Círculos de vida: los grupos comunitarios en Zimbabwe convierten las alertas tempranas en acciones tempranas

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Durante años, Beauty, de 52 años de edad, llevó a cabo tareas de poca importancia a cambio de alimentos en Mashonaland Este, un distrito rural de Zimbabwe. No podía vender en el mercado de la ciudad porque en su comunidad no se consideraba ni seguro ni apropiado para una mujer, dado que los vendedores generalmente esperan toda la noche hasta que abra el mercado. Tampoco participaba mucho en las decisiones de la aldea en lo relativo a los asuntos agrícolas o económicos.

En la actualidad, la actitud de Beauty y de su comunidad ha cambiado como resultado de un proyecto del Fondo Comunitario Nyahunure, que cuenta con el apoyo de ONU Mujeres.

“No sabía sobre la agricultura de conservación, y como mujer, no tenía confianza de poder hacer las cosas sola, dice. Hoy por hoy, cultiva granos y calabacines. “He aprendido a enfrentarme al mercado sola. Ahora tengo dinero en el banco y puedo pagar un lugar decente donde dormir mientras espero que abra el mercado.

Desde 2010, el Fondo ha estado trabajando con ONU Mujeres y con socios locales para incorporar a 300 personas, dos tercios de las cuales son mujeres, a círculos comunitarios de empoderamiento donde las actividades como los cursos de capacitación, los debates, las representaciones teatrales comunitarias, las canciones y las danzas tradicionales generan conciencia y crean capacidades. Gran parte de la formación trata de paliar los efectos del cambio climático y su impacto sobre las mujeres.

El trabajo agrícola en Zimbabwe generalmente queda en manos de mujeres mayores porque la mayoría de los hombres y de los jóvenes abandonan las áreas rurales en busca de una vida mejor. Las mujeres quedan atrás haciendo frente a los retos del cambio climático -periodos irregulares de lluvia, sequías y escasez severa de alimentos causada por malos rendimientos de las cosechas-, pero rara vez se les incluye en la toma de decisiones de las comunidades.

Las opiniones y experiencias de las mujeres en materia de preparación ante los desastres son pasadas por alto, mientras que sus niveles más bajos de educación y de conocimientos técnicos generalmente reducen sus probabilidades de tener éxito en la política o los negocios.

Los instructores están ayudando a la comunidad de Mashonaland Este a comprender cómo el cambio climático y los asuntos de género afectan las vidas y los modos de vida. Se están estudiando maneras de cosechar y de conservar el agua, el uso de métodos agrícolas alternativos y la mejora de los sumideros de carbono (que eliminan el dióxido de carbono de la atmósfera) mediante la plantación de árboles y la preservación de los bosques.

ONU Mujeres también ha organizado visitas de intercambio entre miembros de las comunidades y otros agricultores exitosos de todo Zimbabwe.

“Estoy muy agradecida por las lecciones sobre conservación del agua; podemos conservar el agua durante la estación de lluvias y usarla para regar el terreno después de la cosecha, dijo Tabeth Kazingizi, que produce ajonjolí. “Nos enseñaron a operar las bombas manuales y ahora podemos cultivar todo el año.

Cada círculo de empoderamiento está compuesto por mujeres y hombres e incluye al jefe tradicional, al consejero local y al oficial de extensión agrícola del Ministerio de Agricultura. El Fondo trabaja con los instructores del Ministerio y con oficiales de la Comisión de Bosques.

Members of Nyahunure
Miembros de Nyahunure en un círculo de empoderamiento en Mutoko. Foto: ONU Mujeres/Dudziro Nhengu

Para la comunidad, los beneficios van más allá del empoderamiento económico y la seguridad alimentaria para alcanzar otros aspectos del bienestar. Por ejemplo, gracias a las canciones y al teatro, las mujeres han podido expresar que la pobreza alimenta la violencia doméstica y que las peleas se dan cuando los hombres y las mujeres no comparten las decisiones económicas.

“La actitud de nuestros esposos ha cambiado desde que comenzaron a asistir a los círculos de empoderamiento; ahora puedo ir al mercado en la ciudad con mi esposo y tomar decisiones sobre cómo gastar nuestro dinero, dijo Tabeth. Beauty, mientras tanto, ha enviado a sus seis hijos a la escuela gracias a lo obtenido de la agricultura.

La participación de las mujeres en la toma de decisiones en Mashonaland Este garantiza que los beneficios se extiendan al medio ambiente y a las generaciones futuras.