Los casos comerciales y de desarrollo que apuntalan la participación de las mujeres en las cadenas mundiales de valores

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La Directora Ejecutiva de ONU Mujeres Michelle Bachelet pronunció unas palabras de presentación en el evento del Foro Mundial de Alianzas Comerciales bajo el título de “Los casos comerciales y de desarrollo que apuntalan la participación de las mujeres en las cadenas mundiales de valores", evento organizado por ONU Mujeres, la Asociación Turca de Industria y Negocios (TÜSAD), el Centro de Comercio Internacional (ITC) y el Pacto Mundial de la ONU, dentro del marco de la Cuarta Conferencia de la ONU sobre los Países Menos Desarrollados, en Estambul, el 10 de mayo de 2011.

[Verificar con la alocución.]

Excelencias, distinguidos invitados, señoras y señores:

Buenos días. Estoy encantada que hayan podido unirse a nosotros hoy para discutir sobre el empoderamiento de las mujeres. Si los países aspiran a lograr un crecimiento sostenible y un progreso social, aumentar la autonomía económica de todas las mujeres es fundamental.

El impacto de la crisis económica mundial, especialmente sobre las familias pobres, y el aumento de los precios de la energía y de los alimentos, ejerce presión sobre la capacidad de muchos países, pero especialmente de los países menos desarrollados, de mantener el crecimiento y el desarrollo sostenible.

El Banco Mundial estima que el aumento en el precio de los alimentos ha llevado a la pobreza a 44 millones de personas de todo el mundo desde junio de 2010. En Asia, el Banco Asiático de Desarrollo calcula que un aumento del 10 por ciento en los precios domésticos de los alimentos podrían conducir a 64 millones de personas a la pobreza para fines de año, si los precios se mantienen en los niveles actuales. Los países menos desarrollados se han visto particularmente afectados por su gran dependencia de la importación de alimentos. Más de 300 millones de africanos, en su mayoría habitantes de los países menos desarrollados, carecen de seguridad alimentaria.

Las implicaciones para los países que importan alimentos son graves: si no tienen suficientes alimentos a precios que puedan pagar, las familias pobres corren el riesgo de sufrir malnutrición. Por otra parte, una de las razones por las que los países menos desarrollados importan sus alimentos es por la baja productividad del sector agrícola. Si bien las mujeres constituyen alrededor de la mitad de la mano de obra agrícola, las mujeres tienen menos acceso que los hombres a los bienes productivos y los servicios financieros. La FAO ha estimado que si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos productivos que los hombres, se podría incrementar la producción de sus granjas en un 20 a un 30 por ciento.

La Sra. Michelle Bachelet, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, y la Sra. Güler Sabanci, Presidenta de Sabanci Holding, muestran la Declaración de los Directores Ejecutivos de apoyo a los Principios de Empoderamiento de las Mujeres que ambas firmaron, 10 de mayo de 2011.
La Sra. Michelle Bachelet, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, y la Sra. Güler Sabanci, Presidenta de Sabanci Holding, muestran la Declaración de los Directores Ejecutivos de apoyo a los Principios de Empoderamiento de las Mujeres que ambas firmaron, 10 de mayo de 2011. (Foto: Sabanci Holding.)

Entonces, ¿cómo se relaciona esto con la cadena mundial de valores? Fundamentalmente, la igualdad de género da forma a la totalidad de la producción, la distribución y el consumo dentro de una economía.

Las mujeres pueden tener un rol esencial en cada eslabón de la escala de valores: desde la concepción de un producto pasando por el diseño, la producción de materias primas y de aportes intermediarios, el marketing, la distribución y el apoyo al consumidor final. Todas estas etapas de la cadena de valores involucran a las mujeres en tanto que innovadoras, trabajadoras, jefas, empresarias y propietarias de negocios, agentes de marketing o consumidoras.

Sin embargo, las desigualdades de género en lo relativo al acceso a la educación y la formación, los bienes económicos y los servicios financieros y, por lo tanto, los empleos, define el lugar dentro de la cadena de valores donde dominan las mujeres y muestran si son trabajadoras informales, trabajadoras temporales o jefas.

Permítanme darles un ejemplo: una mujer que compra tela en la mañana y la vende en el mercado local a lo largo del día no genera ningún valor agregado y, por lo tanto, tampoco genera muchos ingresos. Si se le da acceso al crédito para comprar una máquina de coser, puede agregar valor a la tela haciendo vestimentas y así ascender en la cadena de valores.

Del mismo modo, una compañía internacional puede decidir comprar pimentón dulce de mujeres agricultoras locales en África y luego enviarlo al extranjero para procesarlo en pimentón en polvo. Si se capacita a las mujeres en las técnicas para hacer pimentón en polvo y se les da la tecnología, se puede utilizar mejor el potencial de las mujeres agricultoras locales y ayudarlas a ascender en la cadena de valores y a cosechar los beneficios del valor agregado.

