En Brasil, las niñas fomentan la autoestima y la autonomía a través del deporte
¿Qué significa ser una ganadora? Para Adrielle Alexandre, de 12 años de edad, que portará la antorcha olímpica, ser una ganadora no se trata únicamente de convertirse en una gimnasta rítmica olímpica, sino de conseguir que su comunidad sea un sitio sin violencia, donde prime el respeto. Adrielle es una de las 400 niñas que participan en un programa de Brasil que empodera a las niñas a través del deporte y la creación de espacios seguros.Fecha:
“Del deporte he aprendido que tenemos que hacer esfuerzos para alcanzar el éxito. No se va a ninguna parte si te quedas en el mismo sitio sin hacer nada”, afirma Adrielle Alexandre, una joven atleta de 12 años de edad originaria de Río de Janeiro, Brasil.
Como mínimo cuatro veces a la semana después de la escuela, Adrielle acude a una villa olímpica —uno de los 22 espacios públicos con instalaciones deportivas gratuitas gestionadas por el municipio— para asistir a clases de ballet, gimnasia y pilates. Ella es una de las 400 niñas y muchachas de entre 10 y 14 años de edad que participan en el programa “One Win Leads to Another”, organizado conjuntamente por ONU Mujeres y el Comité Olímpico Internacional (COI), en colaboración con Women Win, Bola Pra Frente, Instituto Agenda y el Comité Olímpico Nacional de Brasil, y con el apoyo de la Fundación deportiva de la lotería postal de Suecia. Dos veces a la semana, después del entrenamiento, asiste a talleres temáticos facilitados por un equipo multidisciplinar de los ámbitos de la pedagogía, el trabajo social y la psicología, y aprende sobre el liderazgo y la autoestima, los derechos en materia de salud sexual y reproductiva, y sobre cómo poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas y planificar un futuro mejor desde el punto de vista económico. El programa se propone llegar a 2.500 niñas de aquí a principios de 2017 y está activo actualmente en 16 villas olímpicas de Río de Janeiro.
Cerca del 50 por ciento de todas las agresiones sexuales del mundo son sufridas por niñas que tienen 16 años de edad o menos. A medida que las niñas alcanzan la pubertad, sufren más marginación y sexualización. Su autoestima se hunde el doble que en el caso de los niños y la imagen de su cuerpo se ve sometida a estereotipos negativos. Durante la adolescencia, el 49 por ciento de las niñas abandonan el deporte, una proporción que es seis veces más alta que entre los niños.
El programa “One Win Leads to Another” utiliza el deporte como un importante medio para reducir las desigualdades de género y ofrecer a las niñas herramientas para desarrollar la autoestima y habilidades para la vida. Asimismo, el programa crea espacios seguros para las niñas, un primer paso fundamental para implicarlas de manera positiva. “El deporte ayuda a mejorar la autoestima de las niñas y sus competencias para trabajar en equipo, y además les enseña a tener objetivos en la vida. Estos aspectos, combinados con espacios seguros, las animan a tener aspiraciones y realizarse”, afirma Nadine Gasman, representante de ONU Mujeres en Brasil.
El carisma de Adrielle y su talento en la gimnasia rítmica atraen la atención de todo el mundo a dondequiera que va. Ha sido elegida para portar la antorcha olímpica durante el relevo de este año. Myriam Fernandes, la abuela de Adrielle, es una de sus mayores admiradoras. “Nos sacrificamos mucho para que siga adelante. Practicar deporte en Brasil como profesión no es una opción fácil, especialmente para las personas pobres. Todo lo que hace nos llena de satisfacción. Doy gracias por todas las oportunidades que está teniendo”, sonríe orgullosa.
Adrielle reconoce las dificultades y los sacrificios que ella y su familia han tenido que realizar para poder cumplir su sueño de convertirse en gimnasta rítmica olímpica. “Muchas veces he tenido que renunciar a juguetes para ahorrar dinero y poder comprar trajes de gimnasia, o para pagar por participar en festivales y competiciones. A veces no tengo las cosas que suelen tener otras niñas y niños de mi edad, para poder seguir practicando deporte. Pero nunca he estado triste por ello. Me divierto y amo el deporte”.
Para Elizabeth Jatobá, una de las facilitadoras del programa, “el aspecto más importante del proyecto es ofrecer a estas niñas un espacio seguro donde se las pueda escuchar. Allí pueden expresarse, las ayudamos a comunicar lo que piensan, lo que viven y lo que quieren”.
Una lección que Adrielle ha aprendido del programa, y que dice llevar en lo más hondo de su corazón, es lo que significa ser una ganadora, en el deporte y en la vida. “Ser una ganadora es hacer que mis sueños se hagan realidad, ayudar a los demás y cambiar mi comunidad para que sea un lugar sin violencia, donde prime el respeto”, afirma.