Cambiando Paradigmas para un futuro sostenible

Fecha:

La Directora Ejecutiva de ONU Mujeres habló en el evento paralelo “Iniciativa Yasuní-ITT: Cambiando Paradigmas para un futuro sostenible, tomando el caso de la Reserva Yasuní -un programa conjunto de la ONU que apoya la implicación de los grupos locales en la conservación y gestión sostenibles- como el ejemplo de nuevo paradigma para un desarrollo sostenible, garantizando el respeto y la observancia de la igualdad de género.

Amigas y Amigos,

Es para mí un gran honor poder participar con ustedes en este importante evento. Quisiera comenzar por agradecer al Gobierno del Ecuador por brindarnos esta oportunidad de diálogo y reflexión sobre un tema clave para esta Cumbre, como lo es el cambio de paradigmas para un futuro sostenible.

No es la primera vez que el Ecuador nos invita, desde la práctica, a repensar cuestiones fundamentales: ya lo hizo en el 2008, al reconocer en su nueva Constitución Plurinacional que los derechos de la naturaleza se deben tener en cuenta en todas las actividades de planificación; respetando integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, entre otros aspectos.

Esta visión guarda estrecha relación con otro concepto impulsado por el Ecuador, el del Buen Vivir o Sumak Kawsai en Kichuwa. Este concepto ancestral no sólo ha sido fundamental para el nuevo marco constitucional del Ecuador, sino que también ha dado impulso al replanteamiento de lo que entendemos por desarrollo sostenible de una forma más amplia.

Más que un concepto, el Buen Vivir es un estilo de vida que se refleja en la práctica diaria del respeto, la armonía y el balance con todo lo que existe, siendo los seres humanos partes de un TODO interrelacionado e interdependiente. Por sobretodo, nos acerca a una visión holística de cómo concebir la vida en este planeta.

Esta visión, amigas y amigos, es profundamente compartida por las Naciones Unidas.

El Informe del Secretario General, Armonía con la Naturaleza (2010) [1], destaca entre otros puntos que “la concepción holística de desarrollo sostenible puede orientar los esfuerzos de la humanidad por recuperar el equilibrio en su relación con la Tierra (pag. 10).

Y es ahora más que nunca cuando debemos encontrar ese equilibrio, porque, como nos lo recuerdan científicos e investigadores, el tiempo se está agotando. En 30 años más, la población mundial aumentará a casi 9 mil millones de personas; se necesitarán más recursos, más energía, más agua, más alimentos, se consumirá más y si no implementamos un comportamiento sostenible, no habrá ni desarrollo ni justicia; no superaremos la pobreza, ni podremos garantizar la paz.

El desafío entonces, es cómo pensar un desarrollo holístico para generar un nuevo paradigma de desarrollo armónico, asegurando el pleno respeto y cumplimiento de los derechos de las mujeres y hombres en igualdad de condiciones, así como el respeto de los derechos de la naturaleza en toda su amplitud.

Un punto de partida es que la discusión sobre desarrollo sostenible debe salir de las reuniones internacionales y de los expertos y académicos para pasar luego al dominio de la gente común y corriente, que en sus acciones diarias y decisiones de todos los días puede hacer un cambio.

En este sentido, es fundamental que ingrese en las escuelas y en los hogares, debe ser parte de la educación de los niños, las niñas y los jóvenes, estar presente en las políticas de desarrollo de los países y movilizar el rechazo de los ciudadanos cuando la consigna sea “producir y crecer a cualquier costo.

Y es aquí donde también quiero enfatizar que “cualquier cambio serio hacia el desarrollo sostenible requiere la igualdad de género. A este respecto, el Informe del Secretario General “Gente Resiliente en un planeta Resiliente: un futuro que vale la pena elegir, se refiere explícitamente al rol de las mujeres en este proceso, afirmando que “La inteligencia y la capacidad colectivas de la mitad de la humanidad es un recurso que debemos nutrir y desarrollar, por el bien de todas las generaciones futuras

Ejemplos de cómo las mujeres son agentes y líderes en el logro del desarrollo sostenible están por todas partes: En Vietnam, las mujeres son socios claves para la alerta temprana y gestión de riesgos de inundaciones y desastres. En muchas zonas rurales de China, son ellas quienes están a cargo del manejo y administración del agua en sus comunidades.

Y aquí mismo, en Brasil, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza señaló que según un estudio adelantado en la Amazonia, las mujeres estaban mejor informadas que los hombres acerca de la forma en que sus familias utilizaban la tierra en diferentes localidades, de la ubicación de los recursos y la forma de obtenerlos.

Éste es apenas uno de los ejemplos que nos demuestran que la conservación de los recursos naturales en áreas protegidas tiene una relación directa con la promoción de la igualdad de género.

Y es por ello que en ONU Mujeres nos satisface tomar parte activa en un programa conjunto de las Naciones Unidas en Ecuador para preservar el patrimonio natural y cultural del Yasuní. Nuestro aporte a esta iniciativa ha sido contribuir con nuestros recursos financieros, técnicos y humanos a la igualdad de género y al empoderamiento de las mujeres locales.

Estamos convencidas de la importancia de este esfuerzo, el cual, más allá de un tema de justicia social, es un aporte decisivo para conservar esta zona tan única que presenta una de las biodiversidades más ricas del planeta.

Desde el año 2008, hemos fortalecido el liderazgo y la participación de las mujeres locales en las decisiones que afectan sus vidas, capacitando a las lideresas de los pueblos wao, shuar, kichuas y colonos, con lo cual han podido participar de manera más efectiva en instancias organizativas comunitarias y estatales.

Hemos adelantado también un importante trabajo de incorporación de género en la planificación y los presupuestos del gobierno local, cuyo resultado más destacado es la formulación de un Plan de Igualdad de Oportunidades en el municipio de Orellana diseñado de manera participativa con organizaciones de mujeres y otros sectores sociales.

Y, por último, un aspecto muy importante de nuestro trabajo ha sido el impulso dado al empoderamiento económico de estas mujeres, reforzando su capacidad de producción y comercialización de artesanías y financiando un sistema de becas locales para las mujeres waorani, permitiéndoles el acceso a la educación formal, desde la primaria hasta la Universidad.

Me comentaban que cuando se preguntó a los integrantes de la comunidad Nueva Providencia del Yasuní, por qué creían que las mujeres tenían ahora tanta fuerza, luego de una pausa, un hombre joven respondió: “Porque tienen… mientras hacía la señal de dinero con sus dedos[2]. ¡Esto es claro resultado del empoderamiento -económico- de esas mujeres!

Amigas y amigos,

Nos encontramos hoy en Río, para generar una agenda de trabajo conjunto hacia un desarrollo armónico de crecimiento económico que se traduzca en un mayor bienestar para la gente, que abogue por un crecimiento inclusivo y equitativo, con miras a la reducción de la pobreza y las desigualdades, y la sostenibilidad del medio ambiente a través del tiempo.

Y son precisamente iniciativas innovadoras como las de Yasuní ITT, las que muestran que con voluntad política se pueden generar propuestas para concretar un desarrollo holístico teniendo en cuenta los tres pillares del desarrollo sostenible (social, económico y medioambiental).

Sin lugar a dudas, a través del Yasuní ITT, el Ecuador da un paso adelante hacia la adopción de este enfoque (holístico) respecto a la conservación de la diversidad biológica, la lucha contra la pobreza, la promoción del desarrollo social y los derechos de los pueblos indígenas.

Además, propone un nuevo modelo de cooperación entre países desarrollados y países en desarrollo que no se basa en la extracción de recursos no renovables, sino en la concesión de incentivos a la gestión del medio ambiente que aporte bienes públicos mundiales como la preservación de la diversidad biológica y la mitigación de los efectos del cambio climático[3].

ElFondo Fiduciario Yasuní-ITT nos plantea un método novedoso para financiar la conservación de los ecosistemas forestales no sólo en el Ecuador, sino en todas partes del mundo. El apoyo al Fondo Fiduciario Yasuní representa una importante oportunidad de proteger este patrimonio de todo nuestro planeta, resguardando su biodiversidad, evitando la deforestación y la contaminación del agua y el aire.

Y más importante aún: uno de los puntos que esta propuesta debe reafirmar de forma inequívoca es su compromiso con el respeto a las comunidades indígenas que habitan la zona y la plena participación de estas comunidades en las estrategias y planes para su preservación. Y, dentro de este contexto, garantizar a las mujeres indígenas su liderazgo en este proceso de toma de decisiones que, como sabemos, tiene un impacto directo en sus vidas y las de sus familias.

No podemos pensar en un futuro sostenible para el Yasuní si se excluye a la mitad de su población.

Debemos actuar con la seguridad de que nuestras decisiones impactarán de manera positiva en la vida de las mujeres y de hombres y para ello debemos asegurar la actuación protagónica de las mujeres ahora. Y desde ONU Mujeres reiteramos nuestra disposición para seguir apoyando al gobierno ecuatoriano en el Yasuní con miras a garantizar que así sea.

Todas y todos tenemos una convocatoria a la que no nos podemos negar: sostener un mundo lleno de vida en el que todas y todos quepamos en armonía con nuestro entorno, con nuestra madre tierra.

Muchas gracias.


[1] https://www.un.org/esa/dsd/resources/res_pdfs/res_ga65_unedited/SGReportHwNSpanish.pdf

[2] EXPERIENCIAS Y APRENDIZAJESA ORILLAS DEL RÍO: Una Sistematizaci ón del Pro grama Yasuní en el Ecuador.

[3] Op. Cit 1, pag 18.