En palabras de Sunita Kashyap: “Creemos en el comercio, no en recibir ayudas”

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Sunita Kashyap. Foto: ONU Mujeres/Deepak Malik

Sunita Kashyap es la secretaria y fundadora de Mahila Umang Producers Company (Umang), una organización dirigida por mujeres rurales en los distritos de Almora y Ranikhet, en el estado de Uttarakhand (India). Umang pertenece a agricultoras y productoras locales. Vende prendas de punto y mermeladas y gelatinas orgánicas. Además de comercializar sus productos, Umang ayuda a sus integrantes con microcréditos, que se utilizan para la educación de la familia, la mejora de las condiciones del ganado, u otras necesidades del hogar. Hace poco Kashyap participó en la consulta nacional celebrada en Nueva Delhi, India, organizada por ONU Mujeres, la Comisión Nacional de Mujeres (Gobierno de la India) y MAKAAM (Foro por los Derechos de las Mujeres Agricultoras). La consulta fue la culminación de un proceso de un año de duración de participación de base, que derivó en una hoja de ruta para la acción, presentada ante el ministro nacional de Agricultura y Bienestar de los Agricultores y representantes de alto nivel del gobierno. Esta hoja de ruta hacía hincapié en la necesidad de adoptar medidas transformadoras para respaldar los medios de vida de las mujeres rurales de las comunidades más marginadas. Aquí es donde Kashyap reiteró su confianza en el comercio, y exigió una reducción de impuestos para las cooperativas de mujeres a fin de que éstas participen efectivamente en cadenas de valor y para asegurar los ingresos.

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Todo se lo debo a Umang, sin ella (yo sola) no soy nada. Eso es lo que representa Umang para cada una de las mujeres. Nos unimos y juntas mejoramos nuestras vidas.

Hace 20 años, durante la fundación de Umang, estudiaba secundaria y era ama de casa. Aunque participaba activamente en la agricultura con mi marido, no se me consideraba una “agricultora”; mi contribución no se consideraba la misma. Pero las cosas cambiaron cuando Umang entró en mi vida. Paso a paso, me gradué y luego conseguí un máster. Además de tejer y dedicarme a la agricultura, algo que ya sabía hacer, aprendí a gestionar las cuentas de Umang, realizar cálculos complejos y supervisar las relaciones con la clientela.

Cuando empecé a trabajar para Umang, me prometí a mí misma llevar a cabo mis obligaciones domésticas con la misma diligencia que antes. Compré 30 vasos para mi suegra, para que no tuviera que lavar los platos mientras yo estaba fuera durante el día, puesto que yo era la encargada de lavar los platos en casa. Estos son los principios de fomento positivo de la familia que respalda Umang. Cuando nuestras colegas tienen problemas familiares, intentamos asesorarlas, a ellas y a sus familias, y ayudarlas a conseguir un mejor equilibrio entre su vida profesional y personal.

Creemos que las mujeres rurales deben tener una vida sostenible y asegurar sus ingresos continuados. Antes, las mujeres trabajaban la tierra y las cosechas se vendían a través de intermediarios. Las mujeres tenían que recorrer una distancia considerable por las montañas sólo para llegar a estos intermediarios. Umang nos ofrece oportunidades para convertirnos en emprendedoras. Hemos creado grupos de autoayuda en todas las aldeas, y las mujeres agricultoras trabajan en el ámbito de estos grupos. El hecho de que las mujeres produzcan y vendan sus artículos, controlen los grupos de autoayuda y lleven los libros y la contabilidad hace que sea un modelo sostenible.

Umang empezó con sólo tres miembros en 2001, y ahora hay más de 3.000 mujeres que participan en la agricultura sostenible, produciendo y vendiendo su propia mercancía. El resto de mujeres y yo misma nos hemos convertido en emprendedoras, banqueras y auditoras. Todas somos accionistas de la empresa, y utilizamos el dinero que ganamos para ofrecer microcréditos, al igual que haría un banco. ¡Este año hemos conseguido facturar cerca de 4 crores de INR (más de 600.000 USD)!

Sin embargo, con las recientes modificaciones del sistema fiscal de la India, estamos sufriendo enormes pérdidas. Tenemos que pagar impuestos antes de que se haya vendido el producto, independientemente de su valor de venta. Estoy aquí hoy en esta conferencia para explicar los problemas a los que nos enfrentamos. Somos una organización sostenible y sólida, pero seguimos siendo un grupo de autoayuda de mujeres rurales.

Para nosotras, la sostenibilidad es una solución a largo plazo a los problemas de las mujeres agricultoras. En Umang, creemos en el comercio, no en recibir ayudas”.