ONU Mujeres ha creado iniciativas para atender algunas de las dificultades a las que se enfrentan las mujeres agricultoras y empresarias en toda la cadena de valores, como por ejemplo:

  • Acceso desigual a los recursos productivos - la tierra, los bienes, la energía, la tecnología y el crédito;
  • Poca conciencia de las exigencias del mercado (como las normas, los estándares y la calidad);
  • Apoyo inadecuado por parte de las autoridades locales y de las organizaciones de apoyo al comercio; y
  • Malas infraestructuras, que afectan la movilidad, el transporte y el acceso a los mercados.

Ahora hay enfoques y soluciones probadas para mejorar el acceso de las mujeres y el control de los recursos productivos, para aumentar las oportunidades de las empresas propiedad de mujeres de hacer adquisiciones local y mundialmente, y para fortalecer su competitividad en los mercados nacionales y mundiales.

En Rwanda, por ejemplo, ONU Mujeres capacitó a las mujeres que hacen canastas en materia de las exigencias de calidad del mercado mundial y les dio los conocimientos para hacer una producción de alta calidad que les permita ponerse en contacto directamente con los mercados local y mundial. Ahora sus canastas se venden en Macy's, una de las tiendas más grandes de la ciudad de Nueva York.

En Liberia, ONU Mujeres se asoció con el Banco Mundial, con el Centro Internacional para el Estudio de la Mujer y con la FAO para crear los conocimientos técnicos, de marketing y de gestión para las mujeres productoras de yuca, de modo de que sus negocios sean rentables. La formación sobre el uso y el mantenimiento del equipo procesador de la yuca y sobre la gestión de las pequeñas empresas permitió a las mujeres prescindir de una serie de intermediarios en la cadena de valores y así beneficiarse del valor agregado de sus productos.

Los negocios también tienen una función esencial. Pueden estudiar su cadena de valores general para identificar dónde se encuentran las mujeres y qué tipo de apoyo pueden necesitar para agregar valor a sus productos y hacer que se beneficien directamente de un ascenso en la cadena de valores.

Por ejemplo, los negocios pueden invertir y apoyar soluciones de ITC como los teléfonos móviles y la informática que pueden proveer servicios más accesibles y responsables a las mujeres rurales, dándoles acceso a la información sobre las oportunidades del mercado, al comercio virtual para los grupos de mujeres productoras, etc.

El sector privado tiene una función esencial en lo relativo a la inversión en energía solar y en otras fuentes de energía renovable; en varios países la energía solar no sólo permite crecer a los negocios de las mujeres sino que también contribuye a reducir la carga que tienen las mujeres para subvenir a las necesidades de energía de la familia.

Existen los ejemplos, las estrategias, los líderes y los defensores locales de excepción. Lo que no existe es una red estrecha de empoderamiento que vaya de los campos al mercado, de la industria local a la cadena de suministros, de los bancos a las escuelas y los corredores de poder. Necesitamos que todos los involucrados, y en especial que eslabones sólidos como ustedes - el sector privado - sean motores de innovación, proveedores de capitales esenciales, creadores de empleo y empleadores.

ONU Mujeres y el Pacto Mundial de la ONU han creado los Principios de Empoderamiento de las Mujeres con ese fin, para dar un programa de siete etapas para empoderar a las mujeres en el trabajo, en el mercado y en la comunidad. Son una herramienta para una asociación basada en los resultados con la comunidad mundial y nacional de negocios, y se alinean con la evidencia de que empoderar a las mujeres es una estrategia para una base más próspera.

De especial importancia para el día de hoy es el Principio número 5: Desarrollo empresarial, cadena de suministros y prácticas de marketing, que aconseja a las compañías:

  • Ampliar las relaciones comerciales con las empresas propiedad de mujeres, incluyendo las pequeñas empresas, y con las mujeres empresarias;
  • Apoyar soluciones sensibles al género para subsanar las barreras al crédito y a los préstamos;
  • Solicitar a los socios comerciales que respeten el compromiso de la compañía con la igualdad de género; y
  • Garantizar que los productos, servicios e instalaciones de la compañía no se usen para una explotación laboral o sexual.

Con la ayuda de los Principios de Empoderamiento de las Mujeres, ONU Mujeres, el Pacto Mundial de la ONU y otras instancias están presentando a los negocios el caso irrefutable de hasta qué punto las mujeres empresarias y propietarias de empresas contribuyen a la economía, lo que afirma la creencia de las principales empresas que el empoderar a las mujeres es fundamental para su crecimiento, su competitividad y sus ganancias.

Muchas gracias.