Declaración de Michelle Bachelet en una conferencia de prensa con el Tribunal Especial para Sierra Leona

Fecha:

Declaración de Michelle Bachelet, Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas y Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, en una conferencia de prensa con el Tribunal Especial para Sierra Leona, Naciones Unidas, Nueva York, 9 de octubre de 2012.

[Cotejar con el texto pronunciado.]

Pictured from left: Claire Carlton-Hanciles, Chief Defender of the Court; Court Registrar Binta Mansaray; Prosecutor Brenda Hollis; Ms. Bachelet; and Justice Shireen Avis Fisher, President of the Court.

La Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, celebró una conferencia de prensa conjunta sobre el trabajo que realiza el Tribunal Especial para Sierra Leona, especialmente a favor de las mujeres, después de la sesión de información del Tribunal ante el Consejo de Seguridad, el 9 de octubre de 2012. El Tribunal Especial es el primero en la historia cuyos mandos -presidenta, secretaria, fiscal y abogada defensora- son todas mujeres. De izquierda a derecha: Claire Carlton-Hanciles, Abogada Defensora; Binta Mansaray, Secretaria; Brenda Hollis, Fiscal; Michelle Bachelet; y la Jueza Shireen Avis Fisher, Presidenta del Tribunal.(Foto: ONU Mujeres)

Nos encontramos aquí para celebrar un momento sin precedentes: por primera vez en la historia, los cuatro altos puestos de un tribunal internacional -el Tribunal Especial para Sierra Leona- están ocupados por mujeres: su Presidenta, la Fiscal, la Abogada Defensora y la Secretaria.

ONU Mujeres ha pugnado consistentemente por un aumento en la cantidad de mujeres en todos los aspectos de la recuperación y de la consolidación de la paz después de un conflicto, inclusive en las entidades de justicia. Hemos pedido también un mejor acceso de las mujeres a la justicia en lo relativo a delitos de género relacionados con un conflicto.

El Tribunal Especial para Sierra Leona ha logrado ambas metas. Como institución, ha contribuido enormemente a ejecutar la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre mujeres, paz y seguridad. A través de sus decisiones y juicios hasta la fecha, el Tribunal ha sentado las bases en el derecho penal internacional para tipificar como delito los matrimonios forzados, la violencia sexual como componente del terrorismo, la esclavitud sexual, y el reclutamiento y uso de los niños soldados.

Las mujeres no son sólo sujetos de la justicia internacional, sino que son también actores fundamentales en el desarrollo y la dirección del derecho internacional. Bajo el liderazgo de la actual Secretaria, por ejemplo, el Tribunal ha creado un modelo de promoción sensible al género que garantiza que en particular las mujeres, quienes a menudo no disponen de mucha información, puedan ver que se hace justicia por los crímenes de los que fueron víctimas.

Aunque el Tribunal es un ejemplo en la evolución de la justicia de género, sus esfuerzos necesitan un apoyo continuo. El Tribunal tiene en estos momentos un serio problema de financiamiento, y todavía tiene mucho trabajo por hacer. Su mandato incluye la finalización de los casos, el apoyo y la protección de los testigos y la entrega de poderes. No podemos dejar pasar la oportunidad tampoco de hacer todo lo posible por documentar y aprender de los notables avances logrados por el Tribunal Especial sobre los enjuiciamientos por delitos basados en el género.

Ha sido un privilegio para ONU Mujeres brindar apoyo a las principales encargadas del Tribunal Especial en esta sesión de información ante el Consejo de Seguridad de la ONU. En Sierra Leona, ONU Mujeres también ha dado apoyo al acceso de las mujeres a la justicia mediante otros mecanismos, que incluyen la Comisión de la Verdad y la Reconciliación y el programa actual de reparaciones del país, gracias a subsidios otorgados por el Fondo Fiduciario de la ONU para poner fin a la violencia contra las mujeres.

El día de hoy felicito al Tribunal por su trabajo y en particular por su liderazgo, y hago un llamado a la comunidad internacional para que siga brindando apoyo al trabajo de las cortes internacionales de modo de asegurarse que se siga cumpliendo nuestros compromisos de garantizar que se haga justicia para los delitos más graves, especialmente los horribles delitos sexuales y de género que ocurren durante los conflictos.