Alocución de Michelle Bachelet en Senegal durante una cena con mujeres parlamentarias, mujeres líderes y mujeres de la sociedad civil

Fecha:

Alocución de apertura de Michelle Bachelet, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, en ocasión de una cena con mujeres parlamentarias, mujeres líderes y mujeres de la sociedad civil. 7 de enero de 2013 - Hotel King Fahd Palace, Dakar, Senegal

[Cotejar con el texto pronunciado]

Es para mí un enorme placer compartir esta velada con ustedes, mujeres líderes y defensoras de la igualdad de género en Senegal. He seguido de cerca los acontecimientos en el país y estoy particularmente impresionada por los enormes adelantos logrados. Para comenzar, permítanme expresar mi gratitud al Gobierno de Senegal por la muy calurosa bienvenida que me ha reservado. Quiero dar gracias en particular a la Ministra de la Familia, del Niño y de la Capacidad Empresarial de las Mujeres, S.E. Mariama SARR.

Todas y todos sabemos que la plena participación equitativa de las mujeres es vital para la paz, el desarrollo sostenible y la democracia. Estimadas y estimados amigas y amigos y socias y socios, permítanme aprovechar la oportunidad de felicitar al Presidente Macky Sall y al pueblo de Senegal por respetar esta práctica tan noble. También quiero felicitarlas a ustedes, mujeres líderes. En 2010 se adoptó la ley que establece la paridad entre hombres y mujeres en las funciones electas. Como saben, soy una ferviente defensora de las medidas de equidad para los puestos electivos o competitivos. Al adoptar leyes favorables y cuotas, disponemos de las estrategias para una paridad entre las mujeres y los hombres cuando se trata de aumentar la participación política y la toma de decisiones de las mujeres.

A menudo se nos ha preguntado si las cifras por sí solas importan y si no cometemos un error trabajando con cifras. A esto respondo afirmativamente: sí, los números importan. En los procesos y en las decisiones fundamentales tiene que haber una masa crítica de mujeres. Aquí es donde importan los números y es la razón por la cual las participantes en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing identificaron la masa crítica en por lo menos el 30 por ciento. Sin embargo, es claro que todas y todos sabemos que ése es sólo el primer paso. Más allá de las cifras, debemos mantenernos vigilantes sobre la calidad de lo que apoyamos. Por lo tanto, ONU Mujeres cree firmemente en trabajar con mujeres líderes para el intercambio de los conocimientos y de las ideas, para crear plataformas de promoción y sensibilización importantes, y para reforzar constantemente las capacidades para las nobles tareas que las mujeres líderes y las/os defensoras/es de género deben llevar a cabo.

El mes pasado estuve en Indonesia, donde gracias a un esfuerzo concertado por hacer que más mujeres fuesen electas por medio de las cuotas, hay hoy 104 mujeres en la legislatura nacional. Soy una acérrima defensora de las cuotas porque nos acercan a la igualdad.

Las cuotas han garantizado que las mujeres representen un tercio de los miembros de los consejos de las aldeas en India y un tercio de los parlamentarios en Burundi. En Rwanda, ejemplo que todos conocemos, un entorno propicio y una voluntad política firme explican los increíbles cambios en el panorama político. Rwanda está a la cabeza del mundo en lo que respecta al porcentaje más alto de mujeres —56 por ciento— en su parlamento nacional.

Aquí en Senegal, la adopción de la ley de paridad fue un acto valeroso y de miras al futuro por parte de la nación senegalesa y de sus líderes; fue una decisión que está dando sus frutos. Senegal ha pasado del puesto 54 al 6º en lo que respecta la representación política de las mujeres, con un 43 por ciento de mujeres parlamentarias. Felicito a Senegal por este logro.

Espero ansiosamente el día cuando evaluemos esta representación y decidamos que vale la pena tener más que una masa crítica en el parlamento. No tengo duda de que este veredicto será confirmado con la experiencia de Senegal. En este sentido, espero que haya una mejora similar respecto a la representación femenina en las próximas elecciones locales y legislativas, y en los esfuerzos por obtener un nivel más alto de retención de las niñas en los niveles superiores de la educación.

Estimadas líderes, amigas y amigos, defensoras y defensores de género:

Contamos con ustedes para ampliar las voces de las senegalesas y garantizar que las mujeres y las niñas tengan las mismas oportunidades. Esto es particularmente importante en el mercado laboral y en los lugares de trabajo.

Hay cada vez mayores pruebas de que las sociedades y las economías son más saludables y fuertes con la participación plena y equitativa de las mujeres. Ésa es la conclusión de una cantidad creciente de estudios en todo el mundo, desde el Banco Mundial a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, las Naciones Unidas, los grupos catalizadores de políticas y el sector privado. Todos estos estudios llegan a la misma conclusión inevitable: si se eliminan las barreras al rol y a la participación de las mujeres, se da un impulso al desarrollo económico.

Todas las naciones tienen mucho que ganar con la participación de las mujeres, y esto incluye no sólo ganancias para las mujeres sino también para los hombres y para los niños, ganancias en materia de economía, salud y bienestar, y mejores perspectivas para el futuro. Hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para liberar todo el potencial de las mujeres y de las niñas. Redoblemos los esfuerzos para erradicar todas las formas de violencia de género y de discriminación. Sé que Senegal está haciendo muchos progresos para poner fin a las prácticas dañinas como la mutilación genital femenina.

Sus medidas se ven fortalecidas por una resolución adoptada por unanimidad el mes pasado por las naciones del mundo reunidas en la Asamblea General de la ONU. Dicha resolución insta a los países a condenar todas las prácticas dañinas que afectan a las mujeres y a las niñas, en especial la mutilación genital femenina, y a tomar todas las medidas necesarias, que incluyen el cumplimiento de la legislación, la organización de campañas de sensibilización y la asignación de suficientes recursos para proteger a las mujeres y a las niñas de este tipo de violencia.

Debemos ocuparnos también de la violencia sexual y de los matrimonios tempranos que roban a las niñas las oportunidades que deberían pertenecerles de crearse un futuro prometedor. La violencia contra las mujeres y las niñas se sigue manifestando a diario en todos los países del mundo. Debemos seguir luchando por proteger los derechos de las mujeres y de las niñas; debemos poner fin a la impunidad que permite que estos crímenes sigan ocurriendo.

Amigos, ésa es la realidad que las niñas y las mujeres soportan diariamente en la zona oriental de la RDC y en el norte de Malí. Las mujeres líderes, las y los defensores de género y de los derechos humanos y ONU Mujeres no pueden permitirse mantenerse en silencio ante la violencia que está dirigida al cuerpo de las mujeres y de las niñas.

En todo el mundo, las mujeres han tenido siempre un rol importante en sus familias y en sus comunidades; ellas establecen las prioridades y hacen los sacrificios necesarios para colmarlas. Creo que ésta es la razón por la que en Senegal hoy las últimas estadísticas sobre los hogares que tienen una mujer a la cabeza indican que el 67 por ciento de ellos están en mejor situación que los que tienen un hombre a la cabeza. Sin embargo, debemos cuidarnos de no dejar que estas estadísticas nos conduzcan a conclusiones erróneas, como que las mujeres son menos pobres que los hombres, ya que la comparación se basa en una fracción de hogares con una mujer a la cabeza.

El logro de la igualdad de género no es sólo un asunto de las mujeres sino que requiere el compromiso de las mujeres y de los hombres por igual. Para tener éxito debemos unirnos y trabajar juntas y juntos. Por ello me complace ver hoy en esta reunión a algunos de los hombres defensores de estas causas, como el Doctor Kasse, que ha dado atención médica a las víctimas de la mutilación genital femenina y sensibilizado a la gente respecto a la violencia contra las mujeres y las prácticas tradicionales dañinas.

Quiero expresar mi optimismo en lo concerniente al futuro de este país, a su estabilidad y desarrollo. En el contexto actual de crisis económica y política en la región del Sahel, Senegal nos da esperanzas. Senegal también prueba que la democracia puede garantizar la paz y la seguridad.

Como lo expresó recientemente el Primer Ministro: “Les femmes sont une super-priorité ! Quiero aprovechar esta oportunidad para reiterar el apoyo continuo de ONU Mujeres al Gobierno y al pueblo de Senegal en lo relativo al empoderamiento de las mujeres y a la igualdad de género.

Muchas gracias.