Proteger los derechos de las mujeres rurales es clave para la igualdad de género: Directora Ejecutiva de ONU Mujeres

Mensaje de Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, en el Día Internacional de las Mujeres Rurales, 15 de octubre de 2013

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Hoy, Día Internacional de las Mujeres Rurales, llamamos a la acción en lo relativo a una desigualdad flagrante: 43 por ciento de las personas que trabajan en la agricultura son mujeres y, sin embargo, demasiadas mujeres no tienen acceso a la tierra.

Aunque muchas mujeres rurales, especialmente las que poseen pequeñas parcelas y son cabeza de familia, dependen de la agricultura de subsistencia, ellas siguen teniendo un acceso limitado a la tierra, el agua, los fertilizantes y las semillas, el crédito y la formación. Esta discriminación no sólo hace su rol en la producción de alimentos mucho más difícil de lo que debería ser, sino que viola sus derechos humanos básicos y amenaza la seguridad alimentaria colectiva.

Debemos respetar y proteger los derechos de las mujeres rurales. Cuando las mujeres tienen acceso a la tierra, hay mejoras en el nivel de vida de la familia, en la productividad agrícola y en la igualdad de género. Además, se logran mayores progresos contra la pobreza, la violencia de género y el VIH/SIDA, en beneficio de todos. También hay pruebas de que los países donde las mujeres no tienen derechos a la tierra ni acceso al crédito tienen un promedio de 60 por ciento y 85 por ciento respectivamente de niños malnutridos.

Las mujeres, inclusive las mujeres indígenas, son a menudo quienes custodian la gestión y el uso sostenible de los recursos naturales y de la preservación y conservación de las cosechas tradicionales y de la biodiversidad en nombre de las generaciones actuales y futuras.

Ahora es el momento de pasar a la acción con reformas legales de modo que las mujeres, inclusive las viudas, puedan ser dueñas de la tierra que trabajan. 

Las agricultoras deben poder acceder a los servicios financieros, el agua y el saneamiento, el mercado y las tecnologías innovadoras. 

Debemos promover el pleno empleo y los trabajos decentes para las mujeres rurales, en la agricultura y en otras áreas.

Finalmente, debemos reducir la cantidad desproporcionada de trabajo sin remuneración y la carga de cuidados que afectan a las mujeres y las niñas rurales, lo que implica aumentar las inversiones en las infraestructuras y los servicios sociales, como los cuidados infantiles, y las tecnologías que liberan tiempo y reducen el trabajo, como las cocinas limpias que ahorran combustible. Una mayor participación de los hombres y de los niños en el cuidado de la familia permitiría igualmente a las mujeres y las niñas tener más tiempo para dedicar a la educación, la formación y las actividades económicas.

Hoy, y todos los días, ONU Mujeres defiende los derechos de las mujeres y de las niñas y la dignidad e igualdad para todos.