Discurso de Michelle Bachelet, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, en el acto “Empoderamiento de las niñas mediante la educación”

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Discurso de Michelle Bachelet, Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas y Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, en el acto “Empoderamiento de las niñas mediante la educación, Nueva York, 11 de octubre de 2012, en ocasión del primer Día Internacional de la Niña.

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Buenas tardes. Quiero dar las gracias a las misiones permanentes de Canadá, Turquía y Perú por organizar este evento y por encabezar los esfuerzos para la creación del Día Internacional de la Niña.

Muchas gracias a Rona Ambrose, quien realmente impulsó este movimiento desde el principio. Ella es un ejemplo para las niñas y mujeres de todo el mundo, de cómo levantar la voz en la vida política y pública para luchar por algo en lo que se cree.

Mi felicitación a Nigel Chapman y a Plan Internacional por todo su trabajo en la campaña “Porque soy una niña y por su valiosísimo informe sobre el estado de las niñas y la educación en el mundo.

También me gustaría dar una especial bienvenida a Fabiola, que nos acompaña hoy y viene de Camerún. Fabiola participó en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de este año, y fue una destacada defensora de los derechos de las mujeres y las niñas. Participó activamente en la campaña para crear un Día Internacional de la Niña, y está haciéndose oír en su tierra para eliminar el matrimonio infantil en su comunidad. Sus grandes esfuerzos ya han dado resultados.

Actualmente, el matrimonio infantil prácticamente ha desaparecido de su población. Todo esto ha logrado, y eso que Fabiola todavía está estudiando. Qué fantástico ejemplo de determinación y dedicación a los derechos de las niñas en su comunidad.

Asimismo, me gustaría condenar el ataque perpetrado hace unos días en Pakistán contra una niña de 14 años de edad que valientemente ha defendido en público el derecho de las niñas a la educación. Por levantar la voz, Malala sufrió un ataque junto a dos compañeras de colegio. Esta agresión es un ataque contra los derechos humanos y contra la dignidad humana de todos, y subraya la importancia de este primer Día Internacional de la Niña.

Juntos debemos hacer más para promover y proteger los derechos de las niñas. Digo esto porque no se puede lograr ninguna solución duradera a los retos actuales —desde el cambio climático a la estabilidad política y económica o la erradicación de la pobreza— sin la plena participación de las niñas y las mujeres.

El tema del Día Internacional de este año llama la atención sobre una violación de los derechos de las niñas y es una ofensiva directa contra la desigualdad y la discriminación de género. El matrimonio infantil no es solamente una violación del derecho de las niñas a decidir con quién se casan. Comporta riesgos para su propia vida: violencia, embarazos precoces, mortalidad y discapacidad maternales, e infección por VIH.

En el plano mundial, las principales causas de mortalidad de jóvenes adolescentes de entre 15 y 19 años de edad son el embarazo y las condiciones de maternidad. Para las menores de 15, los riesgos son 5 veces más altos que para las mujeres de entre 20 y 29 años de edad. A pesar de estos riesgos, alrededor de una de cada tres mujeres jóvenes con edades de entre 20 y 24 años se casa antes de los 18 años de edad.

No resulta sorprendente que las niñas que siguen estudiando vean reducido su riesgo de sufrir todos los factores asociados con el matrimonio infantil. Las niñas con educación secundaria tienen una probabilidad de hasta seis veces menor de casarse mientras son niñas.

Las mujeres con estudios están empoderadas y tienen más posibilidades de elección; están más sanas, se casan más tarde y tienen hijos más sanos. Cuentan con un mejor acceso a la planificación familiar y a la información sobre salud sexual y reproductiva.

Nos centramos en la educación de las niñas porque las dirige hacia mejores oportunidades económicas y a una mayor participación en sus sociedades. Pero esta historia no acaba aquí.

Aplaudimos a Plan Internacional por su exhaustivo informe sobre la educación en el “Estado de las Niñas del Mundo de 2012. Un fragmento del informe me impactó: “La educación sola puede no ser suficiente para transformar la sociedad en que vivimos, pero la transformación nunca se podrá lograr sin educación.

Es por ello que debemos ampliar nuestros esfuerzos para adoptar una estrategia global para la igualdad de género y el empoderamiento de niñas y mujeres. El derecho fundamental a la educación se debe fortalecer mediante el fomento y la protección de todos los derechos humanos.

Una mujer con educación secundaria no tiene garantizado el éxito económico si todavía existe la posibilidad de que le nieguen un empleo por ser mujer. Tenemos que mantener nuestros esfuerzos por erradicar la discriminación contra las mujeres, y avanzar hacia el trabajo decente y la igualdad de oportunidades para todos.

Los derechos de las mujeres a la propiedad de la tierra, el acceso al crédito y servicios básicos como la energía limpia, el agua y el saneamiento incrementan las probabilidades de que sus hijas vayan a la escuela y de sacarlas de la pobreza.

A medida que incrementemos el acceso de las niñas a la educación, tenemos también que garantizarles la protección ante agresiones físicas y sexuales. Las escuelas pueden proporcionar un lugar seguro para las niñas, pero también las pueden poner en riesgo de acoso y violencia. Una mejor seguridad, la formación de los profesores y una mayor cantidad de profesoras son parte de una estrategia sensible al género, y pueden mantener a las niñas alejadas del peligro.

En ONU Mujeres creemos firmemente en el poder de la educación de las niñas. Mediante el Grupo de Trabajo sobre las Adolescentes de las Naciones Unidas, trabajamos estrechamente con el UNFPA y el UNICEF en Guatemala, Liberia, Etiopía y Malawi en programas mundiales para progresar en los derechos de las adolescentes.

Mediante el Fondo para la Igualdad de Género, ONU Mujeres ofrece subvenciones para financiar programas innovadores de organismos gubernamentales y grupos de la sociedad civil para avanzar en los objetivos de igualdad de acceso a una educación de calidad. En Uganda, por ejemplo, el Foro para la Mujer en la Democracia ha ejercido su influencia sobre el Ministerio de Educación para que éste impulsara directrices políticas sobre el embarazo y la maternidad adolescente en centros educativos e instaurara becas de estudios para niñas.

Siempre digo que para progresar hacia la igualdad de género necesitamos el respaldo de las personas, los grupos de la sociedad civil, las organizaciones comunitarias y el sector privado. En particular, necesitamos que los gobiernos actúen. Las políticas son una potente herramienta para cambiar las prácticas y avanzar hacia la igualdad.

Celebramos los esfuerzos por registrar los nacimientos femeninos y emitir documentos de identidad para las niñas, de modo que ninguna corra el riesgo de “desaparecer. Aplaudimos también las nuevas medidas para crear políticas y leyes más justas, basadas en datos e información nuevos. Asimismo, les animamos enérgicamente a incorporar a más mujeres que formulen políticas y adopten decisiones y sepan comprender las necesidades y los problemas específicos de las niñas y las mujeres, y actúen en consecuencia.

También creemos que la educación tiene un rol crucial para erradicar la violencia contra las mujeres y niñas de todo el mundo. El tema de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer del próximo año se centrará en eliminar y evitar toda forma de violencia contra mujeres y niñas. Contamos con todos ustedes para aprobar resoluciones y conclusiones acordadas que respalden medidas y una voluntad política firmes para poner fin a la violencia de género.

Les reitero mi agradecimiento por su buen trabajo y les felicito en este primer Día Internacional de la Niña. Desde aquí afirmo que ONU Mujeres apoyará incondicionalmente los esfuerzos por mejorar las vidas de las niñas y las mujeres.

Muchas gracias.