones de mujeres y de niñas.
Hoy tengo sólo un mensaje: un mundo en equilibrio requiere igualdad de género.
Ésa es la razón por la que ONU Mujeres y el Gobierno de Brasil organizaron un Foro de Mujeres Líderes, que comenzó ayer, y la Cumbre de Mujeres Líderes con las Jefas de Estado y de Gobierno del día de mañana. Las voces de las mujeres tienen que ser oídas. Tenemos que ir hacia un nuevo modelo de inclusión, de igualdad social y de protección del medio ambiente.
No me malinterpreten: no digo que las mujeres puedan resolver todo. Digo que las mujeres y los hombres y los jóvenes tienen que tomar las decisiones juntos. Nuestro mundo está en desequilibrio y ya no podemos permitir que la toma de decisiones sea monopolio de los hombres.
Hemos llegado a un punto donde ya no nos podemos permitir seguir relegando a las mujeres. Necesitamos que más mujeres trabajen junto a los hombres en los parlamentos, en los altos cargos públicos, en las negociaciones de paz y en las oficinas y juntas ejecutivas de las empresas privadas del mundo.
El desarrollo sostenible requiere igualdad de derechos, oportunidades equitativas y la misma participación en la sociedad, en la política y en la economía. Cuando las mujeres aportan sus opiniones, sus perspectivas y su sabiduría específicas a la toma de decisiones, ayudan a resolver los problemas del mundo. Los estudios indican que la diversidad lleva a decisiones que son más lógicas, prácticas y sensibles. Cuando una mujer toma decisiones, se transforma a sí misma. Cuando muchas mujeres toman decisiones, transforman las políticas, los planes y las prioridades.
Todos hemos tomado conciencia que las fuerzas del mercado y las políticas económicas que no toman en cuenta los asuntos de género no pueden ofrecer un desarrollo sostenible, justicia social ni igualdad.
El resurgimiento y el fortalecimiento de los movimientos sociales marcan un creciente despertar de la conciencia. Se trata de movimientos y levantamientos que ponen en tela de juicio los modelos actuales de crecimiento y de desarrollo que alimentan la desigualdad, rompen los contratos sociales y socavan los derechos humanos de las personas a los alimentos, a la educación, a la salud, a los empleos decentes, a la igualdad, al agua potable y al saneamiento.
El reto que se nos presenta a todos es el de dar una nueva orientación a las instituciones con el fin de proteger el bienestar de las generaciones actuales y futuras y de proteger los sistemas ecológicos. El informe del Grupo de Alto Nivel sobre Sostenibilidad Mundial del Secretario General de las Naciones Unidas aporta una nueva perspectiva a este debate: reconoce que no se trata sólo de los mercados sino de las mujeres y de los hombres que son sus motores y son afectados por ellos. No se trata sólo de las empresas, sino de las mujeres y de los hombres que trabajan en ellas. No se trata sólo del crecimiento económico, sino de cómo se genera el crecimiento, a dónde va y qué efecto tiene sobre las mujeres, los hombres y las familias, y sobre el medio ambiente.
La igualdad de género trae dividendos en materia de desarrollo en todas las dimensiones de la sostenibilidad: social, económica y medioambiental. Una cantidad creciente de informes muestra que la igualdad de género mejora el desempeño de las economías. El Informe sobre Desarrollo Humano 2012 indica que los incrementos en productividad, las mejores perspectivas de crecimiento y los mejores resultados para la próxima generación están ligados a un mayor acceso de las mujeres al empleo y a los bienes productivos como las finanzas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura indica que si se proporciona a las mujeres el mismo acceso que a los hombres a las semillas, a los fertilizantes y a las herramientas, se podrían incrementar los rendimientos agrícolas nacionales hasta en un 4 por ciento y reducir la cantidad de personas con hambre entre 100 a 150 millones de personas.
Los estudios muestran que los países que tienen un alto desarrollo humano tienen el índice de igualdad entre los géneros más alto con base en tres parámetros: salud reproductiva, empoderamiento medido por la cantidad de escaños en los parlamentos y la participación en la educación secundaria y en el mercado laboral.
Amigos:
Las soluciones son obvias y claras: tenemos que poner los derechos humanos, la dignidad y la igualdad de género en el centro del debate y de las acciones de desarrollo sostenible. Tenemos que hacer avanzar la igualdad de modo que las mujeres y las niñas puedan alcanzar su potencial. El empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género son fundamentales para las sociedades y las economías saludables y para el desarrollo sostenible.
Las mujeres están al frente, especialmente en las áreas rurales, y su plena participación es absolutamente esencial para atender los temas primordiales de la sostenibilidad de los alimentos, del agua y de la energía.
En todos los países que he visitado, he conocido mujeres resistentes y dinámicas que usan su ingenio, sus capacidades empresariales y sus conocimientos para crear riqueza, reducir la pobreza y transformar a sus familias, a sus comunidades y a sus sociedades con muy pocos recursos. Son los motores detrás de los pilares de la sostenibilidad, ya sea del desarrollo social, económico o medioambiental.
Estamos en Río para remediar la “crisis de igualdad de género dentro del marco de la agenda de sostenibilidad. Las mujeres deben tener un acceso pleno y equitativo a los recursos productivos, igualdad de derechos y oportunidades en los procesos de toma de decisiones políticas, y acceso universal a una planificación familiar de calidad y asequible, así como a otros derechos sexuales y reproductivos, y a servicios de salud.
Es hora de hacer avanzar la protección social, de aliviar la carga de trabajo no remunerado y de otorgar puestos a las mujeres en el crecimiento verde y en los empleos verdes.
El futuro que quieren las mujeres es un mundo que sea saludable, sin hambre, sin miedo, sin violencia ni pobreza. Un mundo que dé prioridad a la equidad, a los derechos humanos y a la igualdad de género.
Un mundo donde las mujeres y los hombres, las niñas y los niños, tengan los mismos derechos y oportunidades y el mismo acceso a los recursos, a la educación, a los servicios de salud, al empleo, al liderazgo y a la toma de decisiones. Un mundo donde las mujeres constituyan una fuerza dinámica para conseguir los beneficios del desarrollo sostenible para las generaciones presentes y futuras.
Todos nosotros en ONU Mujeres esperamos ansiosos trabajar con ustedes de modo que el futuro que quieren las mujeres sea el futuro que todos podamos compartir.
Muchas gracias